Iñaki Urdangarin, la Isabel Preysler de la cárcel: las croquetas con las que recibía a la infanta Cristina

Fue el 18 de junio de 2018 cuando Iñaki Urdangarin ingresaba en la cárcel de Brieva tras el escándalo del Caso Nóos. Este episodio se convirtió en la temática de 'Urdangarin: relato de un naufragio', el libro de Nacho Gay donde se destapan anécdotas como su discusión con su hija Irene o la promesa que le hizo Juan Carlos I y nunca cumplió.

La vida entre rejas del ex duque de Palma no era como la de un recluso normal. Para comenzar, se encontraba en una prisión de mujeres, en una especie de "apartamento en el que el yerno real vivió en unas condiciones más que aceptables", exponía el autor

Concretamente, el aposento del que fuera el cuñado de Felipe VI abarcaba 400 metros cuadrados y disponía de una habitación con cama de matrimonio, baño privado, salita y el uso y disfrute del patio exterior: "No era una celda común, era una especie de loft", aseguraba el también colaborador de televisión en su escrito.

Por otro lado, las visitas que recibía el ex royal se organizaban completamente diferentes a las del resto. En palabras del comunicador, podían durar "hasta cuatro o cinco horas" y éstas se movían por aquellos 400 metros cuadrados en plena libertad.

Tanto si la infanta Cristina y sus hijos como cualquier otra persona visitaban al recluso, él, como si de Isabel Preysler se tratase, "les sacaba croquetas que le habían traído aquella mañana desde la cocina del lugar y que tenía almacenadas en su pequeño lobby culinario", destacaba Nacho en su libro.

Fotos | Gtres

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