Existe una teoría que sigue Bill Gates y que antes seguían otros CEOs como Mark Zuckerberg. Se le llama la teoría del armario y consiste en vestir con ropa sencilla y con poca variedad. Tener siempre la misma camiseta para que no tengas que perder tiempo pensando en qué camiseta ponerte. Se llegó a convertir en el sello de identidad de Silicon Valley, que parecía tener el claro mensaje de que su vestuario no importaba, solo sus logros y productos. Pero ahora todo ha cambiado y parece que la moda tiene más importancia que nunca en las altas esferas de San Francisco. Ahora esos líderes tecnológicos abrazan la “macho aesthethic”.
El cambio de imagen de Mark Zuckerberg
Analicemos uno de esos cambios. Quizá el más significativo si me preguntan. Mark Zuckerberg nació en Nueva York, estudió Informática en Harvard y ahora es CEO de Meta. Zuckerberg siempre fue un joven que nunca llamó demasiado la atención. De hecho las recepcionistas de las oficinas de Facebook le dijeron a la BBC que era como un ninja y que era habitual que la gente no se diera cuenta de que se cruzaban con él. Llevaba siempre el mismo look, usaba sneakers y no “perdía” el tiempo en pensar en qué ponerse. Ahora practica jiu-jitsu, surf y halterofilia y tiene una estética que parece ligeramente la de un luchador de MMA o incluso la de un villano de película. Ya no es un nerd tecnológico. Ahora lleva camisetas oversize con frases en latín gigantes y collares de oro, como llevaría un atleta de artes marciales mixtas tras una victoria en el ring.
También ha comenzado a trabajar en “una serie de camisetas con algunos de mis dichos clásicos favoritos", como afirmaba a mediados de septiembre en la grabación de Acquired. En dicha grabación ya llevaba una camiseta negra con la frase griega “pathei mathos” que significa algo así como “aprender a través del sufrimiento”. Era, según Zuckerberg, “un pequeño dicho familiar”. A ojos algo más críticos, parecen impregnadas de una retórica imperialista y guerrera que reafirma su poder, y se alejan de aquella imagen de 2018 cuando ante el Senado parecía un adolescente en su primera entrevista laboral.
La periodista Helen Rumbelow escribía en The Times que “Mark Zuckerberg finalmente se deshizo de su aburrida sudadera gris y abrazó la vida como el multimillonario gánster tecnológico”. Aunque este cambio de estilo ha coincidido con la paternidad y su 40 cumpleaños, lo que ha sembrado la duda de que no sea fruto de una crisis de la mediana edad, hay quien dice que Peter Thiel podría ser el detonante del cambio. Este artículo en TechCrunch decía que el cambio se debía en realidad a un rebranding cuidadosamente elaborado.
Piensa, por ejemplo, en las frases que usa en sus camisetas. La frase del Imperio romano "Carthago Delenda Est" (Cartago debe ser destruida) en esta imagen que nos dejó junto a Bill Gates en su cumpleaños. O en otra ocasión, cuando presentó el prototipo de sus últimas gafas de realidad aumentada llevaba una cita impresa que modificaba la cita romana "Aut Caesar, Aut Nihil" (O César, o nada). "Aut Zuck, Aut Nihil", es decir, “O Zuck, o nada”. Muchas cosas que decir sin abrir siquiera la boca.
Más cambios de imagen en líderes tecnológicos
Zuckerberg no es el único que ha cambiado con el tiempo. O con el asesoramiento de terceros, no nos engañemos. Elon Musk, tiene una doble personalidad a lo Dr. Jekyll y Mr. Hyde en su forma de vestir. Por un lado lleva chaquetas de cuero Belstaff en un look muy de cincuentón divorciado -varias veces en su caso- y por otro, trajes de Tom Ford que le hacen parecer un oligarca que se enfrentaría a James Bond.

Otro claro ejemplo de cambio extremo es el de Jeff Bezos que, como afirmaba El País, “era tan discreto que rayaba en la seriedad, incluso en la solemnidad”. Ahora es… bueno, el rey de la ostentación. En todos los ámbitos. A nivel de moda, ha cambiado los pantalones chinos por los sombreros de vaquero y las botas, aunque hay quien asegura que dicho cambio se debe a su divorcio de MacKenzie Bezos y a su posterior relación con la presentadora de televisión Lauren Sanchez. Se ha rapado a lo Vin Diesel y luce brazo de gymbro y hasta va a los desfiles de Dolce & Gabbana en la Semana de la Moda en Milán cuando antes usaba el mismo look cada día.

En este mundo que finge que las apariencias no importan, estas importan más que nunca
Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg han experimentado una sorprendente metamorfosis. Y es que en este mundo que finge que las apariencias no importan, estas importan más que nunca. Ahora los grandes magnates tecnológicos se visten queriendo que todos perciban que son titanes, que son los reyes de su tiempo. Visten queriendo que su poder se note, que se sienta. Ya no les gusta la falsa humildad ni decir que la moda no importa. Ahora sus outfits gritan “tengo poder” y lo peor es que suenan también a “y voy a ejercerlo en su máxima gloria”.
La realidad detrás de la metamorfosis
Hace unos días te contaba que es posible cenar con Trump por cinco millones. Te hablaba también de las donaciones que los líderes tecnológicos hicieron a MAGA Inc. Y es que además de cambiar el look y volviendo a Zuckerberg, cuando anunció el cambio en la verificación de datos de Facebook, llevaba un reloj de 900.000 dólares. Los derechos se perdían y él lo comunicaba demostrando el poder que tenía. Como bien apuntaba Kase Wickman en Vanity Fair “parece que el vestuario y la moral de Mark Zuckerberg recibieron un pequeño cambio de imagen al estilo MAGA”. En el caso de Musk es aún más evidente ya que ha participado de una forma más activa en la campaña de Trump y en la vida política de los Estados Unidos.

Partían de una postura antimoda que les dejaba algo fuera de lugar en la jerarquía social. Su cambio hacia los trajes a medida y los cuerpos esculpidos es un salto de fe hacia su propio poder. Es una declaración de intenciones con la que mandan un mensaje claro de que ahora sí pueden perder ese tiempo en pensar y buscar cómo transmitir su poder usando la moda.
Hacen ejercicio para estar fuertes, porque la “fucking” panza no se lleva si eres poderoso
Hacen ejercicio para estar fuertes, porque la “fucking” panza no se lleva si eres poderoso. El poder es tiempo y el tiempo te permite hacer más deporte, así que mostrarte en plena forma en estos ámbitos es una demostración también de poder. Una ostentación tipo Lladós y otros perfiles de este estilo, tremendamente misóginos y centrados únicamente en hacer ver al resto que son exitosos, en el sentido más tóxico de la palabra. Machos grandes para proteger a las hembras.

Podríamos decir que ese cambio es también una especie de metáfora del poder tecnológico. Cuando el capitalismo crecía entre nosotros, las tecnológicas ayudaban a su evolución y ahora, en pleno tecnofeudalismo como afirma el economista Yanis Varoufakis que estamos, son ellas las que ostentan el poder. "Están abrazando abiertamente su condición de oligarcas modernos, apoyándose plenamente en la riqueza, el poder y la influencia”, explicaba Tim Barber, experto en relojería a WIRED. Por eso les vemos con un estilo macho aesthetic, aunque sería más correcto decir que es un machismo style.
Hace ya tiempo que los líderes tecnológicos abrazan esa masculinidad más tradicional y machista en forma y fondo. Hombre fuerte. Poderoso. Con éxito. Con mujeres como meros complementos. Amantes esposas, sí, pero no compañeras. Buscan un aspecto de macho alfa, el clásico poder machista transmitido en su narrativa. Elon Musk, en su búsqueda de una nueva imagen empezó a trabajar con la diseñadora Emily Dawn Long que buscaba “canalizar íconos masculinos” como Harrison Ford o Paul Newman. Como resultado, Musk añadió un sombrero vaquero negro de la marca Tesla, porque ¿qué hay más macho que un sombrero tejano que nos recuerde al lejano oeste?
Por su parte, Zuckerberg busca rehabilitar su posición en Meta y el mundo corporativo, “mediante la alineación con las tendencias dominantes que priorizan el carisma sobre la contemplación, el machismo sobre la moderación", según afirmaba el historiador cultural y director de comunicación de moda en el Manchester Fashion Institute del Reino Unido, Benjamin Wild, a Wired. Antes de los cambios, probó con su propia IA una reinvención de su aspecto, poniéndose barba. La imagen se viralizó y después, y tras la validación externa recibida, comenzó a cambiar aspectos de su imagen real.
¿Es esta una demostración más de cómo el poder que domina el mundo está ahora en las empresas tecnológicas? ¿O es simplemente un cambio de paradigma sin más intención? Para el mundo corporativo es una imagen de éxito, de auténtico dominio. Para el resto del mundo es un recordatorio de que quien ostenta ahora el poder solo piensa en el poder mismo y en demostrar que lo tiene.
Fotos | Instagram @zuck, @elonrmuskk, @laurenwsanchez
En Trendencias | Estos son los hombres más guapos del mundo (y tenemos para todos los gustos)
En Trendencias | Ghosting: en qué consiste y qué tipo de persona lo suele realizar
En Trendencias | Cómo reconocer a un misógino: 22 claves que te ayudarán a detectarlo
Ver 1 comentarios