Desde hace algunos años, el 13 de febrero se viene celebrando el día de la soltería, en una especie de rebelión contra el día de San Valentín que ya lo está invadiendo todo. Todos conocemos cientos de libros que nos hablan de grandes historias de amor, pero ¿y esa gran historia de amor que deberíamos tener con nosotros mismos? Si eres de los que celebran la soltería cada día, y hoy con más razón, quizá estos libros encuentren hueco en tu estantería.
La mujer comestible, de Margaret Atwood
La mujer comestible es una novela sobre las relaciones erróneas, tóxicas, sobre alienación y sobre roles de género, tratados a través de la historia de una mujer que se compromete con el hombre equivocado.
Un millar de obsequios, de Ann Voskamp
Un millar de obsequios es un libro de autoayuda con trasfondo religioso, pero que transmite una idea central: cada día nos rodean miles de cosas por las que estar agradecidos, y centrarnos solo en un desamor o cualquier otro aspecto negativo es desaprovechar nuestras posibilidades para ser felices.
El cuaderno dorado, de Doris Lessing
El cuaderno dorado es una de las obras cumbre de la literatura feminista. Si queremos luchar contra los estereotipos de género y dejar de preocuparnos por encontrar pareja (si es que lo estamos), este libro puede ser un buen punto de inicio.
Come. Reza. Ama, de Elizabeth Gilbert
Querernos a nosotros mismos es el primer paso hacia la felicidad. Ese podría ser un buen resumen de la novela Come. Reza. Ama, que explora el dolor que sucede a una ruptura, a través del viaje de una mujer por todo el mundo, en busca de esperanza.
De cómo Stella recobró la marcha, de Terry McMillan
De cómo Stella recobró la marcha nos cuenta la historia de Stella, de cuarenta y dos años, recién divorciada, con un hijo a su cargo y un trabajo que no le deja demasiado tiempo para el amor. Y con una enorme disconformidad con su vida, como si en algún momento hubiera perdido las ganas de divertirse. El libro es el gran viaje de Stella para recuperarse a sí misma.
Ética promiscua, de Dossie Easton
Estar soltero no significa renunciar al amor... ni al sexo. En Ética promiscua, se tratan todos los tipos de relaciones sexuales: entre amigos, en grupo, casual..., al tiempo que se explora cómo practicarlos sin hacer daño a las personas con las que interactuamos.
Solterona, de Kate Bolick
Si hay un libro que acaba con un estereotipo, ese es Solterona, que, con el subtítulo «La construcción de una vida propia», despoja de toda connotación negativa a la palabra. La propia autora narra en primera persona cómo creció convencida de que acabaría casándose e incluso se fijó los 30 como edad límite para hacerlo, hasta que se dio cuenta de que, llegado el momento, ese deseo había desaparecido y solo pretendía llevar una vida plena, con o sin pareja.
Imágenes | El diario de Bridget Jones.
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