Porque escribir el año que termina no es solo recordar; es preparar tu mente para lo que está por venir
Hay una manía curiosa que tienen muchas personas cuando se acerca el final de diciembre: en vez de mirar de frente al año nuevo con una lista de propósitos random, se sientan a escribir sobre cómo ha sido el año que termina. No es un ritual esotérico ni nada de eso, es más bien como hacer un resumen mental con boli y libreta antes de darle al botón de reset y empezar de cero.
Esa práctica, que viene de técnicas de journaling o escritura reflexiva, no solo te ayuda a recordar momentos concretos, sino también a entender mejor qué fue bien, qué fue mal y qué merece la pena llevar contigo al año que viene sin dramas ni postureo.
Cuando uno se pone con esto del journaling de fin de año, lo que hace en realidad es crear un puente entre el pasado y el futuro. Reflexionar sobre el año que termina permite ver qué aprendiste y con qué te quedas para encarar el año siguiente con más claridad y propósito que una lista de propósitos de barbacoa en enero.
Esta práctica sirve para apreciar las pequeñas victorias, reconocer los tropiezos sin martirizarte y darle forma a ideas e intenciones que sí tienen sentido para el próximo año.
En sitios como The Eveerygirl se propone una serie de preguntas guías o "prompts" que te ayudan a cavar un poco más hondo: desde identificar momentos que te hicieron sentir vivo hasta pensar en hábitos que quieres dejar atrás o cultivar en el año que está por llegar.
La idea no es llenar páginas aburridas, sino convertir el ejercicio en una especie de charla íntima contigo mismo, casi como si te estuvieras dando la paliza de verdad al procesar lo que fue 2025 para estar listo mentalmente para 2026.
En otro post como el de Will Frolic For Food, animan a utilizar prompts intencionados para reflexionar sobre los éxitos y desafíos del año pasado y luego plantear metas claras y con sentido para el futuro. La escritura te da una pista: cuando pones en palabras lo que ha pasado y lo que quieres que pase, dejas de improvisar y empiezas a planear con intención, lo que puede marcar la diferencia entre un año que se te escapa de las manos y uno que realmente construyes a tu medida.
Ideas de journaling para el inicio y el fin de otro año
Hacer balance del año pasado nos permite celebrar los logros, reconocer los desafíos y descubrir lecciones valiosas. Usa estas sugerencias para tu diario y profundiza en los momentos destacados, los momentos difíciles y todo lo demás.
- ¿Hubo alguna pequeña victoria o logro que no pensaste en celebrar?
- ¿Qué fortalezas personales le ayudaron a tener éxito este año?
- ¿Qué hiciste este año que te sorprendió positivamente?
- ¿Qué fue lo más difícil a lo que te enfrentaste en 2025 y cómo lo superaste?
- ¿Qué es lo que aprendiste sobre ti mismo a través de esta experiencia?
- ¿Cómo reaccionaste cuando las cosas no salieron según lo planeado?
- ¿En qué áreas creciste más, aunque el progreso fuera lento?
- ¿Qué hábitos o rutinas apoyaron consistentemente tu bienestar, incluso en los días difíciles?
- ¿Hubo alguno que obstaculizara tu progreso o bienestar?
- ¿Qué hábito te gustaría experimentar durante el próximo año para apoyar la versión de ti mismo en la que te estás convirtiendo?
Así que cuando llegue ese momento entre polvorones y uvas, no está de más abrir un cuaderno, escribir sin filtros y dejar que las palabras te ayuden a entender mejor lo que fue este año antes de lanzarte al próximo con las pilas puestas. Porque escribir el año que termina no es solo recordar; es preparar tu mente para lo que está por venir.
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