Sexo en el agua: todo lo que hay que saber para no naufragar

Sexo en el agua: todo lo que hay que saber para no naufragar

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Sexo en el agua: todo lo que hay que saber para no naufragar

Las olas meciéndonos, el sol (o la luna) bañando nuestra piel. Una cosa lleva a la otra y… ¡al agua patos! ¿Quién no ha fantaseado con tener sexo en el mar o en esa piscina solitaria en mitad de la noche? Sexo y agua parece buena idea, al menos excitante, pero… ¿realmente lo es? El aquasex tiene sus sus contras, y es mejor conocerlos antes de “mojarse”.

Usa protección, y no solo solar

No, el protector solar no es el único que tienes que usar: existe la falsa creencia de que es más difícil contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS) teniendo sexo bajo el agua. Pero no, el agua, por muy salada que sea, por mucho cloro que tenga (y nos piquen los ojos) no protege de nada: ni de ETS ni de embarazos no deseados. Lo que sí nos puede proporcionar el cloro al entrar “en nuestra cueva” es una infección la mar de maja.

Así que ya sabes, el uso de preservativo es imprescindible, tanto en secano como en húmedo.

Cosas que tienes que tener en cuenta a la hora de usar preservativo bajo el agua

  • Hay que colocarlo siempre, siempre, fuera del agua, ya que de otra manera podría romperse.
  • También debe colocarse con el pene erecto, para evitar burbujas de aire y con ellas la rotura del mismo.
  • Durante el sexo, vigila que el movimiento y el agua no han hecho que el preservativo se haya movido. De ser así, y sobre todo si ha cogido aire, debemos salir y cambiarlo por uno nuevo.

Equilibrio... acuático

Puede que al imaginar la escena en tu cabeza todo parezca sencillo: es cuestión de meterse, claro, y como en el agua pesamos menos y nos podemos mover con más agilidad... pues todo fenomenal. Ya.

Lo que quizá no has pensado es que hay algunas cosas que no ayudan en absoluto a que la escena transcurra con glamour y seguridad: las olas tienen más fuerza de lo que creemos, a veces hay piedras, no tenemos puntos de apoyo salvo nuestros pies (o la pared de la piscina)... Mantener el equilibrio al tiempo que nos movemos (y no salir disparados) no es fácil, nada fácil.

Con esto en mente imagina de nuevo la escena: pasión, deseo… y ese vaivén sexual que nos hace perder el equilibrio y terminar tragando agua a expuertas y con un alga en la cabeza a modo de tocado de boda. Es posible que esto acabe convirtiéndose en tendencia, pero no era a lo que estábamos, ¿verdad?

Sexo en el agua

El agua no es nuestra amiga

En contra de lo que pudiera parecer el agua no ayuda en absoluto a la lubricación, más bien al contrario: favorece la fricción y con ella la rotura del preservativo, irritaciones… ¿Quién iba a imaginárselo?

Si vas a practicar sexo bajo el agua utiliza preservativos con alta lubricación o añade lubricante tú misma, eso sí, siempre antes de meterte en el agua. Si quieres intentarlo una vez dentro ya es cosa tuya, pero prepárate para desperdiciar lubricante a lo loco, o para intentar ser ninja acuática y que el lubricante llegue intacto de tu mano a… sin diluirse en el agua por el camino.

Entonces, si tiene tantos contras… ¿por qué nos sigue excitando la idea?

Porque el deseo no entiende de razones: si todo lo que nos gustara en la vida fuera racional, sano y estupendo en general no existiría el chocolate, ni los gofres, ni… bueno, ni muchas cosas maravillosas.

Además, el sexo en el agua, a pesar de esos contras, puede ser realmente placentero: si tienes pareja estable y ambos habéis llegado al acuerdo de no usar preservativos, si estáis en una piscina cuidadita (y tenemos controlado el tema de la lubricación)... es posible que tengáis una sesión de sexo húmedo la mar de agradable.

Además, el sexo bajo el agua, en la playa o en una piscina, tiene muchos componentes que lo hacen especialmente “material de fantasía”:

  • El componente de “en público” (o el riesgo de que nos pillen)
  • El contexto, por ejemplo estar de vacaciones (momento en que pensamos que hay que tener más sexo, y más salvaje y más novedoso y más todo y nos ponemos creativos y experimentales).
  • El que sea “fortuito” y no planificado.
  • El tacto: bajo el agua se siente de otra manera, y hay a quien le excita mucho.
  • La sensación de poco peso, de ligereza: poder movernos con más libertad.

El calorcito ya está aquí, y puede que tus vacaciones también, así que si te apetece, te excita y quieres probar… adelante, ¡a por ello! Puede que descubras que el sexo bajo el agua es lo más de lo más. Pero por favor, si no es con tu pareja, y bajo pacto, siempre usa protección... y ojito con las piedras.

Fotos: Gossip Girl; Pixabay.com; Giphy.com

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