Tu perfume favorito hace algo más que hacerte oler bien: también puede cambiar la forma en que piensas y trabajas

El aroma correcto puede reconfigurar tu mente para pensar mejor, trabajar con más enfoque y transformar tu día

Editor

Elegir un perfume no es solo una cuestión de estilo o de aroma: es un acto que habla de ti, de tu estado de ánimo y de cómo quieres enfrentarte al mundo. Cuando te aplicas una fragancia estás haciendo algo más que "oler bien": estás activando una pequeña herramienta de psicología personal que puede cambiar, aunque sea sutilmente, la forma en que piensas, trabajas y te relacionas

El sentido del olfato tiene una conexión mucho más profunda con nuestras emociones de lo que solemos pensar: según una investigadora en neurociencia del olfato, tan pronto como percibimos un aroma se activa la amígdala, la parte del cerebro encargada de las respuestas emocionales, antes incluso de que otras partes del cerebro se pongan en marcha.

Eso quiere decir que un aroma puede provocar una reacción emocional inmediata, incluso si no somos plenamente conscientes de lo que está sucediendo. Esta conexión se refuerza cuando ese olor ha sido previamente asociado a un momento, una persona o una sensación concreta: si un perfume te recuerda algo agradable, al ponértelo puedes revivir algo de esa emoción.

Por tanto, aplicar el perfume adecuado es como encender un interruptor interno: despiertas emociones, evocaciones de situaciones pasadas, y de ahí se pueden derivar sensaciones de seguridad, bienestar o incluso energía

En tiempos complicados y recientes, como cuando muchas personas han estado trabajando desde casa o en aislamiento, el hecho de mantener un gesto cotidiano como rociarse tu fragancia preferida, puede servir como rutina de empoderamiento, como una manera de recordarnos que "voy a trabajar y voy a rendir al máximo aunque esté en pijama".

En el artículo de Refinery29 se explica que durante el confinamiento mucha gente decidió no guardar sus perfumes para ocasiones especiales sino llevarlos encima en cualquier ocasión: porque los aromas estaban vinculados a sensaciones de "mejorar el ánimo" o el deseo de regresar a la normalidad.

Los perfumes y el desempeño en el trabajo

Foto de Joel Calata

Al adoptar un aroma concreto estás marcando, de manera casi simbólica, el "modo de trabajo". Si un olor te hace sentir más despierto, te evoca una rutina profesional o te conecta con sensaciones de éxito o presencia, entonces esa fragancia puede ayudarte a entrar en "modo productivo". 

Hay investigaciones que muestran que las fragancias agradables incrementan la probabilidad de que alguien sea percibido como más competente o confiado, por ello, el ritual de levantarte, ducharte, ponerte una camisa y aplicar tu fragancia ayuda a marcar una frontera psicológica entre un "momento personal" y "momento trabajo".

Es decir: aunque estés en casa o en un entorno menos formal, ese gesto le dice a tu cerebro "ahora me pongo en marcha", por lo que elegir bien el aroma que va contigo, el que sintetiza tu identidad o la actitud que deseas asumir, es una de las formas de ejercer poder psicológico sobre tu propio estado.

Las fragancias también comunican al exterior (y al interior) quién eres o quién quieres ser. En un artículo sobre la psicología de las fragancias para hombre publicado por Better Magazine se plantea que diferentes perfiles de aroma, como los cítricos, amaderados u orientales, pueden relacionarse con distintos rasgos de personalidad, actitudes ante la vida o la forma en que uno desea presentarse.

Por ejemplo, si eliges una fragancia fresca, ligera, cítrica, puedes proyectar una actitud despejada y activa, lo que puede ayudarte a afrontar tareas rápidas, reuniones, o un ambiente dinámico. En cambio, si optas por una fragancia amaderada, profunda, con notas de tierra o humo, quizá estás apostando por algo más serio, más deliberado, ideal para momentos en los que quieres sentirte con autoridad o concentración

De este modo, escoger perfume se convierte en un acto reflexivo: ¿Qué imagen quiero de mí hoy? ¿Cómo quiero sentirme mientras trabajo? Cuando pienses en seleccionar una fragancia con "poder psicológico", te conviene tener en cuenta lo siguiente: primero, busca aromas que te resulten agradables, no solo porque estén de moda; segundo, considera la situación: ¿es un día de oficina, una reunión importante, o simplemente quieres un entorno creativo y relajado? 

Y tercero, piensa en la consistencia: si siempre te pones un aroma cuando trabajas, acabas creando una "asociación" entre ese olor y ese estado de trabajo o rendimiento. Como advierte la neurocientífica, si bien las fragancias activan emociones rápidas, ese efecto se ve reforzado cuando existe una memoria previa asociada.

Al final del día, elegir un perfume no es solo cuestión de oler bien, sino de utilizar un pequeño gesto para gobernar tu estado mental: es una forma de "ponerte máscara" ante el mundo, de definir cómo quieres afrontarlo. 

Así que la próxima vez que pases por el pasillo de perfumería o abres tu estantería de fragancias, recuerda que hay algo más que notas olfativas: hay un gesto de poder psicológico al alcance de tu piel.

Foto de Dorrell Tibbs en Unsplash

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