Aunque se usaban para ocultar la orientación sexual, los jóvenes están reformulando su concepto y por buenos motivos
Históricamente los matrimonios lavanda se utilizaban para ocultar la orientación sexual de uno o ambos miembros de la pareja. Alguien era gay o lesbiana y se casaba con una persona heterosexual por conveniencia o para evitar la crítica social, el juicio o incluso la muerte. También existían por motivos religiosos o por su carrera profesional e imagen pública. Por ejemplo, en la Edad de Oro de Hollywood, muchos fueron presionados para cumplir "cláusulas morales" con las que mantener las apariencias.
Ahora la Generación Z está volviendo a los matrimonios lavanda en un tiempo en el que ocultar tu orientación ya no es necesario. Están redefiniéndolos y transformando el matrimonio tradicional. En lugar de casarse con un amor tradicional, lo hace con su amor platónico, como Samantha Greenstone y Jacob Hoff, uno de los casos de matrimonio lavanda más populares en los últimos tiempos. Los motivos por los que cada vez más jóvenes se apuntan a la tendencia de hacerlo son varios, y va más allá de que se haya convertido en un trend de TikTok o una moda.
El fin del amor romántico tal y como lo conocemos. Empecemos por el más evidente y es que cada vez es más complicado encontrar el amor. Sales de una cita, luego de otra, de otra y de otra más. Te hacen ghosting, ves valores que no te interesan y piensas que tener un hijo será un auténtico problema si esto sigue así. Entonces piensas en tu mejor amigo que es gay y no te parece tan descabellado casarte con él porque vuestra amistad es pura y maravillosa. Disfrutar de los beneficios de tener un mejor amigo que viva contigo, de los días libres por enfermedad, de las posibles ventajas fiscales y sobre todo de la compañía de alguien que te quiere y al que quieres.
La precariedad y los problemas de vivienda. Pocas personas a día de hoy en España pueden permitirse vivir solas si no ha sido heredando. Los jóvenes nos independizamos con 30 años de media, y la crisis de la vivienda está haciendo tanto daño a la Generación Z que si no es con dos sueldos, no podremos irnos. Si no tienes pareja, eso te deja en una situación en la que puedes compartir piso, o comprarlo con tu marido lavanda. Como explicaba Edward Reese, experto en género y sexualidad en Vice, “Muchos millennials y miembros de la generación Z no pueden afrontar el coste de la vida por sí solos”. De hecho hay quien dice que el auge del poliamor podría ser una respuesta a la crisis económica.
La incertidumbre por el futuro si estás en EEUU. Si estás en Estados Unidos y perteneces a la comunidad LGTBIQ+, hay que sumar a la ecuación el manifiesto del Proyecto 2025 que exige la eliminación de todas las regulaciones federales que prohíben la discriminación por orientación sexual e identidad de género para "apoyar la formación de familias nucleares estables y casadas". Sí, suena a siglo XIX pero podría pasar, así que de nuevo la idea de un matrimonio lavanda va tomando fuerza.
La bendición de casarte con un amigo. Solemos buscar una pareja romántica que sea algo más que cónyuge. Como explicaba la psicóloga clínica Alexandra Solomon en el New York Times, “Queremos a alguien que nos vea y nos entienda”, y añadía que “eso es lo mismo que queremos en nuestras amistades. Realmente ansiamos esa misma sensación de afinidad y admiración". Si encontramos esa conexión casi bendecida y mágica, ¿tan mala idea sería comprometerse como haríamos con una pareja? Con un amigo puedes conseguir una intimidad tan grande como lo harías con una pareja romántica normativa en la que hubiera sexo.
¿Funcionaría a nivel de relaciones? Pues como con todas ellas, dependerá del compromiso de sus miembros y de la comunicación que tengan. Si pensamos en la versión moderna de un matrimonio lavanda como un “acuerdo” entre dos personas para vivir como un matrimonio sin sexo y ambos están de acuerdo, funcionará. No es compartir piso, es un compromiso mayor y con las mismas implicaciones que tendría una pareja.
Como explicaba Reese, la pareja del matrimonio lavanda debería poder superar los conflictos, dialogar y llegar a acuerdos, como cualquier otra pareja. "Es una unión con compromiso, amor y lealtad, y todo esto puede no ser romántico", explicaba. Eso puede ser tan bonito como la historia de amor romántico más bonita jamás contada, porque una amistad verdadera no es otra cosa que una historia de amor.
Fotos | Daiga Ellaby en Unsplash, Djim Loic en Unsplash
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