Pasar un verano sin calor en Andalucía es posible en este pueblo rodeado de sierra y vigilado por un castillo

Pasar un verano andaluz sin asfixiarse es posible y no hablamos de la costa

María Yuste

Editor Senior

Aunque Andalucía es famosa por sus veranos de temperaturas abrasadoras a lo 'Mad Max', se trata de una Comunidad Autónoma muy extensa por lo que hay rincones que se escapan a este tópico (que también tiene mucho de realidad). Así que, sí, es posible huir del calor sin renunciar al embrujo andaluz. Solo tienes que organizar una escapada, por ejemplo, a Segura de la Sierra, en Jaén.

En pleno Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, este pueblo jiennense es uno de los secretos mejor guardados de Andalucía. Pero no solo por su belleza medieval y pasado árabe, sino por algo que está mucho más cotizado en verano: sus bajas temperaturas. Con una altitud de más de 1.200 metros, hay aire limpio, sombra frondosa y aguas con las que no hace falta mar para sobrevivir al verano.

PMRMaeyaert

Un pueblo de cuento y aire fresco

Con menos de 2.000 habitantes censados, el pueblo cuenta con pocos alojamientos turísticos, pero es posible hacer noche en alguno de sus apartamentos rurales o, si prefieres algo más aislado, decantarte por un cortijo de alguna aldea cercana. La recompensa es descansar sin pasar calor, e incluso teniendo que taparte, además de que tu sueño no se vea perturbado por un solo ruido.

En Segura de la Sierra, su urbanismo no se impone al paisaje sino que lo abraza con casas blancas que se han construido encajadas en la ladera casi como si hubieran salido también por obra de la erosión natural sobre el relieve terrestre. En lo alto, el castillo almohade vigila el pueblo, siendo uno de los mejor conservados de todo Jaén. Allí, desde el mirador de Jorge Manrique (sí, el mismo del de las 'Coplas a la muerte de su padre', que vivió aquí de niño), se puede disfrutar de las mejores vistas panorámicas al valle del Trujala.

Trevor Huxham

El casco histórico es una joya declarada Conjunto Histórico-Artístico.  Pasear por sus calles empedradas, entre cipreses, fuentes imperiales y restos de muralla, es como hacerlo por un decorado o por un eco del pasado en el que el tiempo se ha detenido. Además del castillo, el pueblo tiene otros monumentos en forma de iglesia renacentista, unos baños árabes del siglo XI, una plaza de toros cuadrada y la casa natal de Jorge Manrique.

Otro punto a favor, como no podría ser menos tratándose de Andalucía, es su gastronomía . En Segura de la Sierra se come como en casa, sobre todo, cuando se trata de sus principales especialidades: los andrajos, las migas, el cordero al ajillo pastor, y si vas en temporada de caza, el jabalí y la perdiz. Todo con aceite de oliva virgen extra local, que ya de por sí sabe a gloria simplemente mojado con pan.

Rafael Tello

Paraíso de jiennense de piscinas y pozas naturales

No obstante, como el verano parece menos verano sin darse un chapuzón, también está bien saber que muy cerca del pueblo (a unos 4 km) se ubica la piscina de Armujo, en Orcera. Es una de las más grandes al aire libre de España, con casi 100 metros de largo.

Aunque si prefieres algo más salvaje, puedes alejarte un poco más y darte un baño en el Charco del aceite, una poza natural de agua transparente rodeada de pinos, o seguir el sendero del río Borosa, donde las cascadas forman piscinas cristalinas en las que resulta imposible no remojarse.

Juanma Merino

Aunque las opciones no se acaban aquí, el embalse de las Anchuricas, a una hora de Segura de la Sierra, permite nadar, hacer kayak o simplemente tumbarse a la sombra y ver la tarde pasar. Un verdadero oasis natural, sin cloro ni sombrillas o tumbonas numeradas.

Foto de portada | Paulo Etxeberria

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