En la vida pasamos por fases muy diferentes. Hay meses en los que parece que todo pasa a la vez, en una semana te cambia la vida de golpe y todo es completamente diferente a cómo era la semana anterior. La realidad es que, cuando los cambios son buenos y para ir hacia adelante, puede dar un poco de vértigo, pero es un miedo agradable.
Sin embargo, pasamos por otras épocas de la vida en las que parece que nada ha cambiado en una eternidad. Vivimos en el mismo sitio, tenemos las mismas cuatro amigas de siempre, vamos a los mismos sitios, hacemos los mismos planes, seguimos en el mismo trabajo que juramos era temporal, y sentimos que no hemos avanzado. En estos momentos es más que posible que nos sintamos bloqueadas y no sepamos qué hacer para cambiar nuestra vida y conseguir avanzar.
Ponte un objetivo
A veces la vida y las situaciones que vamos viviendo van colocándonos a cada uno de nosotros oportunidades y lugares a los que ni siquiera nos habíamos planteado en llegar. En otros casos, sin embargo, puede resultar extremadamente difícil avanzar y salir del bloqueo si no sabemos a dónde vamos después.
Por ello, cuando estamos bloqueadas y sentimos que no avanzamos, el primer paso es plantearnos a dónde queremos llegar. Piensa cuál es tu objetivo, qué es lo que quieres exactamente conseguir y los motivos por lo que lo quieres. Con un objetivo claro será mucho más fácil salir del bloqueo.
Prioriza lo que es más importante y empieza ahí
A veces estamos bloqueadas, simplemente, porque tenemos varias opciones y no sabemos por dónde empezar. Ya sea que hay muchas cosas diferentes que quieres conseguir y, al final, no te pones con ninguna. O que tienes muchas opciones y puertas abiertas y te resulta difícil elegir una y renunciar a las otras. Este es momento de priorizar.
Con la lista de tus objetivos en la mano, piensa qué es lo que quieres conseguir primero, cuál de los objetivos es más importante. Plantéate qué puertas te acercarán ahí dónde quieres llegar y cógela.
Intenta que el miedo no te paralice
Cuando intentamos algo nuevo, o nos planteamos dar un cambio a nuestra vida, los miedos pueden invadirnos. Parte de nuestro bloqueo puede venir del hecho de tener miedo a fracasar, a no conseguir nuestras metas, a hacer el ridículo o a intentarlo y, aun así, tener que volver al punto de partida. A veces da tanto tiempo no conseguir lo que te propones que es más fácil simplemente no intentarlo.
La realidad, sin embargo, es que la mayoría de estos miedos son absolutamente irracionales. Es por ello que puede ayudarnos el plantearnos cuántos de nuestros miedos son realmente racionales, qué posibilidades hay de que ocurra lo que estamos imaginando y pensar en qué haríamos y qué pasaría en el peor escenario posible. La respuesta, probablemente, sea que nada que no podamos superar. Si fracasas, la próxima vez sabrás cómo hacerlo mejor y tendrás le satisfacción de haber sido capaz de intentarlo.
Moverse es el paso más importante
Si queremos conseguir avanzar y dejar atrás el bloqueo, el paso más importante es empezar por movernos. Movámonos, hagamos algo diferente que no hayamos hecho hasta ahora, adoptemos un nuevo hábito, o hagamos planes con gente diferente a la de siempre. Cualquier pequeña diferencia que introduzcamos en nuestras vidas es bienvenida, incluso aunque no tenga nada que ver con la meta que nos hayamos propuesto.
Cuando empezamos a hacer cosas diferentes, es más fácil salir de nuestro bloqueo y encontrar la forma de llegar hasta dónde queremos. Además, abrirnos a vivir nuevas experiencias y actividades puede llevarnos, sin darnos cuenta a oportunidades en las que no habíamos ni imaginado. Quizás dentro de unos meses te sorpresas a ti misma viviendo cosas que ni hubieras imaginado.
Todo pasa y todo llega
Cuando estamos en una época de bloqueo podemos llegar a pensar que nunca nada va a cambiar. Por suerte la vida suele dar muchas vueltas y es difícil predecir dónde vamos a estar en un año o en cinco. Cuando estemos en un momento de bloqueo puede ayudarnos pensar en qué hay diferentes etapas en la vida y todas pasan y llegan nuevas.
Ser conscientes de que, probablemente, ese bloqueo no durará para siempre nos ayudara a no obsesionarnos y a ser capaces de tomarlo con más calma e, incluso, disfrutar el momento de más relajación y seguridad. Cada etapa tiene su parte positiva. Lo importante es que no cerremos la puerta a la siguiente etapa de nuestras vidas.
imágenes: Silver Linings Playbook, Giphy
