Era un prodigio del tenis, ganó el Australian Open a los 17 años, pero dejó el deporte y ahora es el CEO de una empresa tecnológica: "No era feliz"

El prodigio del deporte se alejó de las canchas y vio una oportunidad en el mundo de los negocios

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Muchas veces la frase "Crea fama y échate a dormir" tiene significado y relevancia cuando se trata de personas que, aunque son talentosas, no ven mucho futuro dentro de su disciplina, y en el deporte esta máxima encaja a la perfección, ya que el no poder aprovechar las oportunidades puede darle un completo giro a la vida de las estrellas del deporte, sin embargo Luciano Vitullo fue de esos exitosos atletas que vio en los negocios el futuro de su vida.

Nacido en 1983, Luciano Vitullo fue, desde temprana edad, de esos niños que nacen con la inquietud del deporte: desde muy pequeño, antes incluso de cumplir los cinco años, el tenis fue parte de su vida. No fue él quien eligió ese camino: más bien, “el tenis me eligió a mí”, confiesa en una entrevista con Infobae.

Y vaya si acertó: con apenas 17 años, Vitullo se coronó campeón del Australian Open junior en dobles en 2001. Ese triunfo marcó el inicio de una trayectoria brillante pero también muy compleja: entrenó mano a mano con Paul Annacone (coach de leyendas como Pete Sampras y Roger Federer) quien ya en esos días le advertía que su mayor rival estaba dentro de su cabeza.

Conocía bien cómo eran las presiones del circuito, y notaba que Vitullo era demasiado crítico consigo mismo: "Mi problema era la cabeza", admite sin filtros. Entre 2001 y 2005 ganó cuatro títulos (dos individuales y dos en dobles), incluso uno junto al actual top del dobles, Horacio Zeballos.

Pero por más éxitos que acumulase, su mente no daba tregua. En plena bonanza personal, reconoce que no era feliz: "Ganaba y no era feliz… estaba en un hotel cinco estrellas y quería estar en mi casa, en los asados, con mis amigos, con mi familia". Además, los golpes económicos del default y el corralito en Argentina pesaban más de lo que se ve en las canchas, y ese combo minaba su ánimo. Así que en 2006 decidió dejar todo atrás y dar un giro radical: colgar la raqueta y enfrentar un duelo personal durísimo.

El punto de inflexión llegó cuando comenzó a ayudar de manera espontánea a unos mellizos uruguayos que entrenaban en las pistas del Vilas Racket. No era más que una charla o un partido informal, pero conectó tanto con ellos, y con el cariño que sentían, que empezó a entrenarlos. Aquella experiencia se transformó: se pasó de un "¿por qué no vas a ver cómo entrenan?" a una academia propia, con una docena de chicos, algunos convertidos en número uno y dos de Uruguay.

Ese vacío lo empujó a reinventarse, y en 2008 su vida dio un vuelco: Abrió una academia de tenis y comenzó a dar forma a un proyecto tecnológico que finalmente se convirtió en una empresa enfocada en el mundo corporativo. Hoy es CEO de esa empresa, alejado de la alta competencia y las canchas: no tiene ni una raqueta en casa, y si tuviera que elegir, prefiere jugar al fútbol antes que volver al tenis.

Luciano Vitullo no dejó el tenis para olvidarse de él, sino para reconectar con lo que realmente le motivaba: enseñar desde un lugar libre de presiones, con niños que reían y aprendían. . Hoy es CEO de esa empresa, alejado de la alta competencia y las canchas: no tiene ni una raqueta en casa, y si tuviera que elegir, prefiere jugar al fútbol antes que volver al tenis.

Fotos de luchovitullo

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