En 1974 Portugal llevó una canción muy mala a Eurovisión. Con ella hundieron la dictadura

Quedó la última en el festival, pero consiguió algo mucho mejor: iniciar la Revolución de los Claveles

María Yuste

Editor Senior

Portugal suele ser un país que, por norma general, pasa bastante desapercibido en Eurovisión. Sin embargo, cuando destaca, siempre es por la puerta grande. No solo tenemos el ejemplo de Salvador Sobral consiguiendo la primera (y única) victoria para el país vecino con una balada sencilla y solamente él en el escenario cantando con un pie de micro. En 1974 llevaron una canción que, a pesar de recibir solo tres puntos, anunció la llegada de la democracia a Portugal. Porque en este Festival no siempre hay que ganar para ser el ganador.

La canción olvidada de Eurovisión que es un símbolo de libertad en Portugal. La balada romántica 'E Depois do Adeus' ('Y después del adiós'), interpretada por Paulo de Carvalho, representó a Portugal en el Festival en 1974. Celebrada en Brighton (Reino Unido), la edición ha pasado a la historia por contar con participantes como Olivia Newton-John o Peret pero, sobre todo, porque ABBA fueron los ganadores con 'Waterloo'. Sin embargo, aunque ni los propios portugueses suelen acordarse de que Carvalho participó en Eurovisión, su canción es para ellos un símbolo de libertad por la conexión que guarda con la Revolución de los Claveles.

El "flower power" portugués. En realidad, la letra trata de un hombre que tiene que afrontar el fin de una relación sentimental. Para ello, Carvalho adoptaba el rol de un hombre que le contaba a su pareja cómo se sentía, comparándola con "una flor que recogí", y dando a entender así que su amor había sido efímero. Además, también reflexiona sobre la naturaleza de este sentimiento, donde se gana y se pierde a la vez. Un poco como le pasó al propio artista.

La señal que coordinó el inicio de la Revolución de los Claveles. A pesar de que la letra de 'E Depois do Adeus' no tiene ninguna connotación política, fue la señal que utilizaron las fuerzas armadas portuguesas la noche del 24 de abril de 1974 para coordinar el inicio del levantamiento que, al día siguiente, acabaría oficialmente con 48 años de dictadura salazarista. La canción, que estaba de actualidad por su participación en Eurovisión, sonó a las 22:55 en Rádio Emissores Associados de Lisboa sin levantar sospechas y poniendo banda sonora a una revolución que terminaría con los cañones llenos de claveles por las calles.

Henrique José Teixeira Matos

En Eurovisión, no hace falta ganar para ser el verdadero ganador. De este modo, aunque Paulo de Carvalho había acabado último unas semanas antes en el certamen, su canción sirvió de primera señal para prender la mecha de la revolución contra una dictadura autoritaria, inspirada en el fascismo, y basada en la propaganda, la represión y la censura. Liderada por António de Oliveira Salazar, que ha sido descrito como cínico y terrible, y cuyo bajo mandato se asesinaron torturaron a 22.800 opositores. Desde aquel día, los portugueses celebran todos los años el 25 de abril y recuerdan la canción que quedó última en el Festival Internacional de la Canción.

Foto de portada | Centro de Documentación de la Universidad de Coimbra

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