Grace Kelly: reina de Hollywood y princesa de Mónaco (II)

Pocas mujeres viven tanto en tan poco tiempo. Ayer repasábamos la carrera de Grace Kelly, quien con tan sólo 25 años tenía un Oscar en su salón y era una de las mujeres más admiradas de Hollywood. Consiguió, además, convertirse en musa de Hitchcock, uno de los directores más imposibles de la época: tanto por su fama como por lo complicado de su caracter.

Pero a sus 25 años la vida de Grace Kelly cambió por completo cuando se prometió con el Príncipe Rainiero de Mónaco. ¿Fueron felices y comieron perdices?

Y entonces llegó Hitchcock

Si hay algo por lo que siempre será recordada Grace Kelly, además de por su papel de Princesa, fue por convertirse en la musa de uno de los directores con más talento y al mismo tiempo más complicados para trabajar: Alfred Hitchcock.

El director se enamoró de la belleza y la sutileza de la actriz, a quien consideraba la encarnación perfecta para sus personajes femeninos: el volcán cubierto de nieve. Y la escoge para rodar tres películas consecutivas: Crimen Perfecto, La Ventana Indiscreta y Atrapa al Ladrón, esta última rodada en Mónaco.

En Crimen perfecto, Alfred Hitchcock le concedió el honor de convertirse en una de sus gélidas protagonistas y además le dio un protagonismo absoluto. Hitchcock se ocupó personalmente de la selección del vestuario del personaje de Kelly, que no es nada casual y evoluciona desde el colorismo al inicio hasta tonos oscuros cuando se aproxima el final de la historia.

Su última película se estrenó en 1956, fue Alta Sociedad de Charles Walters, comedia musical con la que se despidió para siempre del mundo del cine.

Uno de los requisitos que le pidieron a Grace Kelly para convertirse en princesa fue abandonar para siempre el mundo del cine y si bien es cierto que en un principio no opuso resistencia, fue tentada en 1962 y de nuevo por Hitchcock: el director quería el refreso triunfal de su musa y le propuso interpretar el papel principal en Marnie, tentándola diciendo que aquel papel sería “el mejor de su vida”. Cuentan que el Príncipe Rainiero le dio permiso para grabar pero, tras leer el guión, la obligó a rechazar la oferta porque no le parecía correcto que la princesa Grace interpretase a una cleptómana frígida con problemas mentales junto a Sean Connery.

Con tan sólo 25 años, Grace Kelly había llegado a la cima de Hollywood pero decidió cambiar por completo su vida para convertirse en Princesa de Mónaco. Mañana os contaremos el resto de la historia.

De reina de Hollywood a princesa de Mónaco

En 1955 y por haber sido la actriz más taquillera del año anterior, Grace Kelly representó a la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos en el Festival de Cannes. La prestigiosa revista Paris Match propone para la ocasión realizar un reportaje junto al Príncipe Rainiero de Mónaco, cuyo titular sería "El príncipe encantador y la reina de la pantalla".

Durante la elaboración de este reportaje Rainiero quedó prendado de la americana. Aunque también hay una historia más turbia en la que se cuenta que este matrimonio fue orquestado por Aristóteles Onassis, amigo de Rainiero, quien le aconsejó casarse con alguien del star system americano para volver a poner el foco de atención en la casa de los Grimaldi, que en aquella época estaba de capa caída.

No podemos saberlo a ciencia cierta, lo que sí sabemos es que aquel reportaje desencadenó un sinfín de correspondencia y llamadas entre el Príncipe y la actriz que culminaron en lo que los periódicos de la época bautizaron como la boda del siglo. Imaginad lo que supuso en la época que una de las actrices más famosas y admiradas de Hollywood se casara con un príncipe europeo.

Algunos biógrafos de la actriz cuentan que este matrimonio sin embargo no fue tan dulce como parecía: que Rainiero tenía multitud de amantes y que el precio que tuvo que pagar Grace Kelly para ser princesa (dejar el cine) fue demasiado alto en comparación a lo que su vida conyugal le ofrecía. Grace Kelly, quien había tenido una considerable lista de amantes a lo largo de su vida, se veía ahora convertida en la "esposa de", había dejado su mayor pasión por un matrimonio que no la hacía del todo feliz. Ella tampoco se quedó atrás y cuentan que durante su matrimonio con Rainiero tuvo aventuras con hombres como Marlon Brando, Frank Sinatra y David Niven.

Rainiero y la, por aquel entonces, Princesa Gracia tuvieron tres hijos: Carolina, Estefanía y Alberto. La casa de los Grimaldi volvió a recuperar el glamour de antaño gracias a la nueva princesa.

Grace Kelly falleció en un accidente de tráfico a la edad de 52 años. En el coche iba también su hija Estefanía que salió ilesa. Distinas versiones dicen que era Estefanía quien conducía. Grace Kelly falleció esa misma noche en el hospital.

Pese a las especulaciones sobre el matrimonio entre Grace Kelly y Rainiero, dicen que el Príncipe jamás pudo superar la pérdida de su esposa.

Curiosamente, el accidente se produjo en una de las curvas donde hacía unos años Grace Kelly había rodado la película "Atrapa a un ladrón" y había visto por primera vez los jardines de Palacio.

El legado de su estilo

Además de por su trabajo como actriz y por su posterior matrimonio con Rainiero de Mónaco, Grace Kelly ha sido mundialmente admirada por su estilo, todo un referente en la época que ha traspasado a épocas posteriores.

En años 50 y principios de los 60, el foco de atención y referente de estilo de la sociedad de clase media y alta americana se encontraba principalmente en Londres y en París ya que representaban el sumum de la elegancia. Era una época curiosa en la que la sociedad comenzaba a despertar: nacía el pop art y la renovación cultural de la época de posguerra, aparecían las primeras minifaldas, el mundo de la moda era una revolución y las mujeres adineradas preferían la sofisticación del pret-a-porter europeo.

Digamos que en esta época había dos estilos de referente femenino: el clásico americano, encarnado por estrellas como Marilyn Monroe o Elizabeth Taylor. Mujeres voluptuosas, con curvas, sexys. Mujeres a las que podías imaginar con sombrero de cowboy dirigiendo un rancho. Y por otro lado, empezaba a triunfar la estética de mujeres más delgadas, gráciles y de estilo "europeo". Mujeres como Audrey Hepburn o Grace Kelly.

En esta época se empezaban a valorar cualidades como la gracia, la sutileza, el encanto elegante y el estilo de mujer femenina que no fuese un volcán sexual, como las ya mencionadas Taylor o Monroe. Grace Kelly resumía este nuevo referente. Además, se había convertido en una princesa americana en Mónaco, con lo cual consiguió aunar dos de los mundos más admirados por la alta sociedad de la época: el glamour hollywoodiense y la elegancia real.

Grace Kelly triunfó en América por tener un estilo muy europeo y en Europa por tener un estilo americano. La clave era saber combinar lo mejor de ambos: detalles de alta sociedad de su país natal tintados de esa cultura naciente amante de las pasarelas de moda, las óperas y los bailes de palacio.

Grace Kelly solía lucir camisas, escotes corazón y blusas de todo tipo. Imaginarla es pensar en ella con una falda midi con muchísimo volumen, blusa y pañuelo a la cabeza. Pero también lucía vestidos más ajustados, marcando cintura o pantalones de cintura alta, tal y como marcaban las tendencias de la época.

El estilo de la época de los cincuenta y sesenta está hoy más en boga que nunca, la serie Mad Men ha tenido mucho que ver en volverlo a poner de moda. Pero los 50 eran mucho más, el estilo pin up de la época se ve reflejado en la mayoría de las colecciones de baño de hoy en día o simplemente en el corte de los pantalones, de cintura alta que están presentes en casi todas las colecciones de verano.

También vemos un resurgimiento en prendas que parecían olvidadas: una de ellas es por ejemplo las faldas midi, máxima expresión fugaz de un momento de la historia en que las mujeres todavía no se atrevían con la minifalda y que quedó totalmente relegada tras la aparición de esta última.

Pronto podremos disfrutar del biopic de la actriz, interpretada por Nicole Kidman, quien devolverá a la vida a Grace Kelly en una película que por lo visto, no ha terminado de encajar en Mónaco.

Grace Kelly es una mujer que vivió dos vidas: la de estrella de Hollywood y la de Princesa de Mónaco, en ambos momentos de su vida fue un referente de belleza, elegancia y estilo.

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