Ni 'Caramelo' ni 'Beethoven': la película protagonizada por un perro que es una lección de vida

No sé en qué momento exacto me convertí en una persona que no puede ver un perro por la calle sin sonreírle como si fuera un bebé. Fue mucho antes de adoptar al mío  que descubrí que no hay mejor terapia que acariciar lomitos después de un mal día. Por eso, cuando me enteré que este año se estrenaba 'Good Boy', una película de terror contada desde el punto de vista de un perro, supe que sería una de las primeras en ir al cine a sufrir con él, querer abrazarlo y, si hacía falta, gritarle a la pantalla que saliera corriendo de esa casa embrujada.

Tras pasar por los festivales de Sitges y SXSW, 'Good Boy' ya ha llegado a la cartelera española. Dirigida por Ben Leonberg, es una película rodada a lo largo de tres años con su perro Indy como protagonista, un retriever de Nueva Escocia que, aviso, actúa mejor que muchos humanos. Después de los elogios que se llevó Messi, el can de 'Anatomía de una caída' y del éxito de 'Caramelo' en Netflix, Hollywood parece haber recordado algo olvidado hace tiempo: los perros ya vienen de fábrica con carisma, verdad emocional y una capacidad inhumana para despertar empatía en el espectador.

En esta película, casi experimental, la cámara sigue a Indy a ras de suelo, siempre desde su mirada. De este modo, el escenario que nosotros entendemos como una casa encantada, para él es simplemente un territorio en el que proteger a su dueño. Lo que para un protagonista humano sería miedo ante una entidad demoníaca invisible, para Indy es algo que amenaza a su dueño, tenga el origen que tenga. A través de ladridos, silencios y miradas el protagonista de cuatro patas transmite todo sin necesidad de palabras.

En gran parte, esto es posible gracias a su mirada neutra, combinada con el montaje, que nos hace creer que Indy siente miedo, ternura, tristeza o sospecha. Aunque el perro no “actúa”, simplemente existe. Sin embargo, como tantas veces sucede en la vida real, los humanos proyectamos sobre los perros todo lo que nos falta: paciencia, bondad y esa capacidad de mirar sin juzgar. El directo lo aprovecha aquí hasta el extremo, convirtiendo a Indy en espejo y héroe del grito a la vez.

Un nuevo clásico perruno

Llevo años defendiendo que los perros merecen su propio resurgir cinematográfico, y 'Good Boy' es justo la prueba de que el cine con perros todavía puede vivir una segunda edad de oro. Después de clásicos como 'Lassie', 'Beethoven' o 'Marley & Me', parecía que ya solo nos quedaban los vídeos virales de TikTok y los anuncios de pienso. Pero entre 'Dog. Un viaje salvaje' (con Channing Tatum), 'Arthur' (con Mark Wahlberg) y ahora 'Good Boy', algo está cambiando en que los animales animal ya no sean solo un adorno tierno dentro de la trama, sino el corazón moral y narrativo de la historia.

Detrás de la historia de terror, 'Good Boy' habla en realidad de algo mucho más general: la lealtad. Todd (el humano, que apenas aparece en cámara) está enfermo y vive aislado. Indy no lo entiende del todo, solo sabe que algo va mal y que tiene que protegerlo. No necesita entender qué es el mal para enfrentarse a él. Si eso no es amor puro, no sé qué lo es. Y es por eso que la película funciona sin apenas trama y siendo tan atípica: porque apela a un sentimiento universal como es el de amar sin condiciones.

No voy a decir que sea un film perfecto. Sobre todo, no gustará a quienes no amen a los perros ni soporten las pelis de ritmo pausado. No obstante, merece la pena verla ya solo por ser un experimento cinematográfico de los más originales que se han estrenado en los últimos años.

Fotos | Good Boy

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