Las vacaciones, ¿solo son para divertirte? Te damos más de una razón para dormir como, quizá, nunca lo hayas hecho

Es fácil asociar las vacaciones a risas, bailes, deporte, amigos y noches muy largas, pero es probable que en más de una ocasión estemos olvidando la verdadera finalidad de esos días tan deseados: la necesidad del auténtico descanso. Los tiempos están medidos, toda actividad y rutina requiere una desconexión, la que necesita mente y cuerpo.

Y ahí estamos, en más de una ocasión acabamos las vacaciones tan o más cansados que las comenzamos. Este año me he propuesto relajarme de verdad, buscar un equilibrio y sobre todo ser receptiva y estar atenta a las necesidades que dicta mi organismo. ¿Quieres saber por qué he elegido esta opción?

¿Recuerdas...?

Sé que son necesarias entre 6 y 8 horas al día, pero yo necesito y quiero más. Quiero dormir todo lo que mi estado pida. Hacerlo mejora el estado de ánimo y hasta proporciona una piel más bonita. Cuando lo cumplimos nuestro cuerpo y mente se recuperan del desgaste diario y esta restauración psíquica y fisiológica favorece todas las funciones del organismo.

La hormona del crecimiento, la que se ocupa durante la infancia de nuestro cambio de talla, se libera durante el sueño y en edad adulta ayuda a reforzar y reparar cuestiones como la densidad ósea, el buen funcionamiento cerebral y del sistema inmunológico o del tejido muscular. Funciones que junto a una buena alimentación y algo de ejercicio nos ayudan a mantenernos en forma y con un peso saludable.

Además pocos actos tienen consecuencias tan inmediatas y claras, cuando descansamos toda la noche por la mañana nos sentimos bien, llenos de energía y con nuestro reloj interior a punto para volver a empezar. La sensación contraria, lo que pasa cuando dormimos mal o muy pocas horas, todos la conocemos, y no se la deseo a nadie porque bajo sus efectos, hasta las primeras horas del día pueden resultarnos agotadoras. Las obligaciones siguen ahí, pero el cansancio, el sueño e incluso el mal humor nos hacen sentirnos irritables y nos impiden concentrarnos.

Cansancio, tensión y estrés son algunas de las consecuencias más comunes de la falta de sueño, pero ¿sabéis que la falta de descanso también puede hacernos engordar? Uno de los motivos es que cuando no dormimos lo suficiente sentimos más hambre. Con estas premisas, tengo claro que dormir bien es importante para disfrutar de unas estupendas vacaciones, buena salud y días felices.

¿Eres de los que no pueden dormir?

Sé que para muchos dormir bien es un sueño prácticamente inalcanzable. Yo misma he sufrido durante años por este motivo, y ahora sé que un cambio en las rutinas puede ser la llave para entrar en el maravilloso mundo de los sueños. A la hora de dormir, hay que procurar crear y respetar unos rituales que se repitan y nuestro organismo reconozca como inductores a momentos de descanso. Una ralentización de la actividad un rato antes de disponerse a descansar o un ambiente apropiado son dos ejemplos de lo que debería ser y no solemos practicar.

Está comprobado que hacer ejercicio al menos tres veces a la semana, un mínimo 45 minutos, puede favorecer el descanso y ese sueño reparador tan necesario para recuperarse del cansancio mental y físico acumulado a lo largo del día. Sin embargo, debemos procurar no practicarlo después de las 16,00 horas porque podría producir el efecto contrario. Recuerda que el ejercicio atenúa la sensación de fatiga y libera endorfinas.

Es importante evitar los alimentos proteicos y grasos en las cenas y procurar fijar horarios regulares para comer. Es mejor cenar de forma ligera y por lo menos 2 horas antes de irse a dormir.

Aunque es época de vacaciones, procura no llevarte las preocupaciones a la cama, evita pensar en los problemas y liberar la mente. Dormir es más importante. Recuerda cuando haga falta, yo lo hago ahora, a Escarlata y repite: "Ya lo pensaré mañana…"

Para estar sanos y vivir muchos años hay que procurar mantener un buen equilibrio entre el sueño y la vigilia. Dormir es necesario para mantener las funciones cerebrales, conservar las energías y proteger el sistema inmunológico del organismo.

Recuerda que descansar no sólo significa irnos a dormir cuando se acaba el día. También descansamos cuando nos relajamos, eliminamos presiones y disfrutamos de actividades lúdicas o recreativas como leer un buen libro o disfrutar de la paz del silencio, la música, del perfume y de la suave iluminación de unas velas aromáticas, de un sabor o una buena compañía. Un buen momento para descansar mucho y bien, es verano y puedes elegir

Imágenes | 1#Pixabay 2#María Luisa Sorando

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