Piedras decorativas en la cara: lo petan en los festivales pero ¿es una tendencia real en nuestra vida?

Piedras decorativas en la cara: lo petan en los festivales pero ¿es una tendencia real en nuestra vida?

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Piedras decorativas en la cara: lo petan en los festivales pero ¿es una tendencia real en nuestra vida?

Lo de las tendencias beauty en festivales funciona como un reloj. Llega mayo y nuestro feed de Instagram se llena automáticamente de purpurina, melenas de colores, lentejuelas y, el último grito, los cristales faciales. Si lo de llenarse el pelo de glitter no era suficientemente incómodo e inviable (más allá de las editoriales fashion), lo de pegarse piedras y cristalitos en la cara parece ya bastante complicado. Es tendencia festivalera, sí. Pero ¿cómo de factible es en nuestra vida real?

No solo son tendencia en Instagram, son una realidad

Las tendencias siempre tienen el mismo ciclo vital. Nacen en las pasarelas o Instagram, el desfile del siglo XXI. De ahí se adapta al low-cost, con firmas como Zara o Mango convirtiendo las combinaciones imposibles de Gucci en una realidad patente. Y de ahí se hacen virales y deseadas por el mundo entero. Algo parecido está ocurriendo con los looks festivaleros. No importa si no sabes quién es Belle and Sebastian, seguro que sabes de qué hablamos cuando decimos "look beauty festivalero".

En los festivales de música vemos looks de ensueño que solo son aceptables en este período determinado del año. Porque si vas a Coachella con un vestido de red lo molas todo. Pero si vas así a la oficina quizá alguien llame a la policía de la moda. Y lo mismo ocurre con los total look de lentejuelas, los estampados holográficos y los maquillajes neón que brillan en la oscuridad. Pero hay una excepción que confirma la regla. Los cristales faciales han cumplido todo el proceso vital de tendencia: han nacido en Instagram, han llegado a las firmas low-cost y se han hecho virales. Y aún así, no sabemos cómo sacarlos de Coachella e incluirnos en nuestra vida real: oficina, vacaciones, paseos por la ciudad.

La diversidad se ha abierto paso en el mundo beauty

Vivimos un momento épico para la belleza. Las normas establecidas se han derrumbado y ya no importa entrar en los cánones beauty predispuestos. Ahora buscamos la unicidad y la diferenciación. ¿Qué mejor forma de expresarnos que con cristales de colores en la cara? Si sientes que eso te representa, si te sientes más auténtico, más real y más tú llevándolos cada día, adelante, hazlo. Eso sí, te garantizamos que no pasarás desapercibido. Y si lo que quieres es caer en la tentación, ir a un festival y poner esta tendencia a prueba, ¡este es el momento de hacerlo!

Estética vs. viabilidad: un no rotundo

Ahora, si tu pregunta es ¿es una tendencia viable?, la respuesta es no. Está viviendo su momento, pero no resulta cómoda ni fácil de manejar. Los cristales se pegan en la frente y los pómulos, zonas con mucho movimiento. Así, las fotos quedan estupendas pero los abalorios van cayéndose a lo largo del día. Palabra de una persona que lo ha puesto a prueba. A eso se suma el pegamento que utilizan, que reseca la piel y la deshidrata mucho. Por no hablar de las marcas de bronceado que quedan en el rostro tras un día de conciertos al sol y de lo incómodo que resulta llevar cosas pegadas en la piel más de una hora.

A donde fueres...haz lo que quieras

En definitiva, si buscas brillar, diferenciarte y tener un Instagram a la última te recomendamos ponerlo a prueba. Si buscas practicidad e ir cómoda con estilo hay muchas otras tendencias beauty que puedes probar, como la de los labiales naranjas. En cuanto a los cristales faciales...son una tendencia en la vida real, sí. Pero con caducidad en unos pocos meses (y hasta que vuelva la temporada festivalera).

Fotos | It Girl Marta, @gypsetmarket, @theglittertribe, @kykhair, @kelsofleeto, @taylor_hill, @junkkouture, @ttd_eye, @xskinnybitchy.

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