SER MADRE HOY
Sinopsis de SER MADRE HOY
* El nuevo libro de Miguel Noguera.
* El libro cuyo título menos tiene que ver con su contenido.
En este libro encontrará:
* Ideas. Más de 250. Mejores que nunca. Más finas. Más duras. Más puras.
* Camareros eruditos, famosos-bola, abuelas aguerridas, formas refinadas de sujetar un café, escultura muscular, muñecos de cigarros, Gerónimo Stilton, Deleuze y la madre de Villa, rampas leves, pianos cama, llamas bífidas, perros fumadores, duchas con paseo, alzacuellos imaginativos, niños que buscan a Cela, palabras en mallorquín, libros con rabo, gusanos de marca, la firma de Messi, y un bebé llamado Barracuda.
* Finas notas al pie, y el índice onomástico más incomprensiblemente exhaustivo del siglo XXI. Mientras lea el libro experimentará: * Risa, asco, dolor. Roturas extrañas, pena, horror bonito, contracciones elegantes, cosquilleo moral, carcajadas violentas, catarsis raras, pinchazos epistémicos, traumas sutiles, picor cerebral.
Al finalizar el libro no podrá:
* Explicar qué es exactamente lo que ha leído.
* Evitar releerlo.
* Ver el mundo igual que antes de leerlo: es un libro fácil de leer, difícil de borrar. Un troyano en tu materia gris. Un microbio cognitivo. Hardware para la mirada.
Miguel Noguera
Cuando terminé la facultad busqué trabajo de camarero y compartí taller con amigos de la facultad (entre ellos Jonathan Millán, coautor de Hervir un Oso). Allí no lo tenía nada claro, estuve unos años especulando en vacío, apuntando cosas pero todo dentro de una existencia muy gris. Incluso deliré con hacer una serie de animación que se llamase Ultraviolencia, pero aquello no cuajó en absoluto, era papel mojado, pura neura sin base. Hasta que un amigo que me encontraba muy depresivo me propuso leer algunos textos en un bar de Gràcia. Uno de poetas. Lo hice y la cosa no fue del todo mal. A partir de eso surgieron algunos eventos más.
Los primeros Ultrashows eran todos sin red… o más bien con una red infinita por cuyos agujeros cabía una persona. Salía a escena con todo el material, no hacía selección, llevaba muchos papeles o una Palm con cientos de ideas. Escogía una al azar y la explicaba. A veces iba bien, a veces no se entendía en absoluto. Se vivieron momentos de gran embarazo, pero en cierto modo formaban parte de la propuesta. Con el tiempo aprendí a seleccionar las ideas y la cosa mejoró. Sólo explicaba las ideas más efectivas o aquellas que realmente me apetecía contar. Así la cosa ganó ritmo, ya no decaía tanto, se aproximaba algo más al Stand Up Comedy. Últimamente he ganado seguidores, supongo que a través del boca a boca, los Venga Monjas, las reseñas de Nacho Vigalondo y muchos otros… Internet ha sido muy importante en todo esto. Por otro lado el asunto artie ha estado más o menos presente en todo momento, Chus Martínez me metió en el Creamier de Phaidon y organizó un Ultrashow en la Capella del Macba, el Ultrashow tiene una lectura relativamente compatible con el ámbito del arte contemporáneo, eso hace que me salgan algunas cosas por ahí. He sacado un libro con Jonathan Millán (Hervir un Oso, Belleza Infinita 2010), y publiqué mi primer libro en solitario con la editorial Blackie Books, Ultraviolencia (2011).»
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