Más del 29% de los españoles sufre artrosis y no solo afecta a las personas de edad avanzada
La osteoartritis, más conocida como artrosis, es un tipo de artritis que afecta a las articulaciones de las manos, las rodillas o las caderas. En España, afecta al 29,35% de los mayores de 40 años, más de 7 millones de personas y más de 600 millones de personas en el mundo según la Sociedad Española de Reumatología (SER). Aunque tradicionalmente era considerada una enfermedad vinculada a la edad avanzada, “ahora la artrosis afecta también a individuos entre 30 y 40 años” como asegura el Dr. Francisco Castro, reumatólogo del Centro Médico Teknon de Barcelona.
A niveles prácticos, la artrosis es la enfermedad articular más frecuente y se produce por desgaste del cartílago articular. Actualmente ese desgaste es irreversible y sólo puede controlarse el dolor con medicación y en algunos casos, con cirugía, la artroplastia. Ahora, un nuevo estudio afirma que podemos frenar el desgaste del cartílago y reducir el dolor sin usar lo uno ni lo otro, solo cambiando nuestra forma de caminar.
Según un estudio en el que han participado investigadores de la Universidad de Utah, la Universidad de Nueva York y la Universidad de Stanford y publicado en The Lancet Rheumatology, han encontrado potencial con el reentrenamiento de la marcha. Ajustar ligeramente el ángulo del pie al caminar puede reducir el dolor y ralentizar la degeneración del cartílago en personas con artrosis de rodilla, según un pequeño ensayo controlado aleatorizado sobre 68 personas.
Tanto al inicio como un año después de comenzar el estudio, se evaluaron mediciones clave en hombres y mujeres con artrosis de rodilla leve a moderada. Se registró tanto el dolor de rodilla como la carga articular y también cambios estructurales del cartílago utilizando resonancia magnética avanzada. Al realizar un pequeño ajuste en el ángulo del pie al caminar durante un año (de forma personalizada para cada uno de los individuos), los participantes experimentaron un alivio del dolor equivalente al de la medicación, pero sin tomar medicación, y además se observó una menor degradación del cartílago de la rodilla durante ese período en comparación con un grupo que recibió un tratamiento placebo.
Lo que se hizo fue reeducar la marcha según lo que cada paciente necesitara y con ello, reducir el impacto al caminar. Se usó una intervención biomecánica no invasiva en lugar de usar medicación para aliviar el dolor. Como explicaba Scott Uhlrich, profesor en el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Utah y uno de los investigadores, una mayor carga en la rodilla acelera la progresión en personas con artrosis, y “modificar el ángulo del pie puede reducir la carga sobre la rodilla”, solo que la intervención biomecánica no tenía estudios que demuestren su eficacia, hasta ahora.
En este ensayo utilizaron un enfoque personalizado para “seleccionar el nuevo patrón de marcha de cada individuo, lo que mejoró la capacidad de cada uno para descargar la rodilla y probablemente contribuyó al efecto positivo observado sobre el dolor y el cartílago”, asegura Uhlrich. Más allá del resultado, este estudio demuestra la efectividad de adaptar el ángulo de la marcha a cada paciente en lugar de aplicar una estrategia única para todos.
Es decir, buscar un tratamiento personalizado es mucho más efectivo que usar un protocolo general que puede ser más invasivo en según qué pacientes y llegar a producir riesgos asociados como daño hepático, gastrointestinal o renal por la toma de medicación. Además, el hecho de que se ralentice la progresión del deterioro del cartílago, podría retrasar también la necesidad de una artroplastia de rodilla. Aún es pronto, pero la reeducación de la marcha ha dado los primeros resultados positivos y eso es una buena noticia.
Fotos | Freepik, Anna Auza en Unsplash
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