Así se rompe de una vez por todas con la adicción al móvil: los expertos nos lo explican

Érase una mujer a un móvil pegado. Un sentimiento obsesivo, un repentino impulso cada segundo para consultarlo.

Así podría empezar la Oda al móvil que cualquiera de nosotros podríamos entonar a diario, a veces sin ni siquiera reparar en la dependencia que se tiene de este pequeño aparato.

Pero si de repente has levantado la cabeza de la pantalla y te has dado cuenta de la cantidad de precioso tiempo que pierdes mirándola, hay una serie de trucos para desengancharse sin sufrir ansiedad. Nos lo cuentan los expertos.

Imagina esta situación: sales de casa para ir a trabajar como cada mañana y cuando ya llevas medio camino hecho de repente sientes un pálpito. ¿Dónde está tu móvil? Empiezas a buscar en el bolso frenéticamente, pero nada. No está. Te lo has dejado en casa. Y es entonces cuando empiezas a entrar en un estado de pánico.

No, no es una exageración. Esta situación que podría parecer una locura, la sufre mucha gente y hasta tiene un nombre para diagnosticarla: nomofobia.

Su nombre viene de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia" y según los expertos es la nueva enfermedad del siglo XXI: el miedo a no tener el teléfono móvil encima.

Y para los millenials es aún peor: un estudio realizado por Academia de Ciencias de Hungría y la Universidad de Eotvos Lorand descubrió que para la muestra de jóvenes participantes en el estudio, de entre 18 y 26 años, perder el teléfono no era sólo algo terriblemente estresante, también podía provocar síntomas físicos muy parecidos a padecer un trastorno de estrés postraumático.

Y otro estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid ha llegado a la conclusión de que en España** un 5,1% de la población tiene un consumo problemático o adictivo** de su móvil y otro 15% está en riesgo de ser adicto o lo tiene difícil para desengancharse.

Con estos datos en la mano hemos consultado con Beatriz Gomez Alsar, Psicóloga General Sanitario, y con Daniel Lema, otro profesional del ramo para que nos den las claves para conseguir independizarnos un poco de nuestro móvil sin sufrir ansiedad.

1.- Prueba a silenciarlo

Es una de las claves que nos da Beatriz: "dejar el móvil en casa o guardado en un cajón nos parece impensable, pero se puede hacer. Y si eres de los que piensan que si pasa algo no vas a poder comunicarte entonces no lo dejes, pero no lo tengas siempre con sonido. Prueba a silenciarlo, dejarlo boca abajo en la mesa, o en el bolso/ mochila para no chequearlo constantemente", nos explica.

Para esta profesional la clave es tratar de sentirse centrado y poder prestar la atención que se merecen las personas que te rodean: "y cuando termines o te quedes un momento tranquilo puedes revisar tu smartphone".

2.- No cortes de raíz

Daniel Lema nos aconseja racionar poco a poco nuestro consumo priorizando cada día: "haz una lista de las tareas más importantes que tienes que cubrir por la mañana. Cada vez que termines una puedes hacer una pequeña pausa y entrar en tus redes sociales favoritas, a modo de pequeña recompensa."

3.- No te lo lleves a la cama

En este punto se ponen de acuerdo tanto Beatriz como Daniel: "para favorecer el descanso, la cama es para dormir y descansar. Yo recomiendo no usar el móvil, la tablet o un portátil antes de dormir. Te activa e impide que tu cerebro desconecte. Además puedes entrar en un bucle de apps (Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp ...), comentarios y poco a poco te picas y cuando te das cuenta llevas 45 min haciendo nada y robándote tiempo de descanso o compañía de tu pareja", explica Beatriz.

Daniel Lema da un paso más allá: "lo ideal sería dejar de usar el móvil una hora antes de irte a dormir. Pero entiendo que esto es difícil hacerlo de golpe, así que se puede ir aumentando el tiempo paulatinamente. El primer día dejamos de usar el móvil 15 minutos antes de irnos a la cama, el siguiente, 20, el siguiente, 30, etc."

4.- No conviertas tu móvil del trabajo en tu teléfono personal

La tentación es muy grande, pero según nos cuenta Beatriz puede ser un peligro: "muchas empresas lo exigen pero si te sucede esto sabrás que los fines de semana, vacaciones y tiempo libre dejan de serlo para ser invadidos por temas laborales. Al final ni disfrutas ni trabajas."

Esta profesional nos aconseja que si no puedes desactivarlo y tu trabajo exige no poder desconectar realmente, al menos puedes dedicar un momento al final del día para revisar temas profesionales. Lo ideal es que el trabajo se limite a su horario: "y puedas separar ocio y vida laboral. De vacaciones móvil de trabajo: no", subraya.

5.- Reserva un momento

Daniel Lema nos aconsejar reservar diez o quince minutos al día, siempre los mismos, "por ejemplo, a la hora de la comida o cuando vuelves a casa en el transporte público", para chequear las redes sociales, navegar, etc.

6.- Analiza si es importante o no

Una de las cosas en las que hace hincapié Beatriz Gomez Alsar es en distinguir lo urgente de lo que no lo es: "no hace falta revisar las redes sociales cada minuto", insiste, "esos gatitos van a seguir haciendo monerías a ritmo de reguetton todo el día, incluso te los puedes ahorrar, pero si realmente te divierten, estarán ahí dentro de un rato. Si te das cuenta la mayor parte de las cosas que suceden en estas redes no son urgentes. Cuando algo es urgente, te llaman o escriben y te lo dejan claro".

Para esta experta también es importante analizar hasta qué punto es importante compartir todo por las redes sociales: "se puede ver una puesta de sol sin fotografiarla y sobre todos sin compartirla... ¡Vívela!! Disfrútala!!Y por supuesto se puede comer quinoa sin que todo el mundo lo sepa".

7.- Cuidado con los grupos de WhatsApp

"Por ti, por tu salud mental. Y por la de los que te rodean... seguro que alguno es importante, ese déjalo con sonido, pero los grupos (que todos tenemos) "de mamis del cole", "solo tíos" "las chicas al poder" o el de la casa rural de 2015 que inexplicablemente aún sigue en funcionamiento, etc. es mejor ponerlos en silencio", pide Beatriz.

En general, los expertos nos aconsejan a probar a estar unas horas, o incluso días, limitando el uso del móvil poco a poco. Y como nos comenta Beatriz "veras que hay gente muy amable que está deseando hablar con nosotros cara a cara". Y añade un bonus track: "al hablar personalmente nos ahorramos muchísimos malentendidos que por escrito son casi inevitables".

Fotos| Pexels.com

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