La nueva era en que la dulzura no quiere oler a postre, sino a experiencia olfativa con actitud
En el mundo de la perfumería también hay modas y cambios de ciclo, y la última en tomar protagonismo es la de los perfumes dulces que ya no huelen a postre como tal, sino que se reinventan para un público que quiere sofisticación sin renunciar a esa calidez envolvente que aportan las notas gourmand.
Olvida esa imagen de fragancias que huelen a cupcake o algodón de azúcar: la nueva tendencia olfativa llamada post-gourmand lleva la dulzura a un plano mucho más adulto y elegante, combinando matices cálidos, tostados, toques salados y frutas complejas con acentos vegetales frescos que dan la sensación de estar paseando por un mercado urbano en vez de una pastelería.
La idea detrás de estos perfumes post-gourmand es justo esa: transformar la dulzura en algo más profundo y con personalidad, donde ingredientes como la vainilla ya no se limitan a ser "azúcar en botella", sino que se mezclan con maderas suaves, especias, ámbares ligeros e incluso toques salinos que rompen con esa sensación empalagosa típica de los aromas inspirados en postres.
Es como si un helado se encontrara con un whisky ahumado en lugar de una gominola, dando lugar a fragancias que acarician la piel con calidez pero sin resultar infantiles.
Este nuevo territorio olfativo toma molde en combinaciones inesperadas: la vainilla puede sentirse velvety y texturizada, acercándose más a una tela cálida que a un dulce como tal, y los frutos ya no son tropicales o empalagosos, sino que aportan luminosidad y un toque ácido que recuerda más a fruta fresca de mercado que a confitura, una evolución que transforma el perfume en una experiencia que va más allá del mero "arroparte con algo dulce" y lo convierte en un gesto de estilo, de personalidad.
La presencia de notas tostadas o especiadas también contribuye a esa sensación adulta: los acordes de frutos secos o notas ahumadas y cálidas hacen que la fragancia hable de noches urbanas, de cafés con carácter y encuentros interesantes, en vez de invitar a devorar un postre.
Lo que hace especial a esta corriente es que conserva el atractivo de las fragancias dulces pero con una estructura más compleja y matizada, que da lugar a perfumes que podrían funcionar tanto de día como de noche sin resultar planos o unidimensionales.
En resumen, la temporada de dulces adultos y maduros ha llegado para quedarse y marca una ruptura elegante con los clichés de los perfumes más "edulcorados" de épocas pasadas. Esta ola de perfumería post-gourmand redefinie lo dulce sin sacrificar sofisticación, demostrando que puedes llevar fragrancias cálidas, envolventes y complejas que evoquen confort y contemporaneidad a partes iguales.
Fotos de fragrantica.es | Parfum Exquis
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