La fórmula del éxito es un absoluto misterio. En la música, el cine o cualquier aspecto de la vida es imposible de pronosticar qué triunfará y porqué. En la moda ocurre exactamente lo mismo. La última sensación se llama Cara Delevingne y está hasta en la sopa.
Es la pequeña de tres hermanas de una familia tremendamente adinerada, creció en una mansión del londinense barrio de Belgravia en la que todavía vive y aunque odie el título de "it Girl" (considera ofensivo al encajarla en una categoría de "hija de" que se dedica a ser DJ) se lo ha robado a su hermana Poppy gracias a su frescura y descaro.
Sus redes sociales (tanto su Tumblr, su Twitter como su Instagram) son un catálogo perfecto de su desvergüenza y el humor con el que se toma la vida. No tiene ningún problema en disfrazarse, salir haciendo el payaso o mostrar sus fiestas con sus amigos. Tampoco tiene ningún reparo en reírse de de las fans de One Direction que la amenazan de muerte por la publicación de un rumor sobre una posible relación con uno de los miembros del grupo diciendo que son poco originales o felicitar las pascuas vestida de conejo. Y lejos de perjudicarle, todo esto supone un refuerzo a su imagen, en la que siempre parece estar feliz y pasándoselo bien.
Pero también trabaja. Y mucho. Es un ángel de Victoria's Secret, la nueva imagen de la máscara de pestañas de YSL, ha protagonizado campañas de Burberry o Chanel, ha trabajado con los fotógrafos de moda más importantes: Inez Van Lamsweerde & Vinoodh Matadin, Mario Testino, Bruce Weber o Terry Richardson, asiste al Baile de la Rosa en Mónaco que es uno de los mejores termómetros de celebridad que existen, y desfila, a pesar de que su estilo en la pasarela deja mucho que desear, nada que ver con el de sus amigas Karlie Kloss o Jourdan Dunn.
Todavía no es un nombre fijo en las marcas más importantes pero sí ha conseguido hacerse un hueco en marcas con una gran proyección mediática Chanel (Karl Lagerfeld que es muy aficionado a este tipo de celebridades) o Marc Jacobs y sobre todo en desfiles de la pasarela de Londres.
Pertenece a una categoría muy inglesa de modelos: de procedencia aristocrática o muy adinerada, que se lo toman más como un divertimento que como un trabajo y que utilizan a su favor sus apariciones en los tabloides sean por escándalos o simplemente por salir a cenar al restaurante de moda. No venden una vida perfecta deshumanizada. Son guapas, ricas y famosas y se aprovechan de ello.
Aunque su verdadera vocación es ser actriz. Estudió interpretación en Bedales, de la que también fue alumna Alice Dellal, otra modelo/celebrity/itgirl. y podemos verla junto a Keira Knightley en la reciente adaptación cinematográfica de Anna Karenina, interpretando a la princesa Sorokina.
Su particular estilo es otro de los motivos de su fama. Sus pobladas cejas, su aversión a los tacones, a los que considera un instrumento de trabajo y su personal forma de vestir a medio camino entre el grunge y el de estrellas del pop como Rihanna o su amiga Rita Ora la acercan más al estilo de cualquier otra chica de su edad. Y es que Cara solo tiene 20 años a pesar de que parezca llevar una eternidad entre nosotros.
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