Repasamos 5 puntos básicos para “aterrizar” flamante en el planeta playa

Llegan julio y agosto, meses playeros por excelencia para todos los que no tenemos la gran suerte de vivir al lado del mar ¿Una sensación común a casi todos nosotros? Esas primeras apariciones, ese tránsito hasta que comenzamos a habituarnos al medio, suelen resultar un poco caóticas. 

No sabemos que ponernos, solemos vernos mal con cualquier prenda, nos liamos para preparar la bolsa de playa, y cuando por fin llega ese preciso instante, en el que nos sentamos para llevar a cabo una vida contemplativa, lo que contemplamos con horror es lo que olvidamos llevar con nosotros. ¿Seguro que no habéis vivido en alguna ocasión esta experiencia? ¿Repasamos básicos para salir triunfal? Ahí van algunos…

En cuestión de prendas

Mi experiencia apuesta por dejar los colores veraniegos, floreados y llamativos para días de gloria, esos en que ya luzca el bronceado en mi piel. Los primeros días prefiero la discreción y apostar por tonos favorecedores. Sencillez hasta que llegue ese natural aclimatación con el medio. ¿Mi elección? Blanco, azul marino o claro, gris, son colores que aun sobre piel blanca siempre resultan limpios y muy elegantes

Es importante elegir prendas fáciles para vestir, quitar y poner, porque estás de vacaciones y el objetivo es descansar. Short y camisetas sencillas, vestidos amplios o camisas con botones, son apuestas seguras para esos primeros días de transición entre ciudad y playa. Recuerda además elegir prendas que se laven fácilmente porque las cremas suelen ensuciarlas cada día. 

Me depilé y parece que no dio resultado…

No es así. Si leéis mis post, ya he escrito en otras ocasiones que debería ser imprescindible mirar el resultado de la depilación bajo la luz solar. Ésta delata todo y deja ver hasta la más mínima imperfección. Si bien no hay que obsesionarse ni buscar la excelencia, si es importante observar bajo la luz natural porque descubrirás que probablemente requerirá un pequeño repaso. Asimismo, mirad el rostro en un espejo, bajo esta iluminación, el resultado os dará una idea de la realidad más absoluta, pero no os alarméis, se trata de ver cositas subsanables, cejas, algún punto negro, las manchas que mejor debemos proteger...

La bolsa de la playa

Fundamental: que pese muy poco. Un consejo que practico desde hace años, es aplicarme el protector en casa después ducha y antes del traje de baño. Resulta lo más efectivo y fácil. En la bolsa, evitad talla XXL de protectores cuerpo y rostro. Indispensable para mantener limpieza y orden, una pochette ligera que se cierre bien con algún tissue de papel, un espejo y los productos para el rostro. Los de cuerpo y cabello puede ir aparte, en la general. No caigáis en la tentación de no repetir aplicaciones, para esto no vale la pereza, se paga muy caro y podéis estropear, además de la piel, muchos días de vacaciones. 

Se debe estar preparada para practicar el ejercicio de la paciencia los primeros días en el caso de las pieles claras. El efecto del sol, salvo para pieles oscuras, es todo menos embellecedor durante los primeros contactos. En mi caso, una conversión a rosado "espeluznante",  pero como en el cuento del patito feo, un día de convierte en el dorado más ideal

Manos y pies, el detalle

Sé que siempre lo repito, pero 'manos y pies cuidados' es un punto fundamental para verse y sentirse bien. ¿Mi consejo durante un viaje de verano? Color en los pies, porque los embellece, da aspecto cuidado y dura muchísimos días. En las manos, recomiendo solo brillo, cuidado e hidratación, tanto en uñas como en cutículas. Soy una incondicional de Mavala por sus fórmulas para cuidar de manera integral estos puntos y por su formato Mini  Colors de esmaltes, que me permite cambiar de colorido, utilizarlo siempre en óptimas condiciones y no desperdiciar nunca producto. 

Cabello, máximo mimo

El cabello siempre paga las consecuencias de unos días en la playa y es algo que debemos cuidar desde el primer día. Lo he aprendido y por eso siempre utilizo un protector solar específico. Bajo su cuidado la calidad de la fibra capilar y el resultado se nota muchísimos a lo largo del verano y al llegar septiembre. La diferencia es espectacular, por brillo, flxibilidad y resistencia. Aunque en principio parece que el cabello resiste todo, llega un punto en que no puede más: deshidratación, sol, sal cloro, calor... La diferencia entre utilizar productos solares para el cabello tanto antes del sol como después del lavado, y no hacerlo es impresionante. 

Ya sé que algunas, podéis preguntaros, ¿para qué, si llevo sombrero? Si lo pensáis, hay muchas ocasiones en que no está puesto, un baño, paseo, algún rato, un despiste..., y el sol calienta de verdad en verano. ¿Entre mis incondicionales? Para ir a la playa la Bruma Hidratante de la gama Solaire de René Furterer, porque no engrasa nada. Para después del lavado, la Mascarilla Nutri-Reparadora Intensiva para cabellos sensibles de la misma línea y firma. 

Recordad que una vez pasados los 5 primeros días todo llega rodado, solo, el espíritu es otro, la mentalidad ha cambiado. La adaptación es total y ya sois parte de la playa. Ese pequeño paso habrá pasado con éxito y solo hay que disfrutar… 

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