Pregorexia: la enfermedad que lleva a una embarazada a obsesionarse por un cuerpo 'fit'

Últimamente hemos oído cada vez más la palabra pregorexia. ¿Pero qué es eso? Es un fenómeno que afecta a todas aquellas mujeres que sufren anorexia nerviosa durante el embarazo. Su obsesión por estar lo más sanas posibles y no subir de peso pone en peligro su salud y la de los bebés que están esperando.

La pregorexia nace del deseo de estar 'sanas' a toda costa en pleno embarazo, poniendo en riesgo la salud del bebé

Horas interminables de gym, ingestión de pocas calorías, estar fit en todo momento... Y todo ello con 35 semanas de embarazo. He aquí algunos de los síntomas de la pregorexia, la conocida anorexia entre las mujeres que están en estado de gestación. Cada vez son más los casos que nos llegan, y todo podría deberse a la moda de querer llevar una vida sana. Paradójicamente, esta enfermedad provoca todo lo contrario y las madres se olvidan momentáneamente del porqué de sus cambios e intentan de todas las maneras evitarlo. Una embarazada (con un peso estándar) suele engordar entre 10-15 kilos, sin embargo estas mujeres tan solo suben unos 4-5 kilos.

Chontel Duncan, el caso más viral

Una imagen vale más que mil palabras y Chontel Duncan así nos lo enseñó en su cuenta personal de Instagram hace unos meses. Su caso pronto se convirtió en viral y saltaron las alarmas: la preocupación por llevar un embarazo sano no es lo mismo que la obsesión con el deporte y querer tener el mismo cuerpo de siempre.

Es gerente de HIIT Australia Capalaba -una cadena de fitness- y en 2009 fue finalista en el certamen Miss Universo, y sus selfies con ropa de deporte marcando abdominal son una constante en sus redes sociales.

Hace unos meses su imagen dio que hablar y se convirtió en viral ya que las fotografías que mostraba en Instagram mostraban un embarazo muy distinto a uno normal. En su recta final su cuerpo seguía estando fibrado, acudía religiosamente a diario al gimnasio y su barriga era más pequeña de lo habitual.

El 30 de marzo dio a luz a su hijo Jeremiah, y cinco días más tarde mostró a través de algunas fotografías cómo se encontraba. Para sopresa de todo el mundo, no había ni rastro de esos 9 meses (salvo por una leve barriga). Fueron muchos los que criticaron su manera de llevar la gestación y el término pregorexia tomó más importancia de la que ya tenía. Aunque no debemos olvidar que éste ya se aplicaba desde hace unos cuantos años -aunque no había llegado a usarse de manera común-.

¿Qué es? ¿Cómo detectarla?

La palabra pregorexia viene de la unión de pregnancy (embarazo en inglés) y anorexia. El querer estar sanas durante todo el embarazo crea una obsesión a la futura madre que acaba por desarrollar esta enfermedad. Aunque entre la motivación de llevar una vida sana y caer en esta enfermedad hay un gran paso. Se estima que en el Reino Unido el 7,6% de las mujeres embarazadas que se sometieron a un estudio en 2015 sobre ésta acabaron por demostrar tener síntomas compatibles con ella.

Sin embargo, el 23,4% tan solo demostraba preocupación por su peso y figura. La pregorexia hace que la futura mamá hable del embarazo como si no fuera real, y la cuenta por las calorías ingeridas termina por convertirse en una obsesión -y hasta un ritual-. Las comidas las intentan hacer de manera solitaria, saltándoselas más de una vez y entrenando a diario de manera excesiva.

Podríamos denominar que la pregorexia es la anorexia de las embarazadas, y Holly Griffiths fue una de estas afectadas. Corría el año 2013 cuando esta joven que por aquel entonces tenía 21 años quedó embarazada de su segundo hijo. ¿El problema? Padecía anorexia. Su preocupación por la salud del bebé hizo que cada semana subiera un vlog en Youtube mostrando su cambio físico. Quería enseñar al público cómo se sentía, qué pensamientos tenía y, de alguna manera, obligarse a poner unas pautas para comer a diario.

En una entrevista concedida al diario The Sun, la joven explicó que su dieta se basaba en una tostada por las mañanas, ensalada en el almuerzo y un plato de fideos con queso por las noches. Un médico especialista en embarazos de alto riesgo la controló cada semana para asegurarse de la salud del bebé. Finalmente dio a luz a Isla, pero tres años más tarde sigue luchando contra la anorexia.

Posibles consecuencias para el bebé

Como no podía ser de otra manera, esta enfermedad afecta directamente al bebé, con posibles consecuencias que pueden ser fatales para éste. Entre las más comunes encontramos:

  • Problemas cardiovasculares y digestivos.
  • Retraso de crecimiento intrauterino.
  • Retraso mental.
  • Defecto de desarrollo de los huesos.
  • Muerte fetal.

Estar embarazada es algo único y especial. Y precisamente por eso no podemos pretender que nuestro cuerpo permanezca como si no pasara nada, imperturbable a estas circunstancias. Y al mismo tiempo es una experiencia que debemos disfrutar al máximo, a no ser que haya síntomas que nos lo impidan. Lo mejor es dejarse aconsejar por las indicaciones de los profesionales, pensar en nuestra salud y la del bebé y no obsesionarse por conseguir retos imposibles.

Fotos | Instagram @chontelduncan
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