Minifaldas en todas sus versiones

Muchos son los diseñadores que han apostado esta temporada por una medida que se hizo popular en los sesenta y que nacía al tiempo que se producía la llamada revolución sexual como símbolo de la liberación de la mujer.

La creadora británica Mary Quant se disputa con el modisto francés André Courrèges la autoría de la prenda, ella dice que se inspiró en el mini, el coche, para hacerla, y Courrèges, discípulo de Balenciaga y pionero en la aplicación de figuras geométricas a la silueta de la mujer, se atribuye el nacimiento del sexy femenino (me fio más de él..)

Lo que está claro es que la minifalda nunca ha dejado de llevarse y siempre vuelve con fuerza: a todas nos gusta enseñar las piernas.

Este verano nos la traen desde Balenciaga, hasta Blumarine,

pasando por Chloe, que se decanta por los tejidos vaporosos,

Luella, que prefiera las clásicas y colegialas tablas,

el look étnico de Matthew Williamson,

y la pureza de líneas y el efecto origami de Sophia Kokolasaki.

En invierno, la tendencia no muere y viene de la mano de Balmain,

Chanel,

Fendi,

Etro,

o Colette Dinigan,

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