Amor a primera línea: 11 libros para engancharse y leer del tirón

Todos tenemos algún libro que nos hemos leído del tirón. O varios. Esas novelas que empezamos antes de irnos a dormir y que no encontramos el momento de dejar. Cada 30 páginas nos prometemos que le pondremos el marcapáginas hasta el día siguiente, pero no somos capaces de hacerlo. Y, entonces, ya solo nos queda desear que la brillante idea de leerlos nos haya dado en fin de semana o el día siguiente en la oficina va a ser un infierno. Estos son algunos de los que a nosotras nos han tenido pasando páginas más allá de la hora decente de irse a dormir.

Un best-seller de manual: El código Da Vinci, de Dan Brown

No es la mejor novela de su género. No es un gran ejemplo de rigor histórico. Lleva la ficción conspirativa a límites un poco confusos. Pero, si hablamos de novelas que enganchan, El código Da Vinci, de Dan Brown, es la auténtica reina. La clave está en un uso (algo extremo) de la técnica del cliffhanger, es decir, dejar al lector con el suspense en lo más alto en una trama antes de pasar a otra. Con ello, consigue que vayamos devorando capítulos hasta descubrir todos los detalles de la supuesta conspiración de la Iglesia Católica para encubrir la descendencia de Jesucristo.

Una novela negra: Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson

La novela negra escandinava es adictiva, se mire por donde se mire. Asa Larsson, Jussi Adler-Olsen, Mari Jungstedt, Camilla Läckberg y, por supuesto, el gran Henning Mankell son algunos de los mejores ejemplos de ello. Pero el libro que puso este género en el punto de mira de los no aficionados fue Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. Es la primera entrega de la saga Millenium, que quedó incompleta por la prematura muerte de su autor, y trata la misteriosa desaparición de una adolescente perteneciente a una rica (y bastante siniestra) familia sueca. La colaboración entre el periodista Mikael Blomkvist y la complicada hacker Lisbeth Salander para investigar el caso ha mantenido a lectores de todo el mundo enganchados desde su publicación.

Una autobiografía: Open, de Andre Agassi

El género biográfico suele aparecer entre los best-sellers de todos los años, pero rara vez destacan por su calidad literaria. Open, de Andre Agassi, es una agradable excepción. Una de las razones es el hecho de que está escrita mano a mano con el escritor –y ganador del Pulitzer– J. R. Moehringer. Otra, que se trata de una declaración a tumba abierta sobre la complicada relación del tenista con su profesión en la que, en cierta manera, muchos nos podemos ver reflejados. Para empezar a leer y no soltarla hasta la última página.

Un dramón: Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver

Algo tienen las novelas epistolares que engancha irremediablemente. En el caso de Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver, al formato de la narración se une la crudeza del tema: una madre enfrentada al hecho de que su hijo se ha convertido en un asesino múltiple. Las cartas de Eva a su marido, el descubrimiento de los entresijos de su matrimonio, la tortura en que se ha convertido para ella la maternidad y la reflexión sobre lo innato y lo adquirido son los ingredientes perfectos para no alejarnos de la novela ni un segundo.

Una de ciencia-ficción: El caso Jane Eyre, de Jasper Fforde

No nos llevemos a engaño: El caso Jane Eyre, de Jasper Fforde, no tiene nada que ver con la heroína romántica de Charlotte Brontë. En realidad, es una novela a medio camino entre la ciencia-ficción, la distopía y la fantasía. Las aventuras de su protagonista, la detective Thursday Next, nos mantendrán enganchados a un argumento un poco (bastante) loco, pero magníficamente ejecutado.

Una de suspense: Perdida, de Gillian Flynn

Un concepto define esta novela mejor que ningún otro: nada es lo que parece. Perdida, de Gillian Flynn, habla, a través de diferentes narradores, del complicado matrimonio de Amy y Nick Dunne. La desaparición de ella situará a Nick como principal sospechoso de su asesinato, pero, como decíamos al principio... nada será lo que parece. Imposible dejar el libro ni un segundo hasta que descubramos la verdad.

Una juvenil: Buscando a Alaska, de John Green

No hay que ser un adolescente para disfrutar de una buena novela juvenil. Buscando a Alaska no es la novela más conocida de John Green, autor del super-hit Bajo la misma estrella, pero garantizamos que no podremos alejarnos de ella hasta que leamos la palabra 'Fin'. Ambientada en un internado, un poco al estilo del Club de los poetas muertos, es un canto a la amistad. La angustia por saber qué ocurre en ese día clave que cambia la vida de sus protagonistas nos mantendrá anclados a sus páginas, devorando cada intervención de unos personajes que nos resultarán muy difíciles de olvidar.

Una de aventuras: La vida de Pi, de Yann Martel

La vida de Pi, de Yann Martel narra la travesía de 227 días de Pi Molitor junto a un tigre de Bengala a bordo de un bote, tras el naufragio de su barco en el océano Pacífico. La reflexión sobre la religión (el protagonista pasa del hinduismo al Islam y al cristianismo), la espiritualidad y la condición humana hacen de esta novela mucho más que un libro de aventuras.

Una de terror: El niño 44, de Tom Rob Smith

La investigación de unos asesinatos en serie en plena Rusia estalinista es el pistoletazo de salida hacia una novela dura, asfixiante y con un ritmo tan trepidante que hace imposible encontrar el momento de dejarla para más tarde. El niño 44, de Tom Rob Smith, tiene tintes de terror, de suspense, de espionaje, de ficción histórica y de hard-boiled.

Una romántica: Jane juega y gana, de Rachel Gibson

Cualquier tópico que tengamos en mente sobre la novela romántica quedará en el olvido después de leer Jane juega y gana, de Rachel Gibson. La historia de una periodista y escritora erótica que acaba teniendo que cubrir la temporada de un equipo de hockey sobre hielo nos enganchará por su humor, la frescura de sus diálogos y por dos protagonistas difíciles de olvidar.

Una ficción histórica: Los pilares de la Tierra, de Ken Follett

Ken Follett puede ser discutido por algunas de sus características literarias y parece probado que Los pilares de la Tierra sufre de alguna incoherencia histórica, pero nadie pone en duda que la historia es adictiva. La novela nos traslada a la Inglaterra del siglo XII, a la construcción de una catedral en la localidad ficticia de Kingsbridge y a un mundo de intrigas políticas, históricas y amorosas que engancha demasiado. Demasiado para las más de 1.000 páginas que tiene, que hacen MUY recomendable ponerse con ella en fin de semana.

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