El bosque de hadas desconocido por la mayoría, que esconde cascadas, lagos y hasta un palacio en su interior

A menos de tres horas de Vigo se esconde un bosque de hadas que casi nadie conoce, rodeado por una muralla de once puertas que, hace ya tiempo, protegió su naturaleza exuberante. Hoy en día la vegetación se ha fusionado con la fortaleza, convirtiéndolo en un enclave lleno de magia, misterio y belleza.

Se trata del bosque de Bussaco en Portugal, ubicado a 30 kilómetros de Coimbra en la Sierra de Buçaco. En él podemos perdernos entre árboles centenarios, ermitas escondidas, senderos invadidos por el verdor y hasta un palacio escondido en medio de la naturaleza.

El origen de este misterioso bosque se remonta al siglo XVII, cuando los Carmelitas Descalzos se asentaron en la zona y construyeron fuentes, caminos, ermitas y escalinatas en perfecta armonía con la naturaleza. El mejor ejemplo que dejaron es el Convento de Santa Cruz o la muralla que rodea el bosque, con sus once puertas.

Sin embargo, la joya de la corona de este enclave natural es el increíble Palacio de Bussaco, una obra neomanuelina del siglo XIX que sirvió de vivienda de verano para los últimos reyes de Portugal y que lleva funcionando como hotel de lujo de 1917. Sus detalles ornamentales de frescos, azulejos y pinturas, sumados a su entorno de ensueño, lo convierten en un castillo que parece detenido en el tiempo.

Visitar estos enclaves históricos es fundamental, pero lo realmente importante en Bussaco es el camino. La riqueza natural es deslumbrante, con más de 700 árboles y plantas diferentes. El más famoso es el cedro de Bussaco, un ciprés de origen mexicano que trajeron los monjes hace siglos y que se erige, testigo mudo del paso del tiempo. También destacan las camelias, que en primavera florecen e invaden todo el bosque de colores de ensueño.

La mejor forma de recorrer el bosque de hadas de Portugal es seguir sus seis senderos señalizados. En ellos descubriremos lagos secretos, ermitas escondidas y unos miradores con vistas inmejorables. Siempre con el respeto que merece un lugar así, pues está considerado el primer Bosque Curativo de la Península Ibérica. Esto se debe a su combinación de biodiversidad, aire puro y espacio para la contemplación que ayudan a romper con el estrés del día a día.

Fotos | Center of Portugal, Câmara Municipal da Mealhada.

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