Pierre Bergé, el ex de Saint Laurent, la lía parda al acusar a los diseñadores de favorecer la moda de los hijabs por dinero

De un tiempo a esta parte cada vez son más las marcas de moda que se apuntan a diseñar colecciones destinadas a las mujeres con velo. En Marks & Spencer se venden trajes de baño a los que han llamado Burkini (un traje de baño integral para mujeres musulmanas), en Uniqlo hijabs; Mango, Donna Karan e incluso Tommy Hilfiger han lanzado colecciones cápsulas destinadas a las musulmanas. El pasado septiembre, H&M causó un gran revuelo con una publicidad en la que se podía ver a la modelo Mariah Idrissi con hijab.

Las grandes marcas del prêt-à-porter, pero también grandes diseñadores como Domenico Dolce o Stefano Gabanna tienen puesto en su punto de mira a una potencial clientela islámica. De momento, acaban de diseñar toda una línea de velos y túnicas largas destinada a las mujeres musulmanas a la que han llamado Abaya que se compone de 14 prendas.

Una tendencia que ha escandalizado a Pierre Bergé, compañero sentimental durante muchos años de Yves Saint-Laurente, su socio en los negocios, y antiguo presidente de la Cámara Sindical del prêt-à-porter de los diseñadores y creadores de moda franceses.

En un programa de la televisión francesa Pierre Bergé no dudó en explicar las razones de su enfado comentando que, después de haber estado durante 40 años al lado de Yves Saint Laurent había visto y entendido que la labor de un diseñador de moda consistía en embellecer a las mujeres para proporcionarles libertad, por lo que no podía evitar sentirse escandalizado viendo como algunas marcas se convertían en cómplices de una dictadura que obligaba a ocultar a las mujeres. Algo absolutamente inadmisible e intolerable para un país como Francia que fue el primero en hablar de los derechos humanos.

Los fabricantes de prendas se defienden diciendo que responden a una demandan creciente por parte de las mujeres veladas (un 22% de la población mundial), aprovechando de paso el nacimiento de un nuevo mercado que se estima podría llegar a generar miles de millones de dólares en el 2019.

Para Bergé es sólo cuestión de hacer dinero, pero en su opinión las convicciones deberían prevalecer sobre el vil metal, y no porque los maridos obliguen a sus mujeres a taparse hay que animarles, sino que hay que enseñar a las mujeres a desvestirse y a liberarse y, desde luego, no comprar a sus hijas Hijarbies.

A esas mujeres que han decidido libremente cubrirse, Bergé les reprocha que se quieran anclar en unas costumbres que son incompatibles con las de la libertad. El término de modestia o pudor asociado a un velo para probar que se es musulmana implica también que las mujeres se muestren respetuosas, que bajen los ojos delante de los hombres. Esto presupone que las mujeres que no lo hacen resultan todas pretenciosas y que pecan de inmodestia.

Como podéis imaginaros estas declaraciones han desencadenado todo un aluvión de críticas en las redes sociales que le acusan de islamofobia. Pierre Bergé se defiende diciendo que eso no es cierto, que la mayor parte del año vive en Marruecos, y que su fundación siempre ha defendido la artesanía de los pueblos de Oriente Medio. También ha dicho que tiene por costumbre decir lo que piensa y de pensar mucho lo que dice, y que le importa poco las críticas de la gente.

Fotos | Cordon Press, Fundación YSL-Pierre Bergé, D&G, H&M
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