Hemos probado el porno en 360 grados: Esto es lo que nos ha pasado

¿Te imaginas que bajas la vista a tus pies y descubres que tienes un cuerpo despampanante? ¿Que estás rodeada de desconocidos hambrientos de deseo practicando posturas imposibles? Pues bien, estas son algunas de las muchas experiencias impactantes que te propone el porno virtual.

Las empresas dedicadas al desarrollo de la tecnología VR (realidad virtual), que tanto éxito cosechan en campos como la pedagogía, video juegos y comunicación, también ha encontrado un filón en la industria del cine porno.

Los portales de contenido erótico VR y 3D, como virtualrealporn.com o BaDoinKvr.com, aseguran que la mayoría de los usuarios que hacen su primera inmersión en el porno virtual no vuelven a consumir cine X tradicional.

¿Es posible que la VR nos ofrezca una experiencia inmersiva en un área tan íntima como el sexo? ¿Me sentiré como la mismísima Trinity en esta especie de Matrix sexual?

Estas eran algunas de las preguntas (y fantasías) que rondaban en mi cabeza cuando me propusieron testar el porno virtual. En menos de quince minutos, que fue el tiempo que duró la demostración, la respuesta fue solo una: ¡WOW!

¿Qué necesitas para ver porno virtual?

-Unas gafas de realidad virtual que puedes comprar desde 15€. También puedes suscribirte un mes en una de las web de cine VR (20€) y ellas te regalan unas Cardboard (gafas VR de cartón).

-Un móvil Android (aquí Apple se ha quedado dormido de momento).

-La App AAA VR Cinema Cardboard 3D SBS que puedes descárgate en la play store de Google.

-Y bajarte la demo gratuita de una de las webs dedicadas a este contenido. Yo elegí BaDoink, porque aseguran ser los más avanzados y que sus films están realmente rodados en 360 grados.

Las películas VR utilizan el giroscopio incorporado en el teléfono para detectar el movimiento de tu cabeza y colocar la cámara exactamente donde estés mirando. En otras palabras, te convierten en una auténtica voyeur.

360 grados de seducción (y un mareo de tres pares de narices).

Aviso importante: para ver cualquier film en realidad virtual asegúrate de ajustar correctamente las lentes, si no la experiencia será tan mareante como descender a toda velocidad por una montaña rusa, de espaldas a la marcha mientras lees el periódico. Doy fe de ello.

También es aconsejable que adoptes la misma postura de tu alter ego, es decir, el actor o actriz que lleva en su cabeza la cámara. Tranquila, sabrás perfectamente quién es él/ella, porque será el único ser en la habitación al que no puedes ver la cara. Otra cosa es que tu alter ego te guste… ¿Quieres saber quién era el mío?

Cuando me miré los pies y descubrí que calzaba… un 45.

“¡Mátame, camión!” Ese fue mi primer pensamiento cuando bajé la mirada hacia “mi” cuerpo y me encontré con los pies de un gigante. Ascendí la vista hacia mis piernas y ¡mi cerebro se cortocircuitó! YO. ERA. UN. HOMBRE.

Imagínate qué shock. Toda una vida contenida en metro y medio de mujer y, de repente, me convierto en un tallo de tío, todo fibroso y con un pene magnífico. Por cierto, ¿sabes cómo se ve un hombre su propio miembro cuando está tumbado? Yo sí lo sé y te diré que resulta muy diferente desde su ángulo de mira.

De todos modos, existen películas virtuales enfocadas a mujeres donde adoptarás el cuerpo de porno star. Por desgracia, yo no encontré ninguna demo gratis y mira que me hacía ilusión verme con pechos estratosféricos (¡jo!).

En el cine VR puedes fisgar la casa de la porno star.

Una de las pequeñas ventajas del cine X en 360 grados es que puedes quedarte mirando a un ficus o curiosear en plan ‘Tu casa a juicio’, si no te interesa mucho lo que se está cociendo en la sala.

En el cuerpo de “mi alter ego”, me descubrí tumbada en una mesa de metacrilato negra en plan cadáver en la morgue. También me fijé en que llevaba una alianza de casado y que el salón donde nos encontrábamos era espectacular: techos elevados, paredes blancas, decoración minimalista y líneas rectas. Como ves, puedes dar rienda suelta a la cotilla que hay en ti. (La mía fue muy feliz).

Sonido envolvente… peligro en el ambiente.

En mi opinión, el sonido surround es el verdadero artífice de que el cerebro responda a los ruidos como estímulos reales. Los gemidos y cachetadas están perfectamente coreografiados. En posproducción suben o bajan en volumen para captar la atención del espectador y que gires tu cabeza cada tres segundos a riesgo de sufrir una tortícolis.

A medida que se desarrolla la escena, la experiencia porno virtual se va convirtiendo en una auténtica locura: cuando no te ves amenazada por un trasero musculado a un palmo de tu cara, ves unos zapatos de 15 cm sobrevolando tu cabeza o escuchas fuertes azotes que te ponen los pelos de punta. En fin, las frágiles de corazón que se abstengan del porno VR.

¿Te recomendaría el porno virtual? Si te gusta el cine X, sin dudarlo. Hoy por hoy tiene que mejorar mucho, pero el efecto 360 grados y el sonido envolvente le da un punto extra de realidad y lo hace bastante excitante. Además, te lo confirmo ya: vas a morir de risa.

Fotos: BaDoink, Dorcel, Pixabay, Google Cardboard, giphy.com.

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