Esta semana, dentro de la celebración de los I Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas (JMPI) de Brasil, ha tenido lugar el primer desfile de belleza indígena, con una amplia participación de mujeres de diferentes pueblos mostrando sus tradiciones, adornos y vestimentas.
En este certamen no hay ganadoras, ya que parte de la base de que (afortunadamente) cada belleza es distinta. No se trata de comparar ni de competir, sino de descubrir al mundo la diversidad y hermosura de estas modelos improvisadas, que con más o menos soltura, han conseguido llamar la atención sobre su cultura y su gente.
Silva, una agrónoma que lleva tiempo organizando este tipo de eventos en su aldea, comentó a los medios que este tipo de exhibiciones son una manera de combatir la invisibilidad que viven generalmente las mujeres indígenas. Tal como declaró:
Las agencias de modelaje carecen totalmente de interés en contratar a una mujer indígena, pero no tienen ningún problema en conseguir a una chica blanca y vestirla con ropa indígena tradicional.
La moda es así de caprichosa y en ella muchas veces tienen cabida las plumas, los estampados o los colores inspirados en los maquillajes indígenas, pero eso sí, puestos siempre sobre inmaculadas modelos que representan el estereotipo “mujer blanca occidental guapa y delgada” a la perfección.
Con este desfile sus participantes nos están diciendo: ¡Eh, nosotras estamos aquí! y sí, también somos bonitas. Al terminar muchas relataron que tanto ellas, como sus familias y su comunidad se sentían orgullosas. No es para menos, la celebración fue un éxito y su tradición y su encanto hoy están dando la vuelta al mundo.
Más información y fotos | Clarín
Fotos | cordon press
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