¿Plumas, flores y metros de tul? Esto debe ser Marchesa, que no defrauda jamás en NYFW

Las luces se apagan y empieza el espectáculo. Vestidos largos y muy delicados que caen hasta el suelo, formando cascadas de satén y plumas. Está claro, Marchesa pisa la pasarela con toda su inspiración mágica. Y es que sus diseños siempre presentan las mismas características, como un oasis atemporal en medio de tanta tendencia loca. Pero ojo, porque este año se lanzan con lo oriental. Sí, la sensualidad atrevida llega a Marchesa.

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Si hay una firma cuya filosofía sea siempre "más es más" es Marchesa. Sobre todo en lo que se refiere a vestidos de noche románticos y excesivos, esos que cualquier princesa Disney querría robar de la pasarela. Si le quitas los metros de tul, el satén, el embellishement delicado, las plumas decorando y las flores en tres dimensiones dejaría de ser Marchesa. Pero para más inri, este año la marca ha incluido también ciertos aires orientales y excéntricos, creando los diseños más evocadores y diferentes de la maison hasta el momento.

En la Primavera/Verano 2018, las diseñadoras de Marchesa, Georgina Champan y Keren Craig han querido aportar a la colección un toque diferente. Para ello se han inspirado en la rica exploradora americana Aimée Crocker, conocida por su estilo de vida liberal, sus extravagantes fiestas y sus viajes al lejano Oriente. ¿En qué se traduce esto? Mangas de kimono, sedas atadas a la cintura como si fueran geishas, bordados dorados e ilustraciones florales que parecen cerezos en flor.

Otra de las grandes novedades que han sorprendido a todo el mundo son los escotes imponentes y las prendas ajustadas, sugerentes y sensuales. Marchesa no suele escoger el camino sexy en cuanto a sus vestidos, pero ha conseguido hacerse con ello y ofrecer las propuestas más lanzadas para la próxima temporada. ¡Si hay hasta un vestido rojo de cocktail con medias de rejilla!