¿Es posible viajar con tu perro y no morir en el intento?

Viajar nos gusta a (casi) todos. Los animales, a muchos. A mí, personalmente, son quizá las dos cosas que más me gustan en el mundo. Llevo viajando desde que tengo uso de razón y he tenido perro durante casi toda mi vida adulta. Por suerte, tengo un entorno familiar que me ha facilitado conciliar ambas aficiones. Vamos, que tengo un par de casas donde mi perro se queda encantado mientras yo empaqueto maleta y me voy a recorrer mundo. Pero, ¿qué ocurre si esa no es una posibilidad? ¿Nos quedamos en casa o podemos arriesgarnos a llevarnos a nuestro amigo canino de viaje? ¿Es posible hacer algo más allá de planes de turismo rural?

Mi respuesta es: sí, es posible (pero hay que saber). Durante mis primeros años como orgullosa propietaria de perro, limité mis viajes con él a algunas escapadas de fin de semana de turismo rural. Esa parte es sencilla: la mayoría de buscadores de alojamiento rural (TopRural, Casas rurales con encanto, etc.) dan la opción al usuario de seleccionar la opción de alojamiento con mascota. Mi consejo es hacer siempre una llamada al establecimiento para comprobar las condiciones del alojamiento de la mascota.

El problema es que a mí no me acaba de encantar el turismo rural. Me gustan las ciudades, el ambiente cosmopolita, los restaurantes de moda, las compras y la cultura urbana. ¿Es esto incompatible con viajar con mi perro? No siempre ha sido fácil, pero yo lo he conseguido unas cuantas veces. Os cuento algunos tips.

El medio de transporte: ¿avión, coche o tren?

El primer problema para viajar con un perro suele presentarse a la hora de decidir el medio de transporte. El avión presenta algunas dificultades. La mayoría de compañías aéreas low cost no admiten perros a bordo. Las aerolíneas que sí lo hacen suelen limitar la presencia del perro en cabina a unos 8 kilos de peso (¡ojo! dentro de ese límite debe incluirse el peso del transportín). En tren, el peso está limitado a 10 kg.

Como mi perro anda cerca de los 20 kilos y no me acaba de gustar la idea de facturarlo, mi opción siempre ha sido el coche. Es importante cumplir las normas de seguridad vial para viajar con perro. Yo lo he resuelto fácilmente con un cinturón de seguridad específico y una red separadora.

Documentación

Si decidimos salir de España con nuestro perro, hay una serie de normas que se deben cumplir. Cada país impone sus propias condiciones, por lo que es recomendable consultar con las autoridades del país de destino antes de emprender viaje. De todos modos, en la Unión Europea continental, el requisito es sencillo: solo necesitamos que nuestro veterinario expida al perro un Pasaporte Europeo en el que consten sus vacunas y desparasitaciones. Si el perro tuviera cualquier problema y no pudiéramos aportar esta documentación, lo más seguro es que el animal acabe en cuarentena en el país en cuestión y que nuestras vacaciones se conviertan en una pesadilla.

Destinos urbanos

He viajado con mi perro por las principales ciudades de España y Portugal y por parte de Francia (Burdeos, París...). Encontrar hotel es sencillo: la mayoría de buscadores permiten seleccionar la opción "mascota" y existen también buscadores específicos, como PetFriendly Booking. Por regla general, es más sencillo encontrar hoteles que admitan perros fuera de España.

Una vez reservado el alojamiento, es fácil encontrar tolerancia hacia nuestros amigos caninos. Si el perro se comporta bien y preguntamos con educación, es relativamente fácil adaptarlos a nuestros propios planes. Yo he comido con mi perro en el interior de restaurantes en París o en Lisboa. Solo hace falta un poco de paciencia para dar con el lugar indicado.

Mi destino recomendado: Valle del Loira. No solo es un viaje que merece la pena en todos los sentidos: naturaleza, cultura, arte, gastronomía... También descubrí que es el destino ideal para viajar con perro. En casi todos los castillos está permitido el acceso con perros (incluidos los interiores), en los restaurantes fueron sorprendentemente tolerantes y encontramos el fantástico resort Bellagio Amboise en el que todo fueron facilidades.

Un poco de playa

Por suerte para todos esos perros que disfrutan de la arena y el mar, cada vez son más las playas que admiten perros. En Homeaway, podéis encontrar un buscador con todas ellas, aunque nunca está de más comprobar en las webs municipales la normativa específica.

Mi destino recomendado: viajar con perro no tiene por qué estar reñido con un alojamiento de lujo. Si os decidís por alguna de las playas del sur de Galicia, A Maquía es un hotel a pie de playa en el que vuestro perro se sentirá como en casa.

Cuando ellos son los protagonistas

Ya hemos visto que no siempre es difícil adaptar a nuestro perro al plan de viaje que tengamos en mente. Otra opción es diseñar el viaje precisamente para el disfrute de nuestro amigo de cuatro patas. Se me ocurren opciones un poco locas, como el Aqua Park Canino de Barcelona; deporte compartido, como en el Canicross o el Perrotón; clásicos, como el Camino de Santiago, donde hasta el perro más activo acabará la jornada agotado; o auténticos lujos, como cruzar el Atlántico en el Queen Mary 2, un crucero en el que la mascota contará con servicios cinco estrellas.

Si os decidís a viajar con vuestros perros, no creo que os arrepintáis. Si no sabéis por dónde empezar, existen agencias de viajes especializadas, como Mascotour, en las que pueden ayudaros, y webs de referencia como Sr Perro, donde encontraréis cientos de planes urbanos para satisfacer los gustos más exigentes. No olvidéis hacer su equipaje y ¡preparaos para disfrutar en familia!

Fotos | Pixabay.

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