Hace tiempo que sabemos que la fidelidad no es el fuerte de Alejandro Sanz, sin embargo, al cantante le acaba de estallar un escándalo mucho mayor con una fan con la que guarda una diferencia de edad de más de 30 años y que lo acusa de cosas muy serias. Entre ellas: manipulación, "abuso de poder" y "actitudes inhumanas". Se llama Ivet Playà y ha sido en sus sus redes sociales donde ha decidido contar públicamente su historia "por la niña que fue y por la mujer que es hoy", según ella misma afirma.
Ella tenía 18 años, él 49
Todo empieza en 2015, cuando un Alejandro Sanz de 47 años comienza a seguir, darle "me gusta" y escribir por privado a Ivet, que entonces tenía solo 16. Como ella misma cuenta, "alucinaba" con que "alguien tan famoso y querido por todo el mundo" le hiciera caso. Cuando ya había cumplido los 18 (y Sanz tenía 49), se conocieron en persona. Para ese momento su admiración por el cantante era tal que se buscó un trabajo de dependienta para poder costearse seguirlo de gira por toda España: "Me hice diez conciertos en un mes y medio", confiesa.

Mantuvieron el contacto y, cuando tenía 22 años, Ivet dejó su casa familiar en Barcelona para mudarse a Madrid: Alejandro Sanz la había contratado para trabajar para él. De aquella época, destaca que (aunque no sabe por qué) su equipo "espiaba las conversaciones que mantenían por privado". No obstante, fue cuando su relación pasó a ser íntima y sexual cuando las cosas empezaron a complicarse. "Se suponía que estaba viviendo un sueño, pero se convirtió en una terrible pesadilla", resume Ivet.
Aunque no entra en detalles específicos, sí describe lo que vivió con el artista como algo que superó todo lo que ella considera “moral e incluso humano”, hasta el punto de llegar a sentir "miedo". Asegura que el trato recibido por parte de Alejandro Sanz, todavía a día de hoy, la hace sentirse "utilizada" y "sucia". Especialmente por no saber quién pudo ver todo el contenido que compartió con él en la intimidad.
@ivetplaya 8/7/22
♬ sonido original - Ivet Playà
Un caso de abuso de poder
Ivet ha aportado pruebas de que la relación existió en los tiempos que ella describe. Aun así, el hecho de que no haya entrado en detalles más concretos y, sobre todo, que la mayoría de las cosas que cuenta ocurrieran cuando ya era mayor de edad, ha llevado a algunos a restarle importancia al asunto. Es cierto que, con la información disponible hasta ahora, Alejandro Sanz no habría cometido ningún delito. De hecho, ella misma ha recalcado que no lo acusa de nada ilegal. Sin embargo, en su relato sí se apreciand indicios de un posible abuso de poder.
Esto es algo que se da cuando una persona en una posición de autoridad o influencia, como en este caso Sanz, usa ese poder para obtener favores. En este caso, y según lo que cuenta Ivet, sería con intenciones sexuales. No obstante, esto no siempre implica violencia física o coercitiva sino que puede manifestarse de forma mucho más sutil a través de una manipulación emocional o psicológica en la que la persona que ostenta el poder se aprovecha de la admiración de la otra parte para conseguir lo que quiere.
@ivetplaya Y ahora yo.
♬ sonido original - Ivet Playà
Los expertos señalan distintas estrategias mediante las que una persona en posición de autoridad o liderazgo puede aprovecharse de un desequilibrio de poder con fines sexuales. Una de las más frecuentes es ofrecer favoritismo o un trato especial, lo que genera dependencia emocional o sensación de deuda. A menudo, esto va acompañado de un aislamiento progresivo de la víctima, alejándola de su entorno y reduciendo su capacidad de juicio o resistencia.
Aunque ciertas conductas puedan parecer “consensuadas”, cuando hay una clara diferencia de edad, madurez o poder, el consentimiento pierde fuerza y se puede difuminar la frontera entre deseo y coacción. Sobre todo porque dicho consentimiento puede estar condicionado por el miedo, la gratitud o la inseguridad emocional. Como parte de esa manipulación, a menudo el artista también puede hacer sentir inicialmente a la fan que es “especial”para luego descartarla.

Existen documentos académicos como 'Korean Pop Idols: The Dark Side of the Limelight' donde se expone cómo el fenómeno fan, donde se sacraliza al ídolo, crea un entorno favorable para que los artistas manipulen emocionalmente a seguidores vulnerables. Es por todo esto que, por mucho que Ivet fuera mayor de edad, Alejandro Sanz no estaría exento de haber podido usar su poder, fama o influencia para conseguir control emocional o sexual sobre ella.
Lo que sí queda claro es que, teniendo en cuenta que ella era una fan con la que empezó a hablar cuando era menor y que existía una diferencia evidente de edad y madurez, no estamos ante una historia romántica de backstage (ni de Wattpad, ni de fanfic)...
Foto de portada | @alejandrosanz e @ivetplaya
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