Estas tumbonas parecen salidas de un balneario, son de madera de eucalipto y dan a mi patio un toque vintage

El teletrabajo tiene sus ventajas, como no estar atada a una ciudad carísima para vivir. Mi chico y yo tenemos que seguir pagando un alquiler en Sevilla -al menos durante un tiempo- pero nuestra casita, la que será la residencia habitual más pronto que tarde, la hemos comprado en un pueblecito en plena dehesa. Un lugar tranquilo y bucólico en el que tengo la suerte de encontrarme ahora mismo

Para poneros en situación, en una especie de catarsis o revelación, escribo estas palabras en mi patio, al solecito rico que por fin ha llegado y sentada en una de estas hamacas que hoy recomiendo encarecidamente. Os podéis imaginar perfectamente la foto, aunque por si acaso he hecho una -no de mi cara, que es lunes y no es necesaria- pero sí de este par de gemelas comodísimas.

Un pack que compré solo por el precio -por 129,99 89,90 euros- si os soy sincera. Ya teníamos dos asientos divinos que fichamos para nosotros, más caros y con reposabrazos, reposapiés y todos los lujos que necesitamos. Estas dos las pillé por si venían visitas, que tuvieran al menos un lugar digno donde sentarse y la madera de eucalipto encajaba perfectamente con el resto de la decoración.

El caso es que en el puente de mayo vinieron unas amigas a casa y tuvimos que sacarlas. En principio para ellas, pero como me quedé en la cocina preparando el aperitivo, perdí mi asiento ''privilegiado'' y me tocó pasar el rato en una de las hamacas low cost. Desde entonces, no me siento en las otras, la verdad.

Me encantan estas por varios motivos: no pesan nada y puedo moverlas con facilidad orientándolas a donde de el sol. Vienen con una almohadita -con contrapeso para que no se caiga ni se mueva todo el rato- bastante cómoda. La altura se regula súper fácil, en segundos, cosa que no ocurre en las otras hamacas robustas que compré más caras. Y además, se pliegan en un segundo así que cuando llueve las guardo en un santiamén (las otras pesan una barbaridad, todo sea dicho).

Vaya que se han convertido en mis favoritas y creo que hasta que no me venga a pasar el verano no sacaré las otras del porche cerrado (demasiada pereza moverlas para solo un fin de semana). Una buena compra sin duda que recomiendo como experta en decoración y en comodidad, que de eso también entiendo un rato.

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Fotos | @maria_barba, Maisons du monde

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