El truco de journaling que necesitas para disparar tu concentración en sólo cinco pasos

Un buen truco con el que podrás gestionar mejor tu atención para tus actividades

Editor

Recientemente, en la era de las notificaciones constantes, las reuniones interminables y la multitarea forzada, concentrarse en una sola cosa parece casi un superpoder: comenzar el día con la intención de ser productivo no está mal, pero a mitad de la mañana ya estamos inundados de correos, redes sociales y pendientes que no avanzan. 

Para contrarrestar ese caos, existe un método sencillo y sorprendentemente eficaz: el journaling de enfoque. Este método no es más que dedicar unos minutos a escribir tus prioridades y planificar tu concentración con intención, una técnica de cinco pasos clave para que trabajar sin distracciones sea mucho más fácil, de acuerdo a la Health Coach Jessica Andrade.

Para ponerlo en práctica, comienza el día abriendo tu diario o libretay escribes la pregunta 1: Tu tarea más importante. Aquí decides cuál es esa única cosa que, si la haces, hará que tu día haya valido la pena. No se trata de tachar muchas cosas pequeñas, sino de identificar esa labor de alto impacto que requiere tu concentración máxima.

Después de eso pasa al paso 2: elimina tus distracciones. Anota qué podría interrumpirte: el móvil, las notificaciones, el navegador abierto, los mensajes, compañeros que pasan… y luego escribe qué vas a hacer para neutralizarlas. Por ejemplo, activar el modo "no molestar", cerrar pestañas innecesarias, bloquear redes sociales durante la sesión. La idea es que tu mente no tenga que decidir si sucumbir a la distracción.

Uno de los pasos más importantes es crear tu bloque de trabajo profundo. En tu diario planificas un bloque de tiempo en el que trabajarás sin interrupciones en esa tarea importante que elegiste. Puede ser de 60 a 90 minutos, o lo que estés entrenado para aguantar. 

Antes de empezar, anota la hora de inicio, el objetivo concreto y las "reglas del juego" (qué puedes o no hacer), para que tu mente sepa que es momento serio de enfoque. Durante ese bloque, evitas hacer multitarea y te centras exclusivamente en la tarea a la que le darás prioridad.

¿Productiva o superficial? En el cuarto paso te invitas a distinguir si algunas tareas requieren concentración profunda (productivas) o si son rutinarias, administrativas o de poca carga cognitiva (superficiales). En tu diario puedes marcar si cada cosa pendiente es profunda o superficial, y decidir diferir o delegar lo superficial para liberar espacio para lo profundo.

Por último, como el espacio de trabajo también es importante, hacer una revisión del lugar donde trabajas es importante: ¿hay luz adecuada? ¿Temperatura cómoda? ¿Ruido molesto? ¿Mesa despejada? Escribir qué ajustes vas a hacer para que el entorno ayude en vez de obstaculizar tu concentración es un paso a tener en cuenta, porque un entorno bien cuidado reduce la fricción mental y ayuda a que el bloque de trabajo fluya.

Recuerda que el objetivo de hacer journaling es que haya un registro de lo qué hiciste, de cómo lo hiciste y de qué puedes rescatar de ello para mejorar en tu vida diaria, en este caso, dentro del ámbito de la productividad. Con el tiempo, este hábito te dará más claridad mental y hará que te concentres con más facilidad en tus tareas diarias.

Foto de Vitaly Gariev en Unsplash

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