Cómo limpiar el diamante de tu joya preferida

Todos sabemos que el diamante es el material más duro que existe pero no por ello podemos utilizar cualquier cosa para limpiarlo si necesitamos hacerlo: podríamos dañar el brillo de la superficie.

No esperéis ningún método extravagante porque, como la mayoría de las veces, el jabón de lavavajillas y agua es lo más indicado. Necesitas un cepillo algo duro como un cepillo de uñas o de dientes y un poco de lavavajillas, cuanto menos perfumado y más neutro, mejor.

Bajo el grifo, retirar suavemente con lo que he indicado cualquier resto de suciedad que desluzca el diamante. No dejes que se seque solo: utiliza un paño muy suave. Listo.

Hay algunas precauciones a tomar que siempre ayudarán a mantenerlo impecable. Mejor quitarlo si vas a lavarte las manos y especialmente si vas a trabajar con ellas y haya el peligro de que tu joya entre en contacto con líquidos agresivos.

Por último, ten en cuenta en la operación limpieza si hay otras gemas o piedras preciosas, menos resistentes que el diamante: aunque con el jabón no tendrás problemas, puede que haya otros métodos que sublimen más su aspecto. Los iremos descubriendo.

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