El triunfo de Mr. Wonderful y la dictadura del positivismo: no tienes que ser feliz siempre

El triunfo de Mr. Wonderful y la dictadura del positivismo: no tienes que ser feliz siempre
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Seguro que conoces a alguno, aunque nunca te habías parado a analizar lo sorprendente de su conducta. Como si le hubiera poseído el espíritu de Mr. Wonderful, los falsos positivos son esas personas que parecen vivir exclusivamente en una realidad optimista, donde reinan las sonrisas y los buenos pensamientos.

La dictadura del positivismo se impone en nuestra sociedad y analizamos con la ayuda de expertos este fenómeno para averiguar todas sus caras. Sí, también las más oscuras.

Y es que es inevitable hacerse un montón de preguntas respecto a este tema. ¿Es realmente posible ser siempre positivo? ¿Qué significa ser positivo? ¿Significa forzar pensamientos optimistas y felices para superar situaciones difíciles? ¿Significa intentar sonreír durante 12 horas seguidas para proyectar felicidad? ¿O significa seguir los 10 pasos milagrosos para que a pesar de la vida yo consiga ser una persona envidiable?, añade Giulia de Benito, responsable de la unidad de psicología general de Instituto Centta, y una de las expertas con las que hemos intentado analizar este fenómeno.

Ser siempre positivo, ¿el estado ideal?

Para Giulia de Benito esta subcultura del libro de autoayuda que promete una vida plena, feliz y de éxito si nos esforzamos lo suficiente en parte puede ser cierta: "porque una predisposición positiva y disfrutar de fantasías optimistas genera ciertos estímulos que nos ponen en marcha".

Pero también lo considera algo efímero: "pensar de forma positiva puede aliviarnos momentáneamente y resulta muy tentador tener en nuestras manos la solución para lo que necesitamos. Puede que en algunos casos sea el input perfecto para sobrepasar un obstáculo, pero no es un recurso para todos".

"Ser positivo" no es malo ni bueno, solo nos hace falta entender qué implicaciones tiene y cómo enfocarlo de forma que nos ayude a afrontar nuestra realidad adecuadamente. Giulia de Benito, responsable de la unidad de psicología general del Instituto Centta.

Pero rodeados de todo tipo de impactos que nos invitan a practicar el positivismo sin límite alguno es imposible no hacerse la pregunta de si ese es nuestro estado ideal: "contestando a la pregunta... no. No tenemos un estado ideal, tenemos emociones que fluctúan a medida que recibimos información tanto del interior como del exterior y bloquear esa fuente de información sobre cómo estamos y lo que necesitamos bajo una falsa apariencia de felicidad y optimismo puede mermar nuestra capacidad para pedir ayuda cuando la necesitemos y crecer", responde Giulia de Benito.

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No podemos negar que en la actualidad recibimos mucha presión para considerar solo el lado bueno de la vida. Sin embargo, todas las emociones cumplen una función y si nos esforzamos en dejar a un lado las "emociones negativas" nos estaremos privando de una información esencial para aprender y crecer en todos los momentos tanto bonitos como difíciles de nuestras vidas.

¿Qué pasaría si alguien que está triste afronta ese momento con un falso optimismo? La tristeza nos ayuda a tomarnos un espacio en el que cuidarnos y dejarnos cuidar en el sufrimiento. Intentar suprimir esto tendrá, sin lugar a dudas, un efecto negativo en nuestra salud.

Para Mark Banschick, doctor en psiquiatría y experto de Greatist, ser excesivamente positivo puede ser incluso un síntoma de un trastorno emocional:"las personas que sufren un trastorno bipolar pasan por estados de un excesivo positivismo llamados "manía" que pueden interferir con la realidad que están experimentado y provocar que se enganchen en una conducta potencialmente autodestructiva (conducir a una gran velocidad, robar, tomar demasiadas drogas... porque 'todo es maravilloso y nada puede dañarme')".

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El camino a la felicidad no está tan claro

Poco a poco la dictadura del positivismo ha invadido todo a nuestro alrededor y para expertos como Giulia de Benito eso no está haciendo ningún favor a nuestra sociedad:"me pregunto si se debe a las ganas de mostrarnos al mundo de una forma ficticia para controlar la imagen que proyectamos o si es un miedo profundo a enfrentarnos al dolor y el sufrimiento propio y del otro", nos cuenta.

Que no nos dé miedo la otra parte. Es necesario aprender a escucharnos en todos nuestros estados, el "falso positivo" es peligroso.Giulia de Benito.

La dificultad para soportar el aburrimiento, la tristeza, el dolor o el enfado no se soluciona tomando como referencia un estilo de vida como el que nos propone Mr. Wonderful. Se nos hace muy pesado acompañar a una persona que está sufriendo y huimos también de nuestro malestar.

"Me pone los pelos de punta cuando alguien que ha perdido a un ser querido tiene que escuchar 'sonríe, a él le hubiese gustado verte feliz' y cuando tras una mala noticia hay que aguantar el tipo porque 'nadie va a querer estar contigo con esa cara de muermo', 'si te esfuerzas seguro que disfrutas de la fiesta', 'dite a ti mismo que todo saldrá bien, el cambio tiene que empezar por ti'. Pero, ¿qué pasa cuando no nos apetece sonreír o no podemos hacer malabares para que parezca que todo va bien? O qué pasa cuando nos quedamos sin recursos para hacer frente a una situación difícil", es la reflexión de Giulia de Benito.

No siempre está en nuestras manos "ser felices" y tenemos el deber y el derecho de pedir ayuda. Giulia de Benito.

Es más: intentar tapar un problema o cubrir un estado de ansiedad con una cara alegre puede conseguir justo el efecto contrario, que la situación empeore pues estamos intentando tapar ese problema sin resolver. A esto se refiere la profesora de Psicología y autora de The Positive Power of Negative Thinking, Julie Norem, que además defiende que es mejor no enmascarar un problema e identificar la situación lo antes posible para poder resolverla.

O una manera de no tomar ninguna decisión, como también explica Mark Banschick, que considera que el pensamiento positivo puede utilizarse por individuos sin ningún tipo de trastorno para retrasar la resolución de conflictos. Para este experto, la gente que siempre dice que "todo está bien" incluso cuando no es verdad están intentando autoconvencerse de que al menos están haciendo algo ante una situación desagradable (un trabajo horrible, un problema de pareja o familiar, etc.) aunque en realidad no estén tomando los pasos necesarios para solucionarlo.

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Cambiar nuestra actitud a una positiva ¿es posible?

"La verdad es que no me queda claro cómo poder incidir directamente sobre este punto sin tocar antes otros palos que tienen que ver con las dificultades que enfrentamos para estar mejor", nos responde Giulia cuando le preguntamos sobre esta posibilidad. "En mi opinión tener una 'actitud positiva' puede resultar útil como parte del proceso de cambio. Sin embargo, no creo que sea ese el problema de las personas que sienten malestar y, por lo tanto, no me parece la solución".

No siempre está en nuestras manos "ser felices" y tenemos el deber y el derecho de pedir ayuda. Giulia de Benito.

No debemos necesariamente perseguir este objetivo, pero sí podemos trabajar en la forma en la que nos enfrentamos cognitivamente a los estímulos internos y externos de forma más beneficiosa: "de hecho, existen varios enfoques de terapia psicológica que trabajan directamente en este punto (aunque no lo llaman así). Entre otras, la terapia cognitiva incide mucho en nuestra forma de pensar, y en las distorsiones y mensajes "negativos" en los que nos basamos en nuestro día a día para afrontar la realidad", nos sigue explicando.

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Para esta experta, ser una "persona positiva", es decir, interpretar la realidad de una forma más beneficiosa para uno mismo, puede empezar por trabajar la capacidad para no dejarnos llevar por pensamientos distorsionados que hacen que nos enfrentemos a la realidad de forma destructiva. Aunque no es algo fácil de hacer y en muchos casos se requiere acompañamiento terapéutico.

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Pero es que además cada vez nos encontramos con más evidencias científicas de que solo centrarse en los pensamientos positivos e ignorar los negativos no nos hará más felices a largo plazo. En el año 2016, Susan Davis, una profesora de Psicología de Harvard publicó el estudio Emotional Agility: Get Unstuck, Embrace Change, and Thrive in Work and Life con el objetivo de invitar a la gente a salir de la rutina del pensamiento positivo y adentrarse más profundo en las situaciones emocionales de su día a día para aprender de ellas. Aprender también de las cosas malas que nos pasan es una manera de evolucionar, conocernos mejor y mejorar como personas, sabiendo qué objetivos y sentido le buscamos a nuestra vida.

Las redes sociales, ¿imponen solo el lado bueno de la vida?

Viajes increíbles, ropa divina, comidas que nos hacen babear... y mensajes, muchos mensajes positivos. Las redes sociales nos bombardean a diario con buen rollo, sonrisas, felicidad y perfección.

"Un vistazo rápido por las redes sociales de las personas más seguidas en internet nos deja claro lo que vende. La instagramer que exhibe los viajes y la ropa bonita que tiene y el youtuber que hace blogs diarios de las cosas emocionantes que realiza es raro que plasmen los momentos malos del día y las dificultades que tienen", responde Giulia de Benito cuando le preguntamos por el falso positivismo en las redes sociales.

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El problema para esta experta es que mostrar solo la parte divertida, bonita y emocionante de una vida hace que el espectador distorsione la realidad y se esfuerce en imitar un determinado estilo de vida para alcanzar el éxito y la felicidad. Y no solo, puede hacernos pensar que es cuestión de reducir la responsabilidad de que nos vaya bien a nuestra actitud (como comentaba anteriormente), y esto puede ser una fuente muy grande de frustración.

Idealizar un estilo de vida basado en los inputs instantáneos de otras personas nos puede llevar fácilmente a la frustración. Giulia de Benito.

No podemos convencer a nuestra mente de que lo que proyectamos en el muro de facebook es nuestra realidad, aunque nos dé la impresión de que para los otros es así. La fantasía puede durar un tiempo, pero tarde o temprano nos encontraremos necesitando una vida ficticia en imágenes para tapar heridas reales que no están siendo atendidas de la forma adecuada.

Fotos|Pexels.com, Unsplash.com

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