Siete consejos sobre cómo ser feliz (de verdad) en las redes sociales

Siete consejos sobre cómo ser feliz (de verdad) en las redes sociales

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Siete consejos sobre cómo ser feliz (de verdad) en las redes sociales

Hace tiempo que nos estamos quejando de las redes sociales: que si hacen que no estemos satisfechos con nuestra vida, que si la gente se ha vuelto muy cruel, que si hay mucho postureo, que si solo sirven para quejarse y para criticar.

En parte es verdad. Sin embargo yo soy de la opinión de que las redes sociales son el escaparate perfecto de los que somos en realidad. No creo que las personas nos hemos vuelto más crueles: solo que las redes sociales sirven de amplificador de la basura interna de las personas. Si eres un idiota, lo serás en la vida real y en tu Twitter. Si no eres cruel, no lo serás aquí y no lo serás allá. Nadie es capaz de fingir toda la vida. Tarde o temprano acabarás siendo lo que eres en realidad. En Facebook y en tu propia casa.

“Las redes sociales cansan”, me dice mi amiga de toda la vida. Pero no estoy del todo de acuerdo. Todo depende de las personas a las que sigues. Y, seamos sinceros, hay mucha gente que tiene un “timeline” lleno de basura. Por cotilleo. Por aburrimiento. Por compromiso (oh, Dios, de eso hablaremos más abajo).

Voy a daros un solo consejo para ser más feliz en las redes sociales: hacer unfollows.¿Cómo no equivocarse? Ahí van mis siete consejos sobre cómo hacer la limpieza de vuestras cuentas de Instagram, Twitter y Facebook.

1. Pregúntate qué es lo que te interesa en realidad.

Te parecerá una tontería, pero igual no te has parado a pensar qué es lo que te interesa de verdad. Imagínate que te encanta leer, te gusta el arte y adoras la naturaleza. Entonces pregúntate: ¿por qué narices sigues a las influencers de moda y a tu vecina de enfrente?

Así que hazte esta pregunta y haz “unfollow” a todo lo que no te aporta absolutamente nada. Sin miramientos. Sin miedo. Y sobre todo, por favor, sin compromisos y pánico que toda esa gente te dejará de seguir a ti. Ahora en serio: si solo te siguen porque tú les sigues a ellos, ¿para qué quieres a gente así en tu entorno? (aunque sea el entorno virtual). No nos volvamos locos con el numero de seguidores. Por el amor de Dios.

2. No te autoengañes.

“Sigo a las chicas fitness porque me sirven de motivación y a las blogueras de moda porque me dan ideas como vestirme”. ¿De verdad? Mira, hay muchos medicamentos que nos tragamos por cualquier síntoma y jamás nos fijamos en la lista de los efectos secundarios. Esto es exactamente lo mismo. Tú crees que estas cuentas te divierten y te animan, pero en realidad sucede todo lo contrario. Acabas sintiéndote una desgraciada, porque parece que todo el mundo se lo está pasando de coña, menos tú.

Para empezar, lo que ves es mentira. Y además acabarás tremendamente confundida.

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3. Deja de seguir por compromiso a gente de tu sector (o de tu entorno).

Da igual a qué te dediques: seas enfermera o artista. No vale la pena. Muchas veces hacemos un follow por compromiso, tras habernos cruzado en un evento/reunión/fiesta de amigos, y parece que ya no hay marcha atrás. Sus fotos y tuits te sacan de quicio, y ahí estás: silenciándolos en Twitter y pasando de ellos en Instagram. Pero no dejas de seguirlos. ¿Por qué?

Nos metieron en la cabeza esa importancia de quedar bien, de caer bien, de guardar las formas (pero por detrás lo que sea, eso sí). De hecho se queda bien con los ex jefes por si hay que volver, con ex novios porque su trabajo mola y tiene contactos… vamos, que “hay que quedar bien” con cualquier imbécil “porque nunca se sabe”. Y yo me pregunto si alguna vez te haya servido de algo tener alrededor a toda esta gentecilla. Si ese tal “compromiso” ha hecho algo por ti, solo porque lo sigues por Instagram. No, ¿verdad?

4. Deja de seguir por odio o por criticar.

Algunas veces seguimos a las personas que odiamos para reírnos de ellas. Supongo que eso nos hace sentirnos superiores, pero esa falsa seguridad que nos dan no sirve de nada (y acabamos más dependientes de su vida que de nuestra propia). Criticar por criticar es ensuciarse por dentro. Y nadie quiere acumular más basura en su interior. Al menos es como lo veo yo.

5. Haz unfollow a la competencia que te cae mal.

Más de lo mismo, pero con un pequeño apunte: crees que así estás al tanto de lo que hacen, y eso no es cierto, porque solo estás al tanto de lo que quieren que veas. Una cosa es admirar el trabajo de alguien, otra, compararte con ellos. Si ves que eres de los últimos, quítatelos de encima. Y recuerda: el que de verdad está trabajando todo el rato como intenta hacerte creer, no tiene tiempo para actualizar sus Stories cada dos minutos.

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6. Evita el postureo.

Parece obvio, pero a veces cuesta distinguir a los “posturetas” de los espontáneos. Si se trata de una cuenta personal de Instagram, yo utilizo una técnica: miro la foto y me imagino cómo se hizo: mesas de trabajo perfectas, uñas del color de la taza del café, un “robado” en medio de la calle, una foto de alguien durmiendo (¿quién se hace una foto mientras duerme?). Y entonces… ¡unfollow!

7. Deja de seguir a los que te ponen de mala leche.

Sea por la razón que sea. Pero sé autocrítico: hay gente que te hace reflexionar y eso te pone de mal humor, entiendo. Pero valen la pena, porque así creces como persona. Pero si tienes en tu timeline al típico quejica del turno o a un mega positivo de los cansinos, fuera.

Y por último recuerda esto: si alguien se enfada porque lo quitas de tus redes sociales, es que tiene un concepto muy insano de ellas. ¿Y para qué quieres a gente así a tu alrededor?

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