Mucho estrés debe tener acumulado Genoveva. Aunque el foco mediático ya no está sobre su persona, la supuesta amante de Federico de Dinamarca se esfuerza por mantener la mente en blanco. Todavía teme encontrarse con periodistas y pisa las calles el menor tiempo posible. Tan solo abandona su hogar para lo imprescindible: grabaciones en Antena 3, tratamientos de belleza y paseos perrunos.
Desde que las fotos junto al Rey de Dinamarca salieron a la luz, Casanova opta por el máximo recogimiento. Atrás quedaron sus tardes de compras y los almuerzos con sobremesa en algún restaurante de lujo. Su vida social se ha reducido y encuentra la paz en su familia. Pasa el día con sus hijos y Cayetano, su ex, se ha convertido en un pilar fundamental.
En Semana Santa, Casanova pasó unos días en la finca La Motilla, el cortijo de Carmona perteneciente a Cayetano. Allí tuvo tiempo de tomar el sol y meditar. Disfrutó de sus mascotas, compartió risas con los niños y hasta se animó a probar el tequila, tal y como publicó en Instagram.
El resto del tiempo, la mexicana lo ha dedicado al cuidado personal. Según lo dicho en el programa 'Y ahora Sonsoles', fue vista hace unos días en un centro de medicina estética y pudo someterse allí a un amplio abanico de tratamientos corporales. Se desconoce qué retoque o terapia escogió Genoveva.
Además, la ex modelo complementa sus cuidados estéticos con el yoga. Al parecer, ha encontrado en este deporte la fórmula perfecta para desconectar del mundo exterior. Acude habitualmente a un centro especializado que se encuentra en Madrid, tal y como ha revelado Diez Minutos.
Fotos | Instagram
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