La moda tiene un mensaje que darnos ¿lo escuchamos?

Los desfiles se han convertido en algo más que una presentación de la colección de la temporada. La moda quiere reconectarse con la sociedad y quieren dar voz a los movimientos sociales, a las reivindicaciones, y al arte que se vive en la calle. Los diseñadores también se imaginan como será el futuro y qué puede aportar la moda desde el presente. La moda tiene un mensaje y es hora de que lo escuchemos.

Gucci y la disección de la psique

La extravagancia de Gucci alcanzó sus más altas cotas en el desfile de otoño 2018. ¿Qué puede significar que las modelos desfilen con réplicas de sus cabezas, que los pasamontañas se conviertan en objeto de lujo, o que se recuperen prendas típicas de diferentes culturas? ¿Se trata de un futuro distópico, de una mezcla de fantasía o realidad o Gucci solo quiere dar que hablar?

El desfile de Gucci construyó una gran metáfora del mundo, cada vez más globalizado, de los avances técnicos, que mejoran nuestra calidad de vida mientras nos alienan, de las personas que recibimos cada vez más estímulos y mensajes contradictorios vía Instagram, Youtube o Facebook. Un alarde tecnológico al conseguir esas réplicas de cabezas o de dragones tan hiperrealistas, con las que Alessandro Michele consigue hacer arte en movimiento y unirlo a la tecnología en el propio desfile.

Alesandro Michele afirmaba tras el desfile que somos los Dr. Frankenstein de nuestras vidas. Vamos construyendo nuestra identidad a través de retales que recogemos del mundo exterior, y de todo lo recibimos a través de las redes sociales. Así el italiano consiguió reflejar a través de la moda el caos que vivimos en nuestros cerebros en la era de la información inmediata y excesiva. Dice que vivimos en una era post-humana, y de ahí el nombre de Cyborg de su colección, ya no somos hombres o mujeres, sino que nosotros podemos decidir lo que queremos ser en nuestro propio quirófano mental.

¿Tod's ama los animales?

Como si fueran un accesorio más, las modelos desfilaron con cachorros en sus brazos. Tod's ama los animales (nadie se resiste ante un entrañable perrito), pero al mismo tiempo, toda la colección estaba repleta de prendas de piel: cuero, piel vuelta y los lujosos complementos de piel, patrimonio de la casa. Mientras cada vez más firmas de moda se declaran fur-free, Tod's juega a la contradicción porque así es la moda, que en la sorpresa y en la provocación logra su triunfo.

Prada presenta su colección más feminista

Miucca Prada siempre consigue que su desfile desprenda intelectualidad por los cuatro costados. Las conexiones de Prada con el arte suelen ser más o menos obvias en cada desfile, y ella sitúa a la moda en medio de un universo de política, sociología, arte contemporáneo y negocio.

Esta vez, la diseñadora quería vestir a las mujeres para un mundo de hombres, protegiéndolas (con parkas, tules y superposiciones de ropa) y devolviéndolas su identidad (¿a través de las tarjetas identificativas?). En sus propias palabras, se trataba de un desfile feminista, "para una mujeres saliendo de la violencia, mi sueño es que las mujeres salgan a la calle y no tengan miedo".

Dior y el desfile revolucionario

Esta primavera se cumplen 50 años de la revolución de los estudiantes de París del 68. Así que a Maria Grazia Chiuri se le quedaba corto el mensaje feminista de los anteriores desfiles (con unas camisetas que se han vendido y se han clonado como churros), y decidió dar un ambiente revolucionario a su desfile de otoño 2018, y los eslóganes y las pancartas llenaron el escenario en lugar de las camisetas.

El problema reside en hasta qué punto nos creemos estas hippies de 10.000 euros el look, y cómo unas protestas anticapitalistas y anticonsumistas pueden conectar con una firma de máximo lujo.

Burberry y su desfile del orgullo LGBTQ

Christopher Bailey se despedía de Burberry con un toque nostálgico que revivía décadas pasadas, y de paso recuperaba el mítico estampado de cuadros de Burberry que durante años cayó en el olvido, en gorras y sudaderas con el toque de color de la bandera de reivindicación gay.

El desfile se convirtió en una auténtica reivindicación del orgullo LGBTQ, con el arco iris llenando de color todas las prendas, incluso el abrigo con el que Cara Delevigne cerraba el desfile.

Cuando el desfile te hace pensar, te hace reflexionar, cuando te conmueve, te inquieta, y te remueve por dentro, es que ha cumplido su función. Nos gusta ver cosas bellas, lujosas y fascinantes en la pasarela, pero también hay que pararse a pensar y permanecer en contacto con la realidad de la calle, y los diseñadores de moda se esfuerzan por conseguir esa conexión.

En Trendencias | Evolución de los desfiles de moda a lo largo de la historia desde su origen

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