El pueblo medieval que celebra la Navidad en noviembre: lo ponen precioso con abetos, luces y un mercadillo inmenso

Existe un pequeño pueblo en el corazón de Cataluña que se pone tan bonito durante las fiestas que se ha ganado a pulso el apodo de la "capital de la Navidad". Hablamos de Canyelles, que cada invierno se convierte en una aldea de Papá Noel repleta de abetos, luces y magia durante un fin de semana. 

En Canyelles se celebra la famosa Feria de Santa Llúcia, una de las más importantes de Cataluña. Los días 29 y 30 de noviembre, el pueblo entero se convierte en el escenario idílico de una película navideña. Las calles engalanadas y los cientos de puestecitos donde comprar comida, artesanía y regalos invaden cada rincón. Hasta el Castillo de Canyelles se convierte en el hogar de cuentos mágicos para los más pequeños. 

Además de puestecitos de mercadillo, esta feria navideña también cuenta con un programa completo de exposiciones, talleres para niños, chocolate caliente, concursos de dibujos y hasta un Papá Noel que atiende a peques y adultos para tomar nota de las listas de regalos. Todo ello envuelto en una atmósfera de música en directo, luces de colores y muchísimos árboles de Navidad. 

 Por supuesto, como buen pueblo de Navidad catalán, tampoco faltan los famosos tiós de Nadal, que los niños pican hasta que dan regalos. El planazo está servido: pasear ojeando los puestecitos, entrar en calor con una buena escudella y un chocolate, disfrutar con detalle de su enorme Belén y terminar un día mágico con fuegos artificiales.  

Fotos | Fires Catalanes, Barcelona Touch Apartments, Garraf Turisme. 

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