Para asistir a una boda en Francia necesitas dos conjuntos

Una boda es una de las ceremonias para las que preparamos nuestro look con más antelación y esmero. Las posibilidades de una boda de día o de noche, la relación personal con los contrayentes y la estación del año en que va a celebrarse son importantes.

Pero en Francia existe además otra cuestión de etiqueta: la doble ceremonia. En España, el contrato civil de matrimonio se firma al final de la ceremonia religiosa. En el país vecino, se firman los documentos civiles en el ayuntamiento, generalmente al mediodía. Suelen acudir sólo familiares y amigos íntimos aunque también puede darse el caso de zafarrancho general.

Para esa reunión-ceremonia se necesita un look más formal aunque nunca serio. Para las señoras, el traje chaqueta es perfecto y se usa mucho. Los vestidos también aunque hay que evitar el largo hasta el tobillo: lo reservaremos para la noche. Es el país de los sombreros, pamelas y tocados.

Los hombres van impecables con el traje de rigor: elegante y formal. Muchos acuden a la posterior ceremonia religiosa y fiesta con el mismo. Les encanta la pajarita, descartando las de estilo sport como los cuadros.

Una vez finalizada la firma de los cónyugues en el ayuntamiento, todo el mundo se retira a comer algo ligero o los novios habrán previsto un buffet en algun salón cerca de la ceremonia para sius invitados. No se entretienen mucho puesto que hay que ir a casa o al hotel a cambiarse de muda y arreglarse para acudir a la iglesia y, más tarde, a la cena.

Las señoras y señoritas podrán engalanarse con ese vestido largo de noche, con escotes palabra de honor o bustiers, colores del arco iris o estampados glamourosos. Cambio de zapatos, de peinado, de retoques de maquillaje con algo más de chispa.

Los señores tienen dos opciones. Acudir con el mismo traje que utilizaron en la ceremonia civil, o bien, deslumbrar con un traje de fiesta: smoking, traje de seda satinada, de algun color excepto negro o azul marino, incluso muy chic con un traje blanco inmaculado.

La entrada de la novia y la salida de ambos es un espectáculo de moda y complementos. Carteras, joyas, guantes, tocados. Si el vestido es muy escotado o provocador, habrá que cubrirse los hombros con un chal o estola como muestra de respeto a la iglesia. Una vez en la cena, ya se podrá disfrutar de un ambiente de fiesta donde la sensualidad está permitida. ¡Vivan los novios!.

Foto | Jaume d’Urgell, cuellar, Carlos Sánchez Pimienta
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