Sin pisar la barbería, así puedes afeitarte el cuello en casa para que la línea de tu barba quede tan perfecta como la de los héroes de Marvel

Seguramente has sentido lo mismo que muchos hombres al salir de la barbería: esa sensación de poder y de magnetismo que te brinda un buen corte de cabello o de arreglo de barba que te gustaría que se quedara contigo cada día de tu vida, sin embargo, la realidad nos golpea con dureza: tarde o temprano, hay que volver a sentarnos frente al espejo para lucir tan arreglados como siempre queremos lucir, al menos hasta ahora, porque desde casa podrás replicar ese efecto con este método para afeitar tu cuello.

Para empezar, es importante que veas el cuello como parte del lienzo completo de tu cara, no como una zona que "da igual" al momento de arreglarse. Para saber exactamente cómo delinearla, imagina una "U" que comienza justo detrás de la mandíbula y baja uno o dos dedos por debajo de la nuez del cuello; todo lo que quede por debajo de esa línea debe eliminarse. Esta es la base para que la forma quede limpia, evidente y sin esa sombra que puede hacer que la mandíbula no se marque tanto.

Antes de poner a punto tus herramientas, aclara y seca bien la zona: aplica un exfoliante suave en cuello y cara para eliminar impurezas, lava, seca y peina el vello en la dirección del crecimiento para que todo esté "en su sitio" antes del corte. Una vez tienes la base, llega el momento del delineado: toma una buena recortadora y haz pasadas cortas donde imaginas esa "U" que delimita la parte que vas a conservar. 

Mira bien la simetría desde ambos lados, tanto en el espejo principal como en uno auxiliar si lo tienes para que no quede disparejo de ningún lado. Luego, baja a la acción: recorta el exceso de vello que queda por debajo de la línea que has trazado, y después usa una afeitadora o rastrillo para rematar y dejar un acabado limpio, que luzca pulido y profesional.

Si llevas una barba algo más larga y quieres un acabado más moderno, puedes degradar suavemente la zona que va de la barba al cuello (por ejemplo entre cero y tres milímetros) para evitar un salto brusco.

Para terminar, no te olvides del detalle final: perfila los contornos con calma, y aplica un producto que calme e hidrate la piel para evitar rojeces o esa sensación tirante tras haber trabajado la zona del cuello. Pero también hay que tener cuidado con dos errores comunes: primero, no subas la línea de corte demasiado alto, porque puede dar un efecto de "doble mentón" o que la mandíbula parezca menos marcada; también evita recortar el vello cuando está mojado, ya que al secarse se encoge y podrías quedarte corto.

Sin necesidad de pedir cita en la barbería, con un poco de práctica y buen ojo en casa puedes conseguir ese efecto de una mandíbula al estilo de un súperhéroe, pero hazlo con calma, revisa bien los ángulos y disfruta (y presume) del resultado.

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