El lujo europeo se desmorona: ahora es la explotación laboral (y no las ventas) las que ponen en jaque al sector

Bajas ventas, cierre de tiendas, nombramientos estratégicos y, por supuesto, más escándalos en el panorama del lujo internacional, ahora es una investigación que pone en entredicho la imagen de varias marcas vinculadas por su excelencia y ética: las prestigiosas firmas de moda Dior y Valentino están siendo investigadas por las autoridades italianas debido a presuntas prácticas de explotación laboral en sus cadenas de suministro, específicamente en la producción de accesorios y bolsos.

Esta semana se dio a conocer que la policía en Milán arrestó a un ciudadano chino por presunta explotación laboral y cerró un taller en el área de la ciudad que producía artículos para la industria de la moda, y que se originó tras la denuncia formal de un trabajador después de que su empleador le fracturara la mano cuando intentó reclamar 10.000 euros en salarios atrasados.

Dicho anuncio se dio apenas unos días después de que un taller de producción de Valentino fuera puesto bajo administración judicial por abusos a trabajadores dentro de su cadena de suministro, uno de los que forma parte de una serie de casos que han manchado la imagen de las marcas de lujo que ostentan la etiqueta del Made in Italy.

Al respecto, la Autoridad Italiana de Competencia (AGCM) ha concluido su investigación sobre una compañía de Dior, donde la empresa aceptó una serie de medidas compensatorias voluntarias cuando, en una investigación judicial a finales del año pasado, se hicieron hallazgos de condiciones de explotación laboral en talleres subcontratados.

Estos talleres producían bolsos de cuero para marcas de lujo y, al parecer, empleaban a trabajadores indocumentados, muchos de ellos inmigrantes, con salarios bajos y en condiciones precarias, a quienes se les pagaba una mínima parte del precio final de los bolsos.

Si bien Italia es sede de una gran cantidad de pequeños talleres artesanales (en su mayoría de marroquinería y tejidos), lo cierto es que estos talleres tienen un papel fundamental en el dominio global de la industria del lujo, sin embargo, son también un punto de atención a tener en cuenta por parte de las autoridades, ya que el poco seguimiento de una cadena de producción y suministro tan grande como esta, se vuelve un terreno fértil para la práctica de abusos laborales.

Este tipo de subcontrataciones que a menudo las marcas de moda utilizan para ahorrar costos, puede, a la larga, costarles demasiado caro: en el mercado actual, donde la confianza del consumidor en las marcas de lujo se basa en la autenticidad y la ética, estos escándalos podrían erosionar esa confianza y traducirse en pérdidas que van más allá que cuantiosas multas económicas.

Foto de Osarugue Igbinoba en Unsplash | maisonvalentino

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