Cumplir quince años es la nueva boda: cómo una tradición latina (muy cara) está conquistando el mundo

Cumplir quince años es la nueva boda: cómo una tradición latina (muy cara) está conquistando el mundo

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Cumplir quince años es la nueva boda: cómo una tradición latina (muy cara) está conquistando el mundo

Hace unos cuantos años, cantaba Shakira aquello de «en la fiesta de quince es mejor no olvidar una fina champaña y bailar bien el vals». Puede que esa fuera la primera vez que muchas, a este lado del charco, oímos hablar de las fiestas de quince, fiestas de quinceañeras o fiestas de los quince años, una tradición latinoamericana que, a causa de la emigración, se ha extendido a otras partes del mundo.

Qué es una fiesta de quinceañeras

Quinceañera, fiesta de quince años, fiesta de quince... son diferentes nombres para referirse a una misma idea: la fiesta que se celebra el día que una chica cumple quince años y que, de alguna manera, marca su paso de la infancia a la edad adulta. El momento en que se convierte en mujer, dicho de otra manera.

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Cómo y dónde se celebran

Las fiestas de quince años se celebran en todos los países latinoamericanos (aunque, en Chile, es una tradición mucho menos habitual que en el resto). En Brasil se conocen con el nombre de festa de debutantes y en los países francófonos de Sudamérica, como fête des quinze ans. También en Estados Unidos, en las zonas de presencia fuerte de la comunidad latina, se celebran estas fiestas.

La tradición varía ligeramente entre países, pero suele incluir una serie de características comunes. Para empezar, el traje de la protagonista del día, que suele ser un vestido largo de gala. Después de su llegada al lugar de la celebración, acompañada por su padre, tiene lugar la recepción, que puede incluir o no una cena, pero que casi siempre tendrá el baile como acontecimiento central. La quinceañera lo abrirá bailando un vals con su padre, para pasar a continuación al resto de invitados.

 

En cada país, e incluso en cada familia, se incluyen diferentes tradiciones específicas, como la ceremonia de las quince velas (la quinceañera entrega una vela a las quince personas más importantes de su vida), el corte de la tarta, la ceremonia de la última muñeca (que simboliza cómo la adolescente deja atrás su niñez) o la presentación de los primeros zapatos de tacón de la joven. En general, todos los ritos pretenden marcar el paso de la niñez a la edad adulta.

Cuál es la experiencia de quienes las vivieron en su día

Hemos hablado con dos chicas que vivieron de cerca las fiestas de quince hace algunos años. María es colombiana y no celebró fiesta de quinceañera («no era mi ilusión y nunca quise hacerla»), aunque reconoce que asistió a unas cuantas y se divertía, sobre todo por la novedad que suponía dejar a un lado los vaqueros y enfundarse un traje largo y unos tacones.

Valentina es uruguaya y sí celebró fiesta de quince, aunque recuerda que, en su generación (las que cumplían 15 a mediados de los años 90), el auge de las fiestas de quince decayó un poco. Las recuerda especialmente habituales entre las clases humildes y las familias más tradicionales de clase alta.

 

María nos habla de las celebraciones en Bogotá y Valentina, en Montevideo. Encontramos muchas similitudes en las experiencias, pese a lo distante de ambos países. En las ciudades, la fiesta suele celebrarse en un club o restaurante, las chicas visten traje largo y los chicos smoking o traje, se elige un buen catering, se cuida la decoración del local, los invitados pueden ascender a 100 personas o más, incluidos amigos de los padres, de la niña, etc. Dependiendo del presupuesto de la familia, el restaurante será más o menos lujoso y se contará con algunos servicios extra como un DJ o un grupo de música en directo.

María las compara a las puestas de largo que se celebraban en España. Valentina, a lo que sería una boda: un tiempo de preparación previo, ahorro de la familia durante algún tiempo (sobre todo en el caso de las familias menos pudientes), amplia lista de invitados, cuidado en la elección de cada detalle...

 

Sí varía el hecho de que en Colombia los vestidos, que suelen ser de diseñador o hechos a mano, pueden ser de diferentes colores, mientras que en Uruguay siempre son blancos, aumentando más esa sensación de que la celebración se asemeja a una boda.

Ambas recuerdan desde la distancia la época de las fiestas de quince y, aunque coinciden en que desde una perspectiva adulta lo ven algo más cursi y exagerado, no consideran que sea una celebración con connotaciones sexistas. «Es solo una fiesta, un acto social, que además es especial teniendo en cuenta que a esa edad no se tiene una vida social muy activa», concluye María.

Las quinceañeras en la cultura popular

Las fiestas de quince tienen su representación en la ficción. Por ejemplo, en la película Quinceañera, de 2006, premiada en el festival de Sundance y que cuenta la historia de Magdalena, una adolescente que se queda embarazada poco antes de su fiesta de quince y es repudiada por su familia.

Pero quizá la aproximación más popular a las fiestas de quinceañeras es la serie Quiero mis quince, de la MTV, un reality show que muestra los preparativos y las fiestas en diferentes lugares de Latinoamérica.

Qué sacrificio suponen para las familias

El gasto de las fiestas de quince varía, lógicamente, dependiendo de la capacidad adquisitiva de la familia. Las familias más ricas, por ejemplo, suelen añadir a la fiesta el regalo de un viaje para la chica, habitualmente a Europa. Pero no suelen ser las familias pudientes las que más sacrificios hacen.

La fotógrafa Delphine Blast viajó a Colombia para inmortalizar los sacrificios que familias pobres hacen para dar a sus hijas la mejor fiesta de quince años posible. Sus fotos (se puede ver la serie completa en su web) muestran a las adolescentes, enfundadas en sus vestidos de fiesta, muy principescos, en medio de sus entornos deprimidos. Es ese contraste precisamente el que sorprende.

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Muchas familias pobres ahorran durante años para la fiesta de quince de sus hijas. En algunos casos, el plan de ahorro para la ceremonia comienza con el nacimiento de la propia hija. En lo que suelen coincidir las familias es en que el sacrificio merece la pena.

Es difícil calibrar el coste de una fiesta de quince años. Las opciones son tan variadas que el presupuesto puede variar mucho. Es algo similar a lo que ocurre en las bodas. Siempre se trata de un gasto cuantioso, pero los límites los ponen los diferentes extras que se añadan. En Estados Unidos o en Argentina se han publicado aproximaciones: entre 5.000 y 20.000 dólares (4.600-18.400 euros) en el caso de Estados Unidos y unos 20.000 pesos (1.200 euros) para Argentina. De todos modos, las posibilidades son tan diversas que es imposible dar una cantidad exacta.

Las fiestas de quinceañeras en España

La inmigración latina que ha llegado a España en las últimas décadas ha hecho que las fiestas de quince se popularicen también a este lado del Atlántico. Hemos hablado con Esther, de la librería y tienda de regalos Códice Magno, de Madrid, que ha visto cómo su negocio, en los últimos años, ha encontrado un nicho de mercado en las fiestas de quince.

Destaca la gran importancia que las familias latinoamericanas con las que tiene contacto dan a esta celebración. Son, en su caso, sobre todo ecuatorianos, y Esther considera que dan a estas celebraciones mayor relevancia incluso que a las bodas. Ella les suministra las invitaciones y los regalos que se reparten entre los invitados, y le llama la atención el cuidado que ponen en cada pequeño detalle: desde los vestidos a la decoración del local, todo suele ir conjuntado en tonos rosas o lilas, los que más suelen triunfar entre las niñas.

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Para las adolescentes, supone una ilusión enorme. Es el día en que se visten de princesas y sus padres hacen un gran sacrificio económico para que tengan su fiesta soñada. Nos reconoce que ha llegado a facturar hasta 800 euros (que la familia le pagó de forma fraccionada), solo en concepto de invitaciones y regalos para los invitados, ya que suelen elegir un producto de calidad.

En el catálogo de su establecimiento no existían productos concretos para fiestas de quince años, y utilizaban artículos para comuniones o bodas, pero la demanda creció de tal manera que las empresas distribuidoras ya los fabrican de forma específica.

Quinceañeras y feminismo

No todo son luces en torno a las fiestas de quinceañeras. El feminismo tiene mucho que decir sobre esta tradición. Un artículo publicado en 2015 señalaba que las fiestas de quince reforzaban los roles de género. El simple hecho de que se señale el paso de niña a mujer, mientras que en los chicos no existe una ceremonia similar, es polémico.

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Pero el punto más controvertido es el trasfondo de la fiesta: la presentación de la chica como una mujer que ya puede casarse, tener hijos y formar una familia. Además, se relaciona la madurez con determinados estrenos estéticos: después de los quince, la chica podrá depilarse, usar maquillaje o zapatos de tacón. Según las tradiciones de cada país, además, deberá estar dispuesta a bailar con los jóvenes solteros de la fiesta.

En algunos casos, la modernidad se impone y las costumbres se van modificando, mientras que otros se mantienen las tradiciones ancestrales. Pero, polémicas aparte, es indudable que las fiestas de quinceañeras son una tradición cultural imprescindible en las comunidades latinas.

Imágenes | Delphine Blast, Daniel X. O'Neil, Aure Dominguez, David Arpi.

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Ig Tre

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