10 cosas que pueden mejorar nuestra vida sexual... y no son los geles de sabores

10 cosas que pueden mejorar nuestra vida sexual... y no son los geles de sabores
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Una de las "quejas" que más escuchamos en las consultas de los psicólogos es la sensación de que tras un tiempo de convivencia la vida sexual se resiente. La monotonía, el cansancio, etc. pueden estar haciendo de las suyas, sí, pero hay más factores en juego. La buena noticia es que hay cosas que podemos hacer para animar nuestra vida sexual y que se ponga (y nos ponga) a tope.

  1. ¿Quién da la vez? Es frecuente que en la pareja uno de los dos miembros sea el que habitualmente proponga tener relaciones y las inicie, lo que puede llevar a que termine por sentirse frustrado, y a que el otro se sienta “presionado” en cierta forma. No hace falta que os compréis un aparatito de los que dan número como en la carnicería, pero intercalar quién inicia las interacciones sexuales hace que ambos os sintáis deseados y favorece el equilibrio en la relación (sexual y general).
  2. Piensa en verde. El deseo hay que trabajarlo. La vida sexual no se limita al encuentro físico, y si queremos que nuestro deseo esté “sano” conviene prestarle atención y mimarlo. ¿Cómo? Mandando algún whatsapp a lo largo del día, dando un beso un poco más intenso al llegar a casa, tocando un poco aquí y allá mientras preparáis la cena... Es decir, se trata de pensar sexo alguna vez al día, verle el lado erótico a la vida, que lo tiene... si lo buscas.
  3. Vamos a la cama que hay que descansar juntos. Irse a la cama al mismo tiempo es todo ventajas: por un lado favorece que tengamos un ratito de charla en pareja (es más difícil delante de la televisión) lo que potencia la intimidad en la pareja y por tanto el deseo, y por otro hace que también sea más fácil que se produzcan abrazos, roces…
  4. Ahorra en pijamas y cómprate un buen nórdico: estudios demuestran que dormir desnudo en pareja (y abrazarse) favorece la producción de oxitocina, “la hormona del amor”, que interviene en el orgasmo, contribuye a reducir la presión arterial y tiene efectos positivos sobre ansiedad y depresión. Además, dormir sin pijama (o sólo con la ropa interior) hace que a lo largo de la noche nos rocemos, piel con piel, que al abrazarnos dormidos notemos… al otro cerca, de manera que aumenta nuestro arousal sexual.
  5. El sexo es divertido, no una obligación: en ocasiones nos obsesionamos con que “hay que hacerlo” X veces a la semana “porque sí, porque es lo normal” y entonces transformamos algo que es positivo, lúdico y estupendo en una obligación más, como hacer la compra o sacar la basura. Cambiemos el “Hay que hacerlo” por “Es genial hacerlo”, ya que este cambio de chip favorecerá que tengamos una actitud más positiva y que por tanto, paradójicamente, sea más probable “hacerlo más”.
    Fantasías mejoran deseo
  6. ¡Viva la fantasía! Como decían en "La historia interminable", no dejes que "la Nada destruya Fantasía" ya que fantasear es un elemento clave para mantener el deseo activo, especialmente en caso de relaciones de largo recorrido. A menudo me encuentro en consulta con personas que se sienten culpables por tener fantasías, como si con ello estuvieran engañando a su pareja, o personas que se sienten mal con algunas cosas con las que han fantaseado. En ambos casos hemos de tener en cuenta que las fantasías son un producto de nuestra imaginación, no un acto, y que porque algo nos resulte muy muy excitante en nuestra mente no significa que queramos llevarlo a cabo en la vida real. Disfruta de lo que tu imaginación te aporte, sin culpa.
  7. Practica el sexo oral: no, no me refiero al cunnilingus (aunque si te apetece, adelante), si no a que habléis de sexo, antes, durante y/o después. No se trata de hacer una ponencia sobre qué tal lo hemos hecho, sino de compartir qué nos gusta, cómo nos gusta, qué ha hecho el otro que nos ha encantado, qué queremos hacer la próxima vez... Damos por sentado que nuestro compañero ha de saber qué deseamos, pero no es así, la comunicación es fundamental. Además, hablar de sexo activará nuestro deseo porque no deja de ser... hablar de sexo. Extra: podemos compartir nuestras fantasías realizables… quizá nos sorprenda descubrir que a nuestra pareja también le apetece llevarlas a cabo.
  8. El sexo no es sólo coito: el modelo de sexualidad socialmente establecido pasa por valorar el coito como “el sexo de verdad”, y todo lo demás queda en mera “antesala” (o peor, un “peaje”). El problema es que este modelo en realidad no funciona y puede acabar generando dificultades además de un menor disfrute sexual. El sexo es tocar, oler, masajear, masturbar, ver, oír, frotar... ¿por qué perdernos tantas oportunidades de placer por culpa de una idea?
    Nuevas prácticas sexuales
  9. Marcas rojas en el calendario: tendemos a pensar que el sexo ha de ser espontáneo y fogoso y “aquí te pillo, aquí te mato”. Partiendo de esta idea no es de extrañar que cuando llevamos un tiempo conviviendo en pareja, o cuando tenemos hijos, y esa “espontaneidad” se esfuma, lo vivamos como una pérdida en la calidad de nuestras relaciones. Pero la realidad es que el sexo no es tan espontáneo como nos creemos, basta con que recuerdes la época en la que no vivíais juntos y teníais que quedar... por ahí. ¿Acaso programar la cita hacía que tuvieras menos ganas? Es muy recomendable marcar “citas de novios”. Programar algunos de nuestros encuentros no hace que el sexo sea peor, al contrario: vas a tener tiempo para regocijarte e imaginar todas las cosas que puedes hacer en esa cita, y además garantizamos que se produzcan momentos de calidad en la pareja. Dejar nuestra vida sexual a merced del “cuando podamos” quizá no sea la mejor idea... Piénsalo.
  10. Explora, como Indiana Jones: Una de las quejas más frecuentes de las parejas es lo monótono de sus relaciones. Explorar y experimentar es una manera estupenda de introducir cambios en esas dinámicas y refrescar nuestra vida sexual. Lo más recomendable es ir introduciendo las nuevas prácticas poco a poco, para ir valorando si nos gustan, cómo nos sentimos, etc. Si no nos terminan de encajar no pasa nada, es positivo de todas formas ya que hemos pasado un rato “diferente” juntos y en cierta forma hemos cambiado la rutina. Probar merece la pena: puede que topemos con algún "templo maldito", pero también es posible que encontremos “el placer perdido”.

Fotos: Sex Tape (con Cameron Díaz y Jason Segel)

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