El iPad no es la panacea

El iPad no es la panacea
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Ha machacado a sus dos hermanos pequeños. El iPad ha batido en ventas al iPod y al iPhone. Y eso que su coste es mucho más elevado. Los analistas calculan que 2011 cerrará con 45 millones de unidades despachadas. El año pasado fueron 15.

Debería ser una buena noticia para los editores. Cuando se anunció el lanzamiento del invento de Apple, Condénast –el imperio de las publicaciones de moda- dio saltitos de alegría. Glamour, la revista femenina más vendida en España, ha cambiado su formato para adaptarse a las dimensiones del dispositivo de Apple. Su tamaño, para el iPad y en papel, ha aumentado a 190 x 254 milímetros.

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Los editores han invertido un dineral en sus versiones digitales. Confiaban en ellas para enaganchar a nuevos lectores. Sin embargo, las descargas para iPad representan una mínima parte de sus ventas totales.

Y su evolución se ha estancado. En EE UU las descargas se congelaron a finales de 2010, según datos del Audit Bureau of Circulation (recopila datos de circulación de publicaciones que desean revelarlos). Un ejemplo, Vanity Fair vendió únicamente 8.700 versiones para el iPad en noviembre. Había despachado unas 10.500 mensuales desde agosto (tradicionalmente uno de los peores meses en ventas para el gremio) hasta octubre. GQ comercializó 11.000 copias para iPad ese mismo mismo, su peor resultado hasta la fecha.

¿Qué es lo que ha fallado? ¿Por qué no han logrado convencer a los lectores las revistas? Varios blogueros culpan al elevado precio y a las descargas lentas. Otros a la falta de suscripciones anuales.

El problema está en el planteamiento. Los editores no han captado el mensaje. Condénast, por ejemplo, ha bautizado a sus versiones digitales Digital replica editions, es decir, replicas de las ediciones digitales. El grupo concibe sus ediciones iPad como el papel. Excepto algunos vídeos, links y funciones como la rotación de pantalla, las versiones para la plataforma se parecen mucho a las tradicionales. El gremio no se ha roto mucho la cabeza para adaptarse a la nueva plataforma.

Para el fundador de POST (una revista de moda solo para el iPad) el problema radica en que la mayoría de los editores crean “papel para la pantalla”. Pero Internet no es una revista tradicional. El ciberespacio es una conversación social y colectiva; la revista, un monólogo. Aparte de las cartas al director / editor el lector, no tiene mucho espacio para dar su opinión.

Con la llegada del nuevo dispositivo Jeff Jarvis aboga por escuchar al internauta. “La culpa la tienen los editores. Ven el iPad como una manera de recuperar el control de su producto (una experiencia en serie determinada por los editores), las marcas y los modelos de negocio”, aseguraba en un blog.

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