16 versos que nos deja Robe Iniesta, de Extremoduro, que también puedes utilizar en tu boda (y en otros momentos especiales)

Estrella del rock, poeta y filósofo, fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes

María Yuste

Editor Senior

Si nunca has escuchado Extremoduro más allá de las típicas canciones que a la gente le da por cantar de fiesta, como 'Salir', tal vez pienses que Robe Iniesta fue el típico rockero con problemas con las drogas y letras llenas de referencias sexuales y palabras malsonantes. Una imagen muy básica que se queda en la superficie y en el cliché con la que te estás perdiendo toda la complejidad por la que fue galardonado en 2024 con la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes.

Como letrista, el que fuera líder de Extremoduro durante 32 años, deja una huella imborrable en el rock español. Supo combinar con maestría humor cafre, introspección profunda, referencias bíblicas y homenajes a los grandes poetas de habla hispana. Sus canciones están pobladas de imágenes inolvidables: unas explícitas y provocadoras, otras repletas de sensibilidad. Por eso, a su muerte a los 63 años, recogemos algunos de sus versos más potentes, prueba irrefutable de que fue un poeta y un filósofo cuya voz revivirá por siempre cada vez que necesitamos tomar prestadas sus palabras para dar forma a nuestros sentimientos.

Índice de Contenidos (19)

Para declarar tu amor

Si te vas

Si te vas
Me quedo en esta calle sin salida.

Quédate muy cerca de mí
Así, los dos, dulce madrugada
Mírame, y vuelve a sonreír
Que si no, yo no comprendo nada.

La vereda de la puerta de atrás

Y si fuera mi vida una escalera
Me la he pasado entera buscando el siguiente escalón
Convencido que estás en el tejado
Esperando a ver si llego yo.

So payaso

Quiero ser tu perro fiel
Tu esclavo sin rechistar.

Un instante feliz

No quedan sombras del pasado desde que te has acercado
Ahora todo es claridad
No quedan penas atrasadas, ni quedan puertas cerradas
Ni nada que derribar.

Coda feliz

Ahora soy un adicto feliz
A mí nadie me ha visto llorar
Ahora soy un adicto de ti
Y del aire que respiras
Que nunca se me termina

Y ahora soy un adicto feliz
A mí nadie me ha visto llorar
Ahora soy un adicto de ti
Y del eco de tus pasos al llegar

Ahora soy un adicto feliz
A mí nadie me ha visto llorar
Ahora soy un adicto de ti
Y de tu piel, ¡y de tu boca!

De manera urgente

Y si de repente se cayera la Luna
Y si de repente no te volviera a ver
De manera urgente caería en la locura
Y, de manera urgente, tendrías que volver.

Golfa

Tan, tan
Llaman a la puerta otra vez
Ya va, ¿quién es?
Fui a abrir
Y se metió en mi casa un amanecer.

Cada vez que te levantas de la cama y vas a trabajar
Me quedo tan solito que no sé donde me voy a agarrar
Cada vez que te levantas de la cama, y no sé donde vas
Me quedo tan solito que ahora sé dónde me voy a agarrar.

Vente a la sombra, amor
Que yo te espero
Que tengo el corazón
Aquí con bien de hielo
Vente a la sombra, vente amor
Que yo te espero que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo.

Para dedicar a un amor perdido

Stand by

Sueña con su melena
Y viene el viento y se la lleva
Y desde entonces, su cabeza solo quiere alzar el vuelo
Bebe rubia la cerveza para acordarse de su pelo

Mi espíritu imperecedero

Si el sol dice que te desenamoras
Si dice que te olvide, vida mía
Maldigo cada día
Y maldigo el correr de las horas

Se ha roto otro peldaño
De la escalera
Soledad y desengaño
Son mi condena

La vereda de la puerta de atrás

Y dejar de lado la vereda de la puerta de atrás
Por donde te vi marchar
Como una regadera que la hierba hace que vuelva a brotar
Y ahora es todo campo ya.

Sucede

Yo me quedé con su olor, ella me arrancó la piel
Me dijo justo al final, no quiero volverte a ver

¿Quién quiere saber?
Si estoy quemado o escondo un corazón helado y quema mi ser.

La ley innata

Mientras tanto pasan las horas
Sueño que despierto a su vera
Me pregunto si estará sola
Y ardo dentro de una hoguera

Para hablar de la vida y lo que le da sentido

Salir

Para algunos, la vida es galopar
Por un camino empedrado de horas
Minutos y segundos
Yo, más humilde soy
Y solo quiero que la ola que surge
Del último suspiro de un segundo
Me transporte mecido
Hasta el siguiente.

Ama, Ama, y ama y ensancha el alma

Abrid los brazos, la mente y repartíos
Que solo os enseñaron el odio y la avaricia
Y yo quiero que todos como hermanos
Repartamos amores, lágrimas y sonrisas.

Hay que volar libre al sol y al viento
Repartiendo el amor que tengas dentro.

La vereda de la puerta de atrás

Y muere a todas horas gente dentro de mi televisor
Quiero oír alguna canción
Que no hable de sandeces y que diga que no sobra el amor
Y que empiece en sí, no en no.

A la sombra de mi sombra

No quiero ver injusticias ni miserias;
no quiero ver militares ni princesas;
no quiero ver dictaduras ni pobrezas;
no quier ver religiones ricas, ni reinas.
Que sólo quiero yo ver a los pobres sin miseria;
a los ricos sin dinero desnudos en esta tierra;
a infinitos corazones unidos por el amor
y unidos contra la guerra.

Foto de portada |  Everton Vila 

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