Estos son los cinco indicadores de que realmente estás durmiendo bien

Estos son los cinco indicadores de que realmente estás durmiendo bien

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Estos son los cinco indicadores de que realmente estás durmiendo bien

Dormir bien de verdad, pero de verdad, de verdad, es mucho más que estar tumbado en la cama las ocho horas de reloj que nos recomiendan todos los expertos.

Porque para esos mismos expertos existen otros indicadores aún más importantes que determinan si realmente estás durmiendo el sueño de calidad que necesitas.

La National Sleep Foundation, una asociación sin ánimo de lucro, ha determinado por primera vez cuáles son los indicadores de que estamos teniendo sueño de calidad, unas conclusiones a las que ha llegado después de analizar casi trescientos estudios e investigaciones relacionadas con el sueño y llevadas a cabo por organizaciones de salud de la talla de la Academia Americana de Neurología, entre otros.

La calidad es tan importante como la cantidad

Cada persona tiene unas necesidades individuales únicas y especiales y no todo el mundo necesita dormir las ocho horas de rigor para levantarse al día siguiente descansado y lleno de energía. Sin embargo, según la National Sleep Foundation, hay una serie de indicadores que reflejan más la calidad de nuestro descanso tan buscada y que son la clave para asegurarnos de que estamos descansando en perfectas condiciones:

1.- Dormir al menos el 85% del tiempo que pasamos en total en la cama.

2.- Tardar 30 minutos o menos en caer dormido (se puede llegar hasta los 60 si eres mayor de 65 años).

3.- O pasar menos de 20 minutos totalmente despiertos antes de caer dormidos.

4.- No despertarse más de una vez por noche (o dos si tienes más de 65 años).

5.- Y que estos periodos de estar despiertos en medio de la noche no duren más de cinco minutos.

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Una buena noche de sueño: todo son ventajas

Dormir bien no sólo significa que estaremos más descansados, alerta y nos sentiremos mejor al tener más energía. También mantiene sano el corazón, reduce el estrés y la inflamación (las hormonas del estrés tienen un efecto inflamatorio) y tiene efectos tremendamente positivos en nuestra memoria, pues durante el proceso del sueño se produce la consolidación de la memoria según explican en el Instituto del Sueño, en que el cerebro procesa la información del día, hace conexiones ente sucesos, información sensorial, emociones y recuerdos.

Según el Instituto de Medicina del Sueño, una buena noche de sueño es un condicionador del resto de nuestra vida, pero además, es una actividad restauradora (repara nuestro cuerpo), el complemento que asegura la vigilia (el contrapunto de estar despiertos) y fisiológicamente necesario: regula los biorritmos y es la garantía para el equilibrio entre las exigencias biológicas internas y el medio exterior.

A nivel fisiológico, una buena noche de sueño también repercute en nuestro peso. Dormir mal tiene consecuencias en nuestra habilidad para procesar la glucosa, lo que puede provocar altos niveles de azúcar en la sangre y favorecer la diabetes o un aumento de peso según nos explican en el Instituto de Medicina del Sueño. Vamos, que todo son ventajas y merece la pena hacer todo lo posible de nuestra parte para garantizarnos esa noche de descanso reparador.

Fotos| Pexels.com

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