Entrevista a Olfo Bosé, un artista con alma de cubo

Madrid tiene un nuevo espacio, en pleno corazón del barrio de Salamanca, que es un magnífico escaparate donde convergen arte y diseño, para dar vida a un ambiente cosmopolita lleno de talento.

Visitando las instalaciones del espacio 1001 Atmosphera, estratégicamente situadas al lado de una divertida barra de mojitos absolutamente Op Art, vimos una serie de diminutas esculturas que giraban todas en torno a un mismo denominador común: los cubos. Cubos del tamaño del famoso cubo de Rubik o quizá más pequeños, pero todos con un toque diferenciador que los convertía en únicos y particulares.

Cerca de ellos, vimos a Olfo Bosé, un gigantón de dos metros cinco, simpaticón y campechanote quien de forma distendida nos fue contando, entres bromas y chascarrillos, cuál había sido su trayectoria, y cómo le había dado por el arte, porque, este encantador de serpientes era el autor de todas esas esculturas cuadradas que había dispuesto, como si fuesen las mejores especialidades de la carta, a modo de bufé.

¿Cuándo notaste la llamada?

“Empecé a trabajar, hace doce años, en el tema de las esculturas, del arte, trabajando con todo tipo de materiales desde piedra, mármol, madera, pasando por hierro, y cobre. He trabajado mucho el plástico, y las gomas. Me gusta texturizarme con todo lo que tengo alrededor. He experimentado incluso con cosas que es mejor que ahora no cuente (risas). El artista tiene que experimentar con su entorno para poder crear. Lo que puedo decir es que mis obras no huelen mal pasado un tiempo, aunque he hecho cosas gastronómicamente imposibles”.

¿Te gusta jugar?

“Yo juego mucho y me la juego mucho con la vida. Por ejemplo, esta escultura que tenemos aquí a la que he llamado "Cubicaje" es la reinterpretación de la obra de un buen amigo mío, Manuel Matagil, que hizo un cubo también de hierro, que me gustó tanto que le dije: “voy a reinterpretar esto como algo para mi. Le voy a poner algo interesante, que es una piedra dentro”.
“Porque, esa piedra que veis dentro representa mi alma. Los cubos, las piedras son mi alma, y yo lo que hago es revertir dentro de ellos mis múltiples personalidades, que no son pocas. Todos tenemos esas dualidades, pero los artistas tenemos ese tipo de desdoblamientos elevados a la enésima potencia”.
“Todo surge de un juego, de una anécdota y de la prueba de materiales. Para mi la esfera es perfecta, pero el cubo lo es mucho más, porque un cubo llena mejor el espacio que una esfera. Imaginaros un cubo y una esfera de un mismo diámetro. La esfera cabría dentro del cubo, pero no al revés”.

Mucho Martin Goodman, ¿no?

“En la literatura de los Marvel Comics, los cubos cósmicos son matrices poliédricas capaces de albergar cantidades increíbles de energía y de poder que permiten a su portador hacer realidad cualquiera de sus pensamientos, sueños o deseos. Su tamaño es variable, según el caso, pero normalmente caben en la palma de la mano. Por ejemplo, esto que tengo aquí es un cubo de números, pero en su interior hay otro cubo, mi alma. Por eso lo he llamado Rubikcube”.
“Con esta otra obra, “Cubo te lo comes”, empecé diciéndome que quería comerme un huevo pero que no sabía cómo hacerlo. Así pues, le pregunté al huevo: ¿Cómo quieres que te coma? Al final acabé queriendo comérmelo pero sin comérmelo. La solución pasó por ponerme a mi entre el tenedor y el huevo - ya os he explicado que yo soy el cubo”.
"Efectivamente, es una forma de jugar. El otro día una clienta me dijo: “Este es tu mundo de juego, ¿verdad?”. Me quedé muy sorprendido porque lo había captado perfectamente. Es impresionante, pero estas obras son mejor captadas por mujeres que por hombres. No sé por qué. Puede ser porque yo he estado siempre rodeado de mujeres. Me he criado en un matriarcado, y eso debe marcar de por vida".

¿Planes para el futuro?

"Mi idea es seguir con todos estos pequeños personajes. Mi objetivo: hacer pequeño y gran formato. Poder hacer joyitas pequeñitas en un momento dado, y llevar estas que hoy presento a gran formato".
"Entre mi próxima exposición y la siguiente, me han ofrecido un reto. Se trata de un proyecto de interiorismo aquí, en Madrid, en un local que se va a abrir al público. Un restaurante que se va a llamar “La Taberna de Tudela”, propiedad de Floren Gómez Aín - que, por cierto, es quien tiene los mejores productos de Tudela de España".
"Floren me dijo: - “Quiero algo que impacte. Espectacular”. Yo le contesté: - “Y, qué me vas a dar tú, para que me impacte a mi?”. - "Dinero no te voy a poder dar". - "Bueno, pero dame otra cosa que a mi me valga, que yo con el trueque funciono muy bien". Dijo: - "Tengo un taller". Le dije: "¡Ya está, perfecto!". Así pues, él me ha dejado un taller y yo le voy a hacer el proyecto para la decoración de esa taberna en él y luego, cuando ya esté acabado, lo traeremos a Madrid".

¿Estás dispuesto a irte a vivir allí, a Tudela?

"Por supuesto, sin problemas. Además, yo tengo un proyecto, que hice hace mucho tiempo, y que luego me lo copiaron este verano - ya os dije que yo pensaba que las ideas estaban en el aire, con lo cual es normal. Es como cuando te tiras un pedo, todo el mundo lo huele. Pues con las ideas es igual".
"El proyecto es un cubo (of course!) de unos diez metros cuadrados hecho con cajas de frutas sujetas con bridas. Con eso, yo me puedo hacer una casa donde me de la gana. Si tengo un camión donde quepan estas 152 cajas, ¡todo solucionado! Para aislarlas meto ropa dentro".

¡Anda! Lo mismo que ha hecho Patricia Urquiola con los sacos de arena hechos en telas Missoni para el Fuorisalone de Milán.

"¡Lo ves, te lo he dicho! ¡La inspiración está en el aire!"
"Floren me preguntaba, pero ¿no te vas a quedar en un hotel? Y es que yo no me puedo quedar en un hotel, no puedo estar toda mi vida de acuerdo en acuerdo con los hoteles porque sólo viviría para pagarlos. Al final, lo que he conseguido es que me deje hacerme mi casita de madera en un rincón de la nave, y allí recibiré a la gente, y haré fiestas".

¿Ese carácter tan absolutamente bohemio y artístico es por ser “Bosé” quien sois?

"¿Por voçé Bosé? ¡Qué no, qué no, que yo estoy convencido que esto lo puede hacer cualquiera!".

Bien pensado, y como comentó con mucha gracia mi compi María SJB, ¡con esos genes, lo raro hubiera sido que hubiese dicho que quería ser notario!

Más información | 1001 Atmosphera En Embelezzia | Olfo Bosé, un domador de pulgas en 1001 Atmosphera Fotos | María SJB

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