Vestidos drapeados: cómo y cuando llevarlos

El efecto drapeado es tan apetecible y refinado como algo complicado. Paul Poiret hizo de él su buque insignia y adornó la silueta de la mujer con suntuosas telas utilizando esta ténica directamente sobre la modelos en lugar de cortar y coser las piezas como se había hecho hasta el momento.

Lo aplicaba en bustiers o corpiños (que no corsés, que precisamente él libró a la mujer de su atadura de cintura para arriba), faldones, y vestidos, dándole a la vestimenta femenina un preciado toque de orientalismo y sabor greco-romano, y a día de hoy muchos son los que han seguido su estela.

Un vistazo a…
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Como decía no es una silueta fácil de llevar ya que la disposición de la tela, en pliegues, hace que ésta coja mucho volumen y depende de donde se coloque, donde empieze la caída o el bies, el cuerpo que coje el tejido es pesado y tiende a ensanchar.

Es una estructura perfecta para vestidos cortos, a media pierna o largos, y sirve lo mismo de día que de noche aunque pueda parecer que siendo algo bastante elaborado no sea conveniente si se quiere conseguir un look informal. Es perfecto aplicado a vestidos tipo camisero cruzados, abiertos o con ligero abullonado. Y si el bies empieza a la altura de la cintura, tiende a disimular las caderas.

A Katie Holmes le suele sentar bien y eso que ella es justamente una mujer de complexión bastante tosca, desde luego, si tienes mucho pecho o eres de espalda ancha, es mejor evitar el drapeado en el bustier, y si eres de complexión muy delgada y de busto plano, todo lo contrario: aplícalo sin miedo en tu parte más alta.

Otra manera de llevarlo es a pequeñas dosis en vestidos tipo camiseta, de corte más bien recto, como este que luce Michelle Williams, o este otro de más abajo en color gris. El color es lo de menos porque funciona en todos los tonos.

En los vestidos de fiesta es dónde más triunfa esta técnica, sobre todo, en vestidos con escote palabra de honor, de manga asimétrica, de largo desigual o apertura lateral, pero atención, si el efecto es demasiado exagerado en la parte de delante, los pliegues pueden hacer mella detrás y abultar demasiado.

La clave es que se aplique en su justa medida.

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