Francia aprueba la ley anti Shein para combatir la ultra fast fashion. Tus prendas favoritas podrían costar hasta 10 euros más

La moda más consumida recibe un mazazo con esta ley que podría terminar aplicándose en toda Europa a largo plazo

Que Es La Ley Anti Shein Francia
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Anabel Palomares

Editor

La nueva ley bautizada como “anti-Shein” ha sido aprobada en el Senado francés con 337 votos a favor y un solo voto en contra. Lo que Francia está diciendo es que ya no podemos permitirnos seguir comprando así. Al día, Shein lanza miles de productos nuevos a precios bajísimos que esconden un coste real que no vemos. La medida de Francia busca que cambiemos nuestra forma de pensar y de consumir.

Qué es la ley anti Shein francesa. El año pasado, la cámara baja del Parlamento francés  aprobó un proyecto de ley para imponer sanciones a los productos de moda ultrarrápida, vendidos por empresas como Shein. El objetivo: ayudar a compensar su impacto ambiental. Un año más tarde, el 10 de junio de 2025, el Senado francés ha aprobado de una forma casi unánime este proyecto de ley en primera lectura. Con ella, Francia se convierte en el primer país en aprobar una ley similar contra la moda ultra rápida.

Pero, ¿en qué consiste? Según declaró Véronique Louwagie, ministra de Consumo, a los senadores, busca “proteger nuestro medio ambiente y nuestro comercio”, y Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Ecológica, defendió la reforma como una forma de frenar la “invasión” de ropa low cost. Para conseguirlo se impondrán sanciones a empresas contaminantes, se prohibirá la publicidad y se harán cambios en el sistema de etiquetado. Se pretende reforzar la información y la concienciación de los consumidores sobre el impacto ambiental de la moda rápida, y prohibir la promoción de productos de moda rápida por parte de influencers que hoy constituyen uno de los principales medios de marketing para estas marcas.

¿Qué dice exactamente la ley y a quién afecta? Lo primero que hace es una definición de "ultra fast fashion" que distingue entre fast fashion clásica y ultra fast fashion como indican en Reuters, “imponiendo restricciones menos onerosas a los actores europeos de la moda rápida”. Es decir, busca proteger a firmas como Zara o H&M. Aunque alude a Shein y Temu, el enfoque legal se centrará en todas las marcas que superen los límites que se definirán más adelante. Así, se pretende evitar el daño a firmas europeas que operan con menor velocidad de rotación, pero dependiendo de la horquilla de rotación de producto, también podría afectar a marcas como Primark, Boohoo o Kiabi.

La ley limitará la publicidad en redes, especialmente de influencers, aunque no se prohibirá completamente la promoción comercial, y los vendedores deberán mostrar mensajes claros y visibles junto al precio, informando sobre el impacto ambiental y promoviendo la reparación, reutilización y reciclaje. Por último, se va a introducir un sistema de penalización progresiva por la contaminación de las prendas. En 2025 se espera un “malus ambiental” (una penalización) de unos 5 euros por prenda, que llegará a los 10 euros en 2030, o hasta el 50 % del precio antes de impuestos.

A nivel de los usuarios, Quentin Ruffat, portavoz de Shein en Francia, aseguraba que esta ley podría "afectar al poder adquisitivo" de los consumidores franceses, porque las sanciones repercutirán en el coste de las prendas.

¿Por qué ahora? Entre 2010 y 2023, el número de prendas comercializadas en Francia pasó de 2.300 millones a 3.200 millones, un 39% más. En 2024, las dos primeras marcas en las que los franceses se gastaban su dinero fueron Temu y Shein. La moda ultra rápida tiene demasiadas sombras que van desde su alto impacto medioambiental a los nulos derechos de sus trabajadores que, según investigaciones podrían llegar a trabajar hasta 75 horas semanales. A la larga, para los compradores, estas marcas representan una mayor inversión en prendas y un consumo abusivo. En el caso de Francia, muchas marcas locales han cerrado o entrado en crisis financiera al no poder competir con los precios bajos de estas empresas.

No se trata solo de economía, sino de cambiar hábitos culturales. Aunque el objetivo es reducir el impacto ambiental, también se busca que dejemos de ver la ropa como un producto de usar y tirar. La ley es comparable con las medidas que prohíben la publicidad del tabaco o el alcohol, porque busca reformular cómo compramos y valoramos lo que usamos o, en este caso, lo que nos ponemos.

Qué pasará a partir de ahora. A nivel legislativo, la ley debe pasar por la Asamblea Nacional y ambas cámaras formarán una comisión conjunta paritaria (CMP) que se reunirá en otoño para redactar un texto conjunto que deberá ser aprobado de nuevo. Esta ley abre camino a una nueva política de moda más ética y sostenible, con unos consumidores más informados pero la duda es si realmente modificará sus hábitos y si el resto de Europa seguirá su ejemplo.

No es una cruzada contra una marca, sino contra un modelo que daña al planeta y a las personas, aunque en Francia los propios consumidores, tienen sus dudas. Tendremos que esperar a que llegue el otoño para ver el efecto real de una medida sin precedentes contra la moda ultra rápida. Cuando se ponga en marcha la medida, tendrá que informar a la Comisión Europea y a largo plazo, se acabará instaurando en el resto de países. España incluida.

Fotos | Instagram Shein

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